Por NACHO CABANA
Preguntados tanto Mike Leigh como Jeremy Irons por el Brexit, ambos dieron respuestas complementarias. El primero, luciendo en toda la charla una socarronería británica que no todos los asistentes compartieron, afirmó que no podíamos olvidar que fueron las clases trabajadoras las que llevaron a Hitler al poder y que lo mismo había ocurrido en el referéndum para salir de la Comunidad Europea. Gente frustrada que se siente abandonada por el gobierno; personas enojadas e incultas y, por tanto muy fáciles, de convencer por los populismos de derechas.
Jeremy Irons, mucho más “polite” indicó que las grandes corporaciones actuales, esas que ganan millones de dólares comercializando nuestros datos, han de devolver a la sociedad parte de lo que esta les genera. Si algo así no ocurre, vamos de cabeza a un totalitarismo.

Este es un ejemplo de lo interesante que resulta traer a dos personalidades de este calibre (independientemente de las películas que vinieron a presentar) al Bcn Film Fest. Mike Leigh vino con La tragedia de Peterloo bajo el brazo, una superproducción sobre un episodio poco conocido de principios del siglo XIX que le ha producido Amazon y Jeremy Irons un documental titulado Pintores y reyes del Prado dirigido por Valeria Parisi.

La primera es una interesante, documentada y algo larga película (a pesar de que Leigh le cortó 20 minutos para su exhibición comercial) que cuenta como el 19 de agosto de 1819 una manifestación pacífica de decenas de miles de personas reclamando en Manchester el sufragio universal y la reforma del sistema parlamentario fue aplastada por la caballería británica que cargó contra la multitud provocando numerosos muertos y heridos.

La segunda es un didáctico documental que encuentra su originalidad no en su forma (Jeremy Irons hace a la vez de anfitrión, narrador y visitante privilegiado del museo del Prado) sino en usar algunos de los cuadros de la pinacoteca para ir narrando la historia de ésta en su doscientos aniversario y, por ende, la de la España.

A propósito de La tragedia de Peterloo, Mike Leigh dijo que para el embarcarcarse en un film histórico es meterse de lleno en una investigación que lleve a una recreación lo más exacta posible de la época elegida al tiempo que evitar ver a los personajes como si estuvieran en una bombonera; esto es, haciéndoles reales, entendiendo su manera de ver la vida sin que ello suponga renunciar a los ecos que el hecho histórico narrado pueda tener en la actualidad.
No compartía, por ello, las decisiones tomadas por Yorgos Lanthimos al rodar La favorita. Para Leigh, bajar los escotes, elegir grandes angulares y poner a los actores a hacer cosas bizarras solo obedece a un deseo de modernización que va en contra de los hechos narrados y, a la postre, del propio film.

Es muy interesante y esperanzadora la anécdota que contó Leigh acerca del viaje que hicieron él y su productor desde Inglaterra a EE.UU con su film bajo el brazo para enseñárselo a los de Amazon. Pensaban que se iban a asustar, que les iban a obligar a remontarlo, a cortarlo… Es decir, cualquiera de las prácticas que una major acostumbra a hacer para demostrar que tiene la sartén por el mango. Pero no ocurrió así. El ejecutivo de Amazon les dijo que estaba perfecto y que no hacía falta que la tocaran. La irrupción en el audiovisual de empresas cuya fuente de beneficios no está directamente ligada a la explotación de la película o serie también está teniendo, de momento, sus ventajas.

Leigh (76 años) está intentando levantar la financiación de una nueva película. Irons, interpretando a Ozymandias en Watchmen, serie que redefine el comic de Alan Moore para HBO. Ocho episodios al mando de Damon Lindelof en los que Irons confesó tener un personaje que no sale demasiado porque “ a esta edad no quiero trabajar mucho”.
Esperemos que los dos lo sigan haciendo.