Máscaras. Mapas. Marcas. Es el resultado de un proyecto de investigación y creación colectiva de Andrés Acevedo, Alfredo Ramos y Pedro Casas en colaboración con la Fundación 26D y con el apoyo de la Red de Teatros de Lavapiés, Laboratorios LAC 2021
A los ancianos en general los contemplamos como si hubieran nacido así: arrugados, torpes y deformados. Les negamos haber sido los niños queridos que fueron, los jóvenes vigorosos y deseados. No vemos en ellos mas que el resto de un naufragio, sin llegar a comprender el dolor que han tenido que sentir al ver como poco a poco se iban deteriorando, y en paralelo iban perdiendo el desinterés de las personas a las que quieren.
La juventud con la vejez no se identifica, sin darse cuenta de que son dos caras de la misma moneda. La vejez se contempla como algo ajeno, que en nada nos ataña.
Esta falta de empatía se produce por el terrible pánico que sentimos a ser rechazados. Miramos en dirección contraria para no asumir que es un destino común. Anidamos el miedo infantil, y cierto cuando éramos cachorros, de que si éramos rechazados como consecuencia seríamos abandonados. Y el abandono sería un acto parejo a la muerte, dado que una criatura no puede valerse por sí sola.
Lo que en general no negamos a la infancia, con los ancianos actuamos con usura, cuando hay una catástrofe salen voluntarios de debajo de las piedras para hacerse cargo de los niños, de los ancianos nadie.
Si la vejez es dura en cualquier colectivo, para uno tan estigmatizado como es el LGTBI, al rechazo se suma el fundado miedo que se apoderó de la sociedad de finales del siglo pasado, que llegó a ver los contagios de VIH, como una consecuencia lógica.
La transexualidad se ha sumado a otra forma de envejecer, por los efectos secundarios que pueden ocasionar hormonaciones e intervenciones quirúrgicas. Una singularidad que en el momento que llega esa vejez, que ha de ser atendida en residencias, diferencia y significa.
Aunque ningún problema físico es tan doloroso como la exclusión social, y el sentir el rechazo en los ojos de quien te mira. Sin duda se ha dado un paso de gigante en la forma de vivir con libertad cualquier forma de sexualidad, pero aún queda todo por hacer para cuando llega ese momento de vulnerabilidad total, que es la vejez.
Con lo escrito quiero significar el precioso tranajo que han realizado Andrés Acevedo, Alfredo Ramos y Pedro Casas, bajo en amparo de Red de Teatros de Lavapiés y la Fundación 26 de Diciembre
Luis Muñoz Díez
Los creadores de este ambicioso proyecto nos lo presentan con estas palabras:
Máscaras. Mapas. Marcas o La soledad no deseada en el colectivo de personas mayores LGTBI es el resultado de una primera fase de investigación en torno a la soledad no deseada en el colectivo de personas mayores LGTBI. En el marco de los Laboratorios de Investigación de la Red de Teatros de Lavapiés y con la colaboración de la Fundación 26 de Diciembre proponemos un acercamiento a algunos aspectos de este fenómeno así como a testimonios de algunos miembros del colectivo.
Pero más allá del elemento teatral, Máscaras. Mapas. Marcas quiere mostrar las Máscaras con todo el significado metáforico que encierra un objeto que cubre y esconde el rostro. Máscaras que las personas del colectivo LGTBI tuvieron que adoptar durante la dictadura y porque su verdadera identidad y orientación sexual estaba perseguida. Máscaras a las que tienen que volver en el presente ante ambientes faltos de seguridad y tolerancia. Máscaras para un colectivo perseguido y estigmatizado durante siglos y en ciertas culturas heteronormativas. Máscaras que ocultan necesidades afectivas y sociales en una sociedad despersonalizada en la que lo emocional se identifica con debilidad y vulnerabilidad.
Mediante el uso de distintos códigos escénicos proponemos un viaje en el que teatro y documental, testimonios reales y ficcionados se van entrelazando.
Máscaras Mapas Marcas, se puede ver los domingos 13 y 20 de Diciembre a las 12:30 en El Umbral de Primavera de la Red de Teatros de Lavapiés.