Miguel Ángel Vivas: “Quería que ‘Extinction’ fuera una carta de amor al cine clásico”

Miguel Ángel Vivas: “Quería que ‘Extinction’ fuera una carta de amor al cine clásico”

El director sevillano Miguel Ángel Vivas parece obsesionado con encerrar a los personajes de sus filmes. Ya lo hizo en cierta medida en Reflejos, aquella ópera prima que parecía un particular compendio de los rasgos más característicos del thriller, y se acentuaba más en Secuestrados, cinta brillantemente realizada sobre un grupo de criminales que asalta la casa de una familia de tres miembros.  El tema del hogar asediado y las dificiles  relaciones entre personas que mantienen lazos de sangre vuelve a estar presente en Extinction, particular versión de Y pese a todo…, la novela escrita por Juan de Dios Garduño. Sin embargo, a diferencia del tono frenético de su segundo largo, la cinta prefiere optar por un cariz más pausado y reflexivo. Solamente el prólogo y el desenlace ofrecen la acción que se espera de una película de  infectados. De hecho, ese mundo apocalíptico nevado y lleno de zombis blancos parece la excusa perfecta para aislar a los personajes, dos antiguos amigos y la hija de uno de ellos que viven puerta con puerta en una ciudad donde son los únicos habitantes. La relación entre ellos y la que mantienen con la pequeña es casi más importante en el filme que los terribles monstruos que una vez fueron humanos y que acechan al trío. Vivas ofrece, contra todo pronóstico, una película de personajes y un homenaje al cine clásico del oeste. En la siguiente entrevista, el realizador andaluz nos desvela algunas claves de este largometraje español rodado en inglés e interpretado por un reparto internacional compuesto por Matthew Fox, Jeffrey Donovan, la pequeña Quinn McColgan y la española Clara Lago.

¿Qué te lleva a incluir elementos de western en una película de terror a la manera de los filmes de John Carpenter?
Bueno, me encanta Carpenter, que ha sido uno de los referentes claros de esta película, y adoro el western. Creo que cada película debe encontrar su propio estilo visual. Si en Secuestrados lo hallé en los planos secuencia para que hubiera tensión y un rollo malsano, en Extinction quería que fuera una carta de amor al cine clásico. No obstante, creo que dentro del filme hay dos películas: el prólogo, que es un cine inmediato donde se suceden una serie de planos de forma casi aleatoria, en la que únicamente importa lo que está en plano en cada momento, donde no interesa lo que ha ocurrido tres segundos antes ni importa lo que ocurrirá tres segundos después. Es un cine de la inmediatez que a mí me termina aburriendo mucho.

Jeffrey Donovan, Matthew Fox y la niña Quinn McColgan interpretan al trío protagonista de Extinction

Jeffrey Donovan, Matthew Fox y la niña Quinn McColgan interpretan al trío protagonista de Extinction

De ahí pasamos a situar la acción diez años después, donde tenía que encontrar la voz que iba a tener la película. Lo encontré en un cine que se ha perdido, el clásico, donde cada plano tiene su significado, al igual que los movimientos de cámara y la puesta en escena. Por ejemplo, cada vez que los tres personajes están en escena la luz siempre se encuentra en medio. A la izquierda siempre está Jack y a la derecha siempre está Patrick. Parece una tontería, pero cada uno tiene su sitio. Cada corte tiene un significado casi moral. Quería un cine mucho más contemplativo y más pausado. El ritmo lo tiene que dar el espectador, que tiene que participar en lo que está pasando, tanto en el antes como en el después, y no sólo en el ahora. No tuve miedo en este aspecto. Hice esta apuesta con los productores y me han dejado hacer lo que he querido. En la memoria de producción siempre hablaba de Howard Hawks, John Ford o Raoul Walsh, aunque también de directores del melodrama como Douglas Sirk. Creo que la película tiene mucho de spaghetti western, pero también de western clásico. Puede considerarse casi una mezcla entre Solo ante el peligro y El Dorado o Río Bravo.
A mí me ha recordado también un poco a Los que no perdonan, la película de John Huston.
Sí, quizá porque, al final, todos terminan encerrados. Extinction es una película muy claustrofóbica. Empezamos muy abiertos y vamos poco a poco encerrando a los personajes. Partimos de dos ideas que corresponden con los dos puntos de vista de la película: el de los adultos y el de la niña. Cuando es el punto de vista de los adultos, la cámara está a altura de los ojos y utilizamos un tono más directo, mientras que cuando mostramos el de la niña el tono es el más propio de un cuento, donde los claroscuros están más contrastados y la cámara está más baja, dando al conjunto un estilo más irreal. Lo mismo ocurre con los decorados que rodean la casa. Yo les dije a los responsables que tenía que ser una mezcla entre realismo puro y duro, y una película de George Méliès.
De hecho, las apariciones del Sol tienen un tono casi irreal.
Exacto. Quería que se viera que era, a la vez, una realidad y una pintura, reflejo tanto del mundo de los adultos como el de la niña, algo complicado de conseguir. Esto ayuda también a que todo fuera más pequeño y claustrofóbico. Volvemos a la idea de estar en una caja hasta que se rompe el embudo en el epílogo.

