Manuel Benito en «337Km», trata el «Síndrome de Asperger»

Manuel Benito en «337Km», trata el «Síndrome de Asperger»

En la imagen el actor Néstor Goenaga, que interpreta al joven con «Síndrome de Asperger», en «337Km»de Manuel Benito, dirigida por Julio Provencio

 

Por Luis Muñoz Díez 

 

Manuel Benito con la pieza 337 km pone luz y medida para situarnos en el entorno familiar de un niño con Síndrome de Asperger. Vivimos un tiempo en que afortunadamente toda obra es mestiza. La pureza es una condición que únicamente es deseable en el aire que respiramos. Manuel Benito arma la historia de 337Km, y sus personajes, el niño Antonio, sus padres y sus abuelos, con ese talento tan especial de los mejores guiones americanos que logran, que el público establezca una relación de empatía sin fisuras con un personaje.

Un buen tamiz para tomar distancia con los padres y abuelos que han de convivir con un niño con Síndrome de Asperger, en una relación tan desigual, dado que una parte ha de poner todo.

La noticia de que se ha detectado en un niño el síndrome de Asperger suscita el desconcierto en sus padres, y su entorno familiar. La reacción ante un diagnóstico como este, puede ser de entrega total, como es el caso de la madre, o de huida como el caso de Javier su padre, que pone 337Km de distancia.

Los actores Clemente García y Néstor Goenaga, padre e hijo a 337Km, de Manuel Benito, con dirección de Julio Provenzo Foto Susana Martín

Los actores Clemente García y Néstor Goenaga, padre e hijo a 337Km, de Manuel Benito, con dirección de Julio Provenzo Foto Susana Martín

La forma con la que Benito recrea la historia es didáctica y luminosa, contribuyendo a disipar miedo a lo desconocido. No hay sombras que susciten más temor que las que proyectan lo que imaginamos. Una vez que se conoce la situación en su medida aproximada, siempre se puede pedir ayuda para asumirlo, asumirlo, y ayudar al niño.

Javier, como se empeña en llamar a su padre Antonio, irrumpe en su vida por la necesidad de su madre de acudir a despedir a su padre. El reencuentro disgusta al padre y al niño, a este, porque altera su rutina imprescindible, y al padre porque no asimila que al niño no se le puede variar nada, que lo que se dice lo tome a pie de la letra, ni su obsesivo cumplimiento en un horario, al color de la vajilla, el recelo de ambos está inspirado en el miedo a pisar terrenos desconocido, al disiparse ese miedo facilita el acercamiento del padre y el hijo, al punto de que lo reconozca como tal.

Julio Provencio, pone en escena la historia del niño con síndrome de Asperger, que quiere ser astronauta, con un caudal de recursos creativos, para que se solape la vida cotidiana del niño, y su recreación del espacio, que únicamente está en su mente.

El actor Néstor Goenaga, se encarga de interpretar al niño que quieres ser astronauta 337Km, de Manuel Benito, con dirección de Julio Provenzo Foto Susana Martín

El actor Néstor Goenaga, se encarga de interpretar al niño que quieres ser astronauta 337Km, de Manuel Benito, con dirección de Julio Provenzo Foto Susana Martín

La iluminación de Juanan Morales está bien dirigida para significar a determinado actor cuando lo precisan, y contribuye a acotar el espacio escénico diseñados por Yeray González Ropero. Este marco tan adecuado para representar la función, lo completa el espacio sonoro a cargo del director que, logra momentos de tensión y de emoción, como cuando se oye la voz de Ana Torroja, tan bien administrada como el resto de los recursos.

Julio Provenzo y Néstor Goenaga, director y actor que encarna al niño, una marca y el otro encaja en su punto la interpretación, contando con el reto que supone que un adulto por joven que sea interprete a un niño, sin caricaturizarlo. El actor Clemente García interpreta al astronauta y al abuelo, pero su papel fundamental es el de Javier, el padre que realiza una verdadera travesía por su desierto interior para redimirse del miedo, aceptar y querer a su hijo tal y como es.

Lidia Navarro interpreta todos los papeles femeninos,  sin restar importancia a ninguno, el que tiene más implicación es el de la madre, que ha contado con la ayuda de los abuelos, y la ausencia de padre, con la excusa de vivir a 337Km.

337Km en una función acta para todos los públicos, lo que se llama un espectáculo familiar en que hay información emoción y entretenimiento. La pieza de Manuel Benito es válida porque contribuye a disipar prejuicios ante lo desconocido, y como apuntaba más arriba el autor lo hace con tal pericia que lo envuelve en un papel de celofán de brillantes colores, pero transparente para que el mensaje llegue integro al espectador.

Los actores Clemente García Lidia Navarro y Néstor Goenaga en 337Km, de Manuel Benito, con dirección de Julio Provenzo Foto Susana Martín

Los actores Clemente García Lidia Navarro y Néstor Goenaga en 337Km, de Manuel Benito, con dirección de Julio Provenzo Foto Susana Martín

337Km estará en cartel del 16 al 27 de febrero de 2022, en el Teatro Quique San Francisco -Madrid-, más información y compra de entradas AQUÍ.

Dramaturgia: Manuel Benito Dirección: Julio Provencio Reparto: Néstor Goenaga, Alicia González/Lidia Navarro y Clemente García 

Iluminación: Juanan Morales Espacio sonoro y musical: Julio Provencio Escenografía y vestuario: Yeray González Ropero Diseño gráfico: Jacobo Muñoz Comunicación: Manuel Benito Fotografía y vídeo: Susana Martín Producción ejecutiva: Julio Provencio y Manuel Benito Ayte. Dirección: Manuel Benito Producción: La Belloch Teatro
Agradecimientos: María Sánchez de la Cruz, Teatro del Soto de Móstoles, Teatro Guindalera, David Benito y Victoria Dal Vera

 

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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