En una reciente y muy jugosa entrevista en el diario “El País”, Arturo Pérez-Reverte asegura desde la Feria del Libro de Guadalajara: “tenemos que olvidarnos del hispanocentrismo y comprender que los españoles somos solo una parte de la lengua. El caudal vivo, el español de futuro, el que van a hablar en todo el mundo, y desde luego los cabrones de los gringos, es el español. Somos una patria sin fronteras ni ideologías. Somos 500 millones de compatriotas con una bandera legítima, el Quijote. Nuestra patria es la lengua española”.
La misma aseveración es igualmente válida para la música, el teatro o el cine. ¿Alguien piensa que si los alemanes o los franceses dispusieran de un mercado en su idioma tan enorme como lo tenemos los españoles, las industrias musicales, literarias o cinematográficas sufrirían la crisis económica como se está sufriendo en España? Dicho de otro modo. ¿No es cierto que la mentalidad cortoplacista que existe en los empresarios de nuestro país (rechazar toda inversión que no dé un beneficio inmediato aunque ello suponga el sacrificio de una riqueza a medio tiempo que requeriría un desembolso mayor) es en buena parte causante de la pobreza que nos invade?
Viene a cuento esta reflexión porque muchos cantantes han tenido claro desde tiempo atrás que el principal acceso al mercado latinoamericano hispanohablante (Brasil es un planeta cerrado en sí mismo tanto para lo bueno como para lo malo) es México. Un puerta con 120 millones de habitantes donde es fácil duplicar o triplicar los aforos habituales de una banda en España. Y con un precio de las entradas que ya sería alto en euros, así que aún más en pesos. Este fue el caso de, por no citar a los clásicos, La quinta estación o Mónica Naranjo. La cantante catalana emigró al país azteca en 1994 tras un fallido lanzamiento discográfico en el nuestro. Y allí triunfó de una manera rotunda. “Todo lo que soy se lo debo a México” aseguraba en una entrevista del programa Tele Hit en el año 2000.
Con el éxito allá, conoció la popularidad en España en 1997 con el álbum “Palabra de mujer”. Su carrera desde entonces se ha sustentado en una potente voz, su condición de icono gay y –ya en tiempos de crisis – sus servicios como jurado de programas-concurso de cantantes amateurs como Número 1 o Tu cara me suena.
Una polifacética labor que la artista aprovecha para llenar sus actuaciones durante el tour Mónica Naranjo 4.0 en las que celebra su cuarenta cumpleaños presentando una versión electro rock de sus mayores éxitos. 4.000 personas la aclamaron durante los dos conciertos que ofreció en el Teatro Circo Price de Madrid el pasado 14 de noviembre. “Sobreviviré”, “Make you rock”, “Desátame” o “Pantera en libertad” son algunos de los hits que interpreta la de Figueras que el próximo viernes día 12 de diciembre se presentará en el Sant Jordi Club de Barcelona.
Les aseguro que para el que esto escribe va a ser toda una experiencia adentrarse en una actuación alejada de sus escuchas habituales. No solo por los 3 cantantes de coro, 4 artistas performances, bailarines y acróbatas que acompañan en escena a los 6 músicos y la solista sino por la presumible presencia de un público fan para quien un concierto es la culminación de una idolatría multimedia que ya no empieza ni acaba en un disco ni en un solo continente.