Clara Lago encarna a un misterioso personaje que aparece en el último tercio de Extinction

Clara Lago encarna a un misterioso personaje que aparece en el último tercio de Extinction

¿Cómo has abordado la adaptación de Y pese a todo…, el libro de Juan de Dios Garduño en el que se basa Extinction, tú que también eres escritor de novela?
Lo que hice es mantener su espíritu. Yo no quería contar lo mismo que había hecho, y muy bien, Juan de Dios. Me emocioné mucho con el libro. Es una novela que se basa en los personajes y situaciones. Quería mantener esa idea, pero a partir de ahí quería dar mi visión de esta historia. La novela trata más sobre el odio, mientras que a mí me interesaba la idea de convertirla en una fábula sobre la paternidad. Pretendía contar cómo un padre solo intenta cuidar a una niña que comienza a ser adolescente y se empieza a hacer preguntas sobre dónde está su madre y qué ha pasado con el mundo. Si ya era difícil en Kramer contra Kramer, imagínate en un mundo post-apocalíptico. La idea de la paternidad nos lleva a otras que están en la película. Cuando mostramos a Jack, Patrick y la niña, ella es el pilar en el que se sustenta todo. Jack sería la madre y Patrick sería el padre. A la vez, partimos de dos personajes opuestos. En el prólogo es Jack es el que sale del autobús a salvar a la gente, mientras que Patrick se queda dentro. Ocurre esto porque Jack no tiene nada que perder y Patrick sí. Al final, estos roles se invierten, porque entonces Jack sí tiene mucho que perder.Por otra parte, quería también aportarle mi mirada a la historia. Hace muchos años lo dejé con una chica de la que no podía dejar de pensar, y un amigo me dijo: “¿Por qué no dejas de mirar hacia atrás y pruebas a mirar hacia delante?”. La película también habla sobre eso, sobre unos personajes congelados en el tiempo. No es algo aleatorio, como tampoco el tono contemplativo. Los personajes se paran; prefieren sobrevivir a vivir. Patrick está obsesionado con mirar hacia atras, repasando constantemente sus pecados, mientras que Patrick solamente mira al presente. Tiene que llegar el personaje de Clara Lago para que miren al futuro.
Resulta curioso que los personajes de Matthew Fox y Jeffrey Donovan parezcan salidos del western clásico.
Patrick (JeffreyMorgan) es John Wayne y Jack (Matthew Fox) es James Stewart. Que Jack lleve al final una mano vendada y un Winchester 73, como en El hombre de Laramie, no es gratuito. Me empeñé en que el arma que llevará Jack fuera una Winchester. El productor me decía que era algo anacrónico, y yo le contestaba: “Es una Winchester, y punto” (risas).
¿Conocían los actores estos referentes?
Hablamos mucho. Ellos tenían muchas ganas de escuchar y yo muchas cosas que contarles. Entendieron todo muy bien y lo llevaron a un sitio maravilloso. Creo que el trabajo de Matthew (Fox), Jeffrey (Donovan), Quinn (McColgan) y Clara (Lago) es increíble. Entendieron lo que quería hacer y me ayudaron a hacerla.
Después de adaptar un libro, ¿no te animas a llevar a la gran pantalla tu primera novela, Los sueños de la razón, ahora que se ha puesto de moda el asunto de los niños robados?
Ahora está más de actualidad que cuando la escribí. Siempre me el obsesionó la locura y el tema de la reforma psiquiátrica del 86. Algún día puede que la hagamos. Ahora estoy adaptando mi segunda novela, que estoy en conversaciones para publicarla con una editorial. Se titula El pecado del hijo, y es un dramón.

El paisaje nevado aumenta más si cabe el aislamiento de los protagonistas de Extinction

El paisaje nevado aumenta más si cabe el aislamiento de los protagonistas de Extinction

¿Qué nos puedes contar de Apaches, la serie de televisión que ruedas en estos momentos, y de tus próximos proyectos?
Sólo había hecho para televisión la adaptación de Los tres cerditos para Cuéntame un cuento. Apaches es una serie muy potente que me siento muy privilegiado en poder hacerla. Trabajo con Alberto Ammann, Verónica Echegui, Paco Tous, Críspulo Cabezas y Eloy Azorín. Tengo, además, dos proyectos. Uno de ellos se rodará en noviembre. No puedo contar mucho, a excepción de que es un remake en inglés de una película francesa hecha por un español. Parece un chiste (risas). Si antes hablábamos de que cada película tiene un estilo, esta va a ser la más adrenalítica que voy a hacer en mi vida. Es una sucesión de set pieces desde el minuto uno, donde no vamos a parar en un solo momento y la cámara no va a dejar de moverse. Si Extinction es pausada, ésta va a ser todo lo contrario. La voy a hacer con Nostromo. Luego tengo un proyecto con el productor Enrique Lavigne, que es una película que estoy escribiendo con Alberto Marini. Me hace mucha ilusión, porque la voy a hacer en español y en Sevilla. Es una excusa perfecta para volver a casa durante un tiempo.

Autor

Julio Vallejo Herán creció queriendo ser un héroe Marvel. Sin embargo, las películas, los libros y la música se cruzaron en su camino y, desde entonces, se fijó como meta escribir de asuntos más o menos culturales. Licenciado en Periodismo y Experto en Comunicación y Arte por la Universidad Complutense de Madrid, ha desarrollado su labor como comunicador y crítico en medios como Televisión Española, Europa Press Televisión, Lainformacion.com, Cine para leer, Tendencias Magazine, AB Magazine, Coveritmedia, Pasionporelcine.es, Freek Magazine, Verano Complutense, Supernovapop.com, Macguffin, Muchoruido.com, Basecine.net, Muzikalia.com, Cine 5 Estrellas (www.cine5x.com), Avant Press, Cinema Ad Hoc y Notasdecine.es.

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