En la imagen los actores Israel Elejalde y Francisco Reyes en Los Mariachis de Pablo Remón @Flora González Villanueva
Por Luis Muñoz Díez
Pablo Remón inicia su función Los Mariachis, con un hombre vestido con un traje de chaqueta negro muy sucio, que lleva en la cabeza una gorra que simula ser, la cabeza del perro Pluto, el hombre se ve rodeados de avestruces que lo aceptan, y le permiten comerse con ansia uno de sus huevos, e inmediatamente cae como desmayado.
Aviso por si lo que escribo cuenta con algún lector, que en mi reseña describo la situación de los personajes de la obra, pero no descubro nada, porque en la función no hay intriga alguna. Se trata de una pieza que capta el presente continuo en que vivimos instalados, en que el futuro lo vamos consumiendo sin sentir, y sin posibilidad alguna de vuelta atrás.
El potente caudal de la obra está en la palabra, el autor tiene muy buen oído, y está dotado para dibujar personajes bien diferenciados. Pablo Remón en la pieza deja hablar a los personajes sin juzgar, ni especular.
El rico texto de Remón, interpretado por cuatro actores como Luis Bermejo, Israel Elejalde, Francisco Reyes y Emilio Tomé, capta la atención del espectador durante toda la representación, con momentos realmente gozosos.
Jesús –Francisco Reyes-, Raul –Emilio Tomé- y Santos –Luis Bermejo-, son tres hermanos que viven en un pueblo en vía de extinción de la meseta castellana. Los medios rurales