«María Luisa» de Juan Mayorga

«María Luisa» de Juan Mayorga

Lola Casamayor es Maria Luisa en la obra escrita y dirigida por Juan Mayorga ©Javier Naval

 

Por Luis Muñoz Díez 

 

 María Luisa es una pieza escrita y dirigida por Juan Mayorga, un autor que sabe hacer de la asociación de ideas castillos sin fisuras. En esta ocasión, escribe en el programa de mano, en una conversación en la grada de un polideportivo un amigo le comentó que a una mujer mayor que vivía sola le habían aconsejado que añadiera más nombres a la tarjeta de su buzón porque la edad y la soledad le hacían una presa más fácil.

A María Luisa, la protagonista de la obra, la sugerencia le llega por medio de su portero que insiste hasta convencerla. Al principio ella recela y teme por sI se enfadaran los ladrones por mentirlos. 

Sin sentir, la señora pasa de la mayor monotonía a disfrutar de una existencia muy entretenida al compartir casa con un poeta imposible y con un militar iberoamericano a punto de dar un golpe que pondrá el mundo a sus los pies, y lo hace sin necesidad de delimitar realidad o ficción, que se solapan como los bordes en una acuarela, y de un día para otro se ha obrado el milagro, disipando así la soledad.

En la imagen Lola Casamayor -Maria Luisa-  Paco Ochoa -El Portero- en «Maria Luisa», de Juan Mayorga ©Javier Naval Pulsar en la imagen para ampliarla

Además del poeta y el revolucionario le acompañan dos muñecos, que le han montado el portero de manera primorosa, para que se vean desde la calle, para dar cuerpo al engaño y nadie sospeche que vive sola.

El portero es una persona que vive para observar las necesidades de los vecinos y atenderlas con la mayor diligencia, como se espera debería ser el trabajo de un ángel custodio.

Ella se desliza en la línea de lo real y lo irreal, administrándolo a su gusto. El poeta y el general existen porque comparte su existencia con el portero, aunque para éste sean dos meros nombres escritos en la tarjeta del buzón, y para ella, de carne y hueso y encendidos enamorados, y los muñecos son reales tanto para ella como para el portero, y para todo el que mire a la ventana.

 El cotidiano de la señora, y las meriendas de los jueves con su amiga Angelines, se le quedan pequeñas, ahora que conoce la aventura de la imaginación, incluso compadece a su amiga por estar tan sola.

En la imagen Juan Paños -El poeta-, Lola Casamayor -Maria Luisa- y Juan Codina- El general en "María Luisa" de Juan Mayorga ©Javier Naval Pulsar en la imagen para ampliarla.

En la imagen Juan Paños -El poeta-, Lola Casamayor -Maria Luisa- y Juan Codina- El general en «María Luisa» de Juan Mayorga ©Javier Naval Pulsar en la imagen para ampliarla.

Pero el verdadero interés de María Luisa es cruzar una puerta de espejos que se supone guarda un mundo de placer, al que ella jamás tuvo alcance. Está convencida de que ha llegado el momento de acudir al local, ahora que cuenta con dos enamorados, lo intentará en dos ocasiones, pero a mitad del viaje en metro se frustrará la salida, al tirar de la palanca de emergencias por una u otra razón.

A la señora tener un pretendiente revolucionario y otro poeta le dará alas para tirar de la alarma de emergencias del metro, romper un escaparate para coger un pañuelo rojo que se la ha antojado regalárselo a su poeta: dado que el comercio estaba cerrado, se ve en la necesidad de romper el cristal del escaparate, y ya puesta rompe también el letrero iluminado de un banco, pero eso ya por placer.

La mujer, una vez disparada su imaginación, acoge a otro invitado en casa al que llama Olmedo. Un hombre aburrido y pragmático, que avivará la discordia entre sus otros dos enamorados, por lo que se ve obligada a echarlos a la calle a los tres, cuando teme que la rivalidad entre ellos pueda llevarlos a cometer un disparate.

En la imagen Juan Codina -el general-, Juan Vinuesa -Olmedillo- y Juan Paños -El poeta- en "Maria Luisa" de Juan Mayorga ©Javier Naval Pulsar en la imagen para ampliarla.

En la imagen Juan Codina -el general-, Juan Vinuesa -Olmedillo- y Juan Paños -El poeta- en «Maria Luisa» de Juan Mayorga ©Javier Naval Pulsar en la imagen para ampliarla.

Pero el hilo se rompe cuando quiere hacer el cambio de nombres en el buzón, que sería remplazar a los tres enamorados despedidos y sustituirlos por once, una cifra que hasta al portero le parece excesiva, pero el cántaro de la lechera se rompe, no se produce el milagro y se derrama la soledad de nuevo por la casa.

A partir de ahí  Mayorga no acierta a cerrar la historia, y reúne a los personajes en el lugar de puertas de espejo, en donde María Luisa piensa que se guarda la esencia de todos los placeres.

Este final invita a vivir más, que a jugar a hacerlo, pero la soledad sigue flotando sobre el escenario porque esta, como la vejez, es moneda de cambio habitual, aunque de la espléndida escenografía de Alessio Meloni  surja un árbol como promesa de entrada al jardín de las delicias.

Juan Mayorga como director hila fino y acierta, y los seis personajes brillan con luz propia, también es justo reconocer el buen hacer de las dos actrices extraordinarias, Lola Casamayor como María Luisa y Marisol Rolandi como Angelines,  y haber contado con tres ases y un portero balón de oro, encarnado de una manera sugerente como una llave mágica por Paco Ochoa, y los tres caballeros andantes para la dama Juan Codina, Juan Paños y Juan Vinuesa, tres juanes, cuatro con el autordirector, que son oro puro sobre cualquier escenario.

En la imagen -Angelines- Lola Casamayor -Maria Luisa-, de Juan Mayorga ©Javier Naval Pulsar en la imagen para ampliarla.

En la imagen las actrices Lola Casamayor -Maria Luisa- y Marisol Rolandi -Angelines- en «María Luisa, de Juan Mayorga ©Javier Naval Pulsar en la imagen para ampliarla.

María Luisa, se estrenó el día 20 de abril y estará en cartel hasta el 21 de mayo de 2023, en la Sala San Juan de la Cruz  del Teatro de La Abadía -Madrid-, más información AQUÍ.

Texto y dirección Juan Mayorga Reparto: Lola Casamayor, Juan Codina, Paco Ochoa, Juan Paños, Marisol Rolandi y Juan Vinuesa.

Escenografía: Alessio Meloni Iluminación: Juan Gómez Cornejo Vestuario: Vanessa Actif  Espacio sonoro: Yaiza Varona Ayudante de dirección: Laura Mihon Una producción de Teatro de La Abadía y Lazona

 

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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