Si hace poco el Festival anunciaba la proyección en su edición 2016 de una película acerca de Blur, ahora incorpora a la programación de este año, que se celebrará entre el 27 de octubre y el 6 de noviembre en Barcelona (y del 3 al 6 de noviembre en Madrid) una de las películas más esperadas del año: Supersonic sobre Oasis o lo que es lo mismo sobre los hermanos Gallagher. La película repasa el ascenso de la banda desde Definitely Maybe, publicado en 1994 y convertido en un clásico hasta el 1996, época que tuvo su punto culminante en las dos noches de concierto en Knebworth Park ante 250.000 fans.
La película ha sido producida por el equipo que realizó Amy (2015) de Asif Kapadia y esta dirigida por Matt Whitecross que afirma que han tenido «acceso sin precedentes» a la banda y a imágenes de archivo nunca vistas antes.
In-Edit inaugura una nueva sección que incide en la búsqueda de los propios límites como festival. Una sección que hibrida el estreno en festivales de una película con su estreno comercial en salas. El documental Supersonic, que da origen a esta sección, se proyectará en Barcelona únicamente en el festival durante su semana de estreno.
Más títulos anunciados son:
Cool Cats de Janus Koster-Rasmussen. Un estudio sobre Ben Webster y Dexter Gordondurante su exilio en el liberado e integrado y naif Copenhague de los 60.
Breaking a monster de Luke Meyer o el enfrentamiento tragicómico entre tres adolescentes que tocan speed metal con los ejecutivos de Sony y sus planes de marketing.
Gary Numan: Android in La La Land de Steve Read y Rob Alexander sobre la vida de este pionero de la electrónica y nerd obsesivo del pop. Un filme que es también reality familiar de los Numan hoy, emigrados a Los Ángeles y revisitando su vida, desde aquella “personilla androide” de 1978 al cincuentón padre-de-tres con nuevo disco en proceso.
Hated de Todd Phillips (sí, el director de Resacón en Las Vegas -2009- y sus secuelas tiene una vida fuera de la comedia USA) habla de GG Allin, ultraviolento coprófago punkarra que se labró una “carrera” a base de utilizar el micrófono como cachiporra (en su cabeza), zurrarse con el público, arrojar pedazos de su caca y otras lindezas. Murió, claro, sin dejar un cadáver bien parecido.
Imagine Waking Up Tomorrow and All Music Has Disappeared de Stefan Schwietert cuenta como Bill Drummond fundó KLF, inventó el trance, borró su catálogo, quemó un millón de libras y abandonó las candilejas.
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Por NACHO CABANA