“Le dijo que el amor era un sentimiento contra natura,
que condenaba a dos desconocidos a una dependencia mezquina e insalubre,
tanto más efímera cuanto más intensa”.
Gabriel García Márquez
“Luz Frágil” es una intensa y divertida historia de amor. Escrita y dirigida por Luciano Muriel, un joven autor que si sigue por el camino de construir con tanto pulso y humor los diálogos; jugar tan acertado con los tiempos y el inconsciente de los personajes dará mucho de que hablar en el mundo teatral.
La historia de fragilidad en la que nos sumerge la obra es una relación homosexual entre Manu (Abel Guillot), un cantautor inseguro, y Berto (Juan Paños), un romántico con la vulnerabilidad a flor de piel.
Chico conoce a chico en discoteca. Se acuestan una noche. Se separan porque cada uno vive en una ciudad…y ¿ahora qué?. Pues se podría quedar aquí y seguir buscando a otro chico y otro chico más, pero el autor decide que es mejor un vendaval de dudas, de premisas sobre las dependencia emocional, de querer ser el único, de renuncias y exigencias, de momentos especiales por la continuidad en el otro…En fin, contar una historia de amor en toda regla. Contextualizada en dos hombres pero universal por los cuatro costados.
Realmente el punto homosexual no proviene de ver en escena a dos hombres sino de un personaje joya: La Sombra (Pablo Remiseiro)
La sombra juega con sorna con los estereotipos. Con su figura alargada e histriónica pone cuerpo, alma y desparpajo a los pensamientos encontrados del personaje de Berto.
El Berto romántico y necesitado de amor eterno frente al Berto ligón efímero de discoteca. El contenido frente al irrefrenable. Del sexo de una sola noche a la fidelidad de la pareja…
La sombra no es realmente una parte oscura de Berto, es un yin o un yan complementario, pero también una proyección social del mundo gay. Por tanto el duelo no es solo una lucha interna de personaje, es lo que representa la imagen que tenemos socialmente de las relaciones homosexuales.
El autor, en el desasosiego del personaje de Berto, también utiliza la estructura el tiempo de forma original, sin que sea un continuo constante, si no como se utiliza el tiempo cuando se recuerda: Un vaivén temporal, que al estar bien construido aporta ritmo a la propuesta escénica.
Gracias a la bien pensada elección del elenco descubro dos interpretes muy interesantes: un jovencísimo actor, Juan Paños, técnica y emocionalmente delicioso y a un Show Man en mayúsculas: Pablo Remiseiro. Juan (Berto) y Pablo (la sombra de Berto) están perfectamente contrapuestos y a la vez en sintonía. De una credibilidad apabullante, con dos físicos y con dos actuaciones diferenciales que, sin embargo, consiguen unirles en una mismo personaje. Confieso sentirme en amor con la luz y la sombra de Berto. El personaje de Abel Guillot es más contenido, es el que opone desde una inseguridad aparentemente segura, y su corrección también es destacable.
La historia que construye Muriel es de apariencia sencilla pero con un trasfondo muy interesante.
“Lúz Fragil” contiene varias virtudes para una acto teatral de entretenimiento: Los personajes conectan con el público, el ritmo es dinámico, los actores son naturales y creíbles, el espectador (independientemente de su sexualidad) se puede ver reflejado en mucho de la historia de amor y el debate con la sombra es graciosísimo provocando a menudo la risa.
Director y actores cuentan lo que tiene que contar, sin pretender más artificios, ni florituras pseudointelectuales. Y cuando esto se consigue la sencillez es de una gran complejidad.
Con humor. ¡Qué gusto!
Y así como los personajes se sienten atraídos como los mosquitos hacia la luz, déjense atraer por esta obra divertida con un toquecito de algo más.
Titulo: Luz Frágil / Autor y Director: Luciano Muriel / Actuación: Juan Paños, Pablo Remiseiro, Abel Guillot /Compañía: Limbo Teatro
Estudio3 C/Núñez de Arce, 11
Sábados: 21:00