Modelos animales, Aixa de la Cruz

Modelos animales, Aixa de la Cruz

Modelos animales aixa de la cruzModelos animales es mejor que aquél que me obligaron a comprar casi con una pistola en la sien en una feria cualquiera de un lugar de la meseta. Es muy bueno, decía el novio de la autora. Sí, para prender la chimenea. Aquellos cuentos terminaron en la mochila Quechúa de una guiri californiana (sin mechas, pero con pastis y so funny la noche de Madrid). Modelos animales se va quedar en casa. Vale, será cierta afección (al libro), cierta abdicación de la palabra coñazo, será una equivalencia: Aixa de la Cruz sí es escritora, y la calidad literaria, equidistante a la palabra (escritor). Mucho dribling con las expectativas. El suspense. La incertidumbre. Modelos animales reivindica la supervivencia de las vidas, vidas recónditas del universo que no son la tuya, pero sí pueden llegar a segmentar tu realidad. Vale, la ficción es materialista y verídica, y tú has sido una persona con obsesiones, enfermedades,  hijoputez y paranoias. Y tú sabes que la belleza acaba en un averno de Puerto Hurraco. Puta vida, eso dice Aixa.

Somos en primera instancia lo que nos cubre, y luego este laberinto de pliegues sanguinolentos que, sin importar la especie, siempre acaba en un tarro de formol, me dije. 


Las mujeres embarazadas son miedosas. Temen que sus hijos nazcan albinos, con seis dedos, daltónicos, con síndrome de Down, hemofílicos, anormales, de una raza distinta a la del marido, hermafroditas, sin brazos, sin piernas, con el corazón demasiado grande, con los huesos de cristal. Pero, por lo general, no contemplan la posibilidad de parir un hijo vampiro. 


Y que arrastraba a nuestro amigo en su orgía de música electrónica y mal gusto. Fue nuestra Yoko Ono aquella mujer; nos disolvió como una gota de ácido. 


Siempre hay un misterio prudente, un silencio calmado; son los preliminares de la violencia. Es el olor a pescadilla podrida del miedo, y los desencadenantes del árbol de causas. El destino y los azares. El Too Late , el mira qué miserable me ha salido el chaval con las bromitas del chat, que la chupa y todo, y le mola Metallica. 

En estas colisiones perennes de la tragicomedia desde que la costilla de Adán era Eva y Caín inventó el fratricidio (con una quijada de burro, vaya puto animal) se muestra esta narrativa de conflictos tan flipante para Aixa. Y para nosotros. Esa eficiencia de un libro que no te suda las manos, una novela con cafeína que confirma que los bilbaínos son de donde les sale de los cojones. Desde Montreal hasta una caravana perdida en el desierto pasando por Heathrow.

Cuentos extravagantes (no hay uno medio normalito). Fantástico (siempre hay algo que tocará los cojones). Raro, raro, raro. Sin  inconsciencia y candor (aunque Aixa tenga 27 tacos).  Nada de ideologías fantásticas que no son tal salvo la pose masturbatoria del autor. Tragedia, fricción, incluso descojono. A ver, es un libro de querencia (y no estoy hablando de un toro bravo) literaria. Sereno. Y las dos trayectorias. Una pa bajo y otra pa arriba. Una p’acá y otra p’allá. Abra todo lo que tenga que abrir. Lo demás está en sus manos, doctor. Ahí va Aixa.

Modelos animales, Aixa de la Cruz, Salto de Página: 2015.

Autor

Javier Divisa. Mercader a tiempo parcial y escritor a intervalos fragmentarios. Autor de la novela Tres Hombres para Tres Ciudades, su segunda obra vio luz bajo el título Valientes Idiotas. Desarrolla su cáustica y rigor literario en reseñas literarias para Eñe y Revista Cultural Tarántula. Ejerce como articulista y cronista en CTXT y compagina la literatura con el business de la moda. Ha ganado algunos premios narrativos, todos sin la pertinente dotación económica, aunque eso es algo que podría lograr un mono con lobectomía cerebral. También ha sido incluido en diversas antologías de jóvenes autores de libros que están enterrados hace años en el cementerio de Père-Lachaise y no leyó nadie. Actualmente muere en Madrid, escribe varias veces todos los días a lapsos de quince minutos y nunca aparenta estar feliz en Facebook. Su tercera novela se llama Magdalena.

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