Memoria contra la religión, Meslier

Memoria contra la religión, Meslier

Jean Meslier, fue un filósofo que padeció una esquizofrenia vital poco comparable, tal vez sólo con la habitada por Marco Aurelio: estoico por la noche, emperador belicista por el día, y es que este pensador francés del XVIII fue algo que al nombrarlo ya sorprende: un cura ateo.

Durante la friolera de cuarenta años, llevó la Iglesia de Entrépigny, y de sus funciones eclesiásticas sabemos lo suficiente: se preocupó más por resolver los problemas prácticos de sus feligreses, que en realizar adoctrinamientos varios. Por supuesto, esta forma de operar desde dentro de la Iglesia no es lo que le hizo pasar a la Historia, y para descubrir la razón más bien debemos mirar al libro que durante diez años se dedicó a escribir al amparo de la noche. Un ensayo cuyo título lo dice ya casi todo: Memoria contra la religión. De él se nutrieron intelectualmente personajes de primera fila de eso que se conoce como la Ilutración radical francesa, hablamos de hombres como Holbach, Diderot, La Mettrie o Helvétius.

Como no podía ser de otra forma, Memoria contra la religión, es un libro póstumo, un polvorín que Meslier sabiamente dejó preparando para que explotara cuando él estuviera fuera del alcance de la Iglesia. Al morir, en su escritorio, se encontró a la bestia negra, un ensayo de más de 500 páginas que no eran otra cosa que una embestida sin precedentes contra Dios, la Religión, la Iglesia y las estructuras de poder con las que ella estaba aliada. Más de 90 capítulos en los que se niega rotundamente la existencia de Dios, se sacan a la luz las contradicciones internas de la Religión, se afirma la falsedad de las sagradas escrituras, se denuncia el perverso matrimonio entre Iglesia y Estado, y se acusa a la moral cristiana de no ser otra cosa que una forma de vivir que va en contra de la vida misma, de sus instintos, fuerzas y energías –cómo se puede ver, algo une a este cura ateo con el Nietzsche que vendrá.

Pero hay más, ya que después del bombardeo viene la parte constructiva, la propuesta de una nueva forma de vivir, tanto del hombre consigo mismo como con sus congéneres. Así, Meslier postula la necesidad de una moral hedonista, la eliminación de la propiedad privada y regir todo por lo que podemos denominar como el principio de compasión; compasión, por cierto, que también debe amparar a los animales.

La publicación de Memoria contra la religión, junto con otros libros que forman parte de la colección Los ilustrados, no podía llegar en un momento más oportuno. Muchos piensan que el combate entre Ilustración y Fe está desfasado, agotado, que ya cada parte de la contienda ha tomado, gracias a los roces, su justo lugar, pero no es ni mucho menos así, y menos después de la aparición de la Ley Wert. Mucho se ha criticado de ella –con razón y con pertinencia sin duda-, pero hay un punto que ha trascendido más bien poco, por no decir nada, y es el referente a la disminución de la Filosofía y la entrega de mayor presencia a la Religión. Así, y de nuevo, volvemos al intento que siempre hacen los crisítcolas –este término es propio de Meslier-, de monopolizar las nociones de bien y mal.

El gesto no es grave, es gravísimo, y libros como éste no hacen otra cosas que recordarnos que el avance de la razón frente a la fe ha sido encarnizada y lejos de lo que muchos piensan nunca verá su fin. Y es que el asumido «Dios ha muerto», es desmentido cada año por las estadísticas en las que se pone de manifiesto como la religión, las religiones, aglutinan cada vez más fieles. Pues bien, Memoria contra la religión, ayudan, y mucho, a seguir dando la necesaria batalla.

Memoria contra la religión, Jean Meslier, Editorial Laetoli, 2010, en la magnífica colección Los Ilustrados.

Autor

Soy filósofo y hago cosas con palabras: artículos, aforismos, reseñas y canciones. De Tarántula soy el cocapitán y también me dejan escribir en Filosofía Hoy. He estado en otros medios y he publicado algo en papel, pero eso lo sabe casi mejor Google que yo.

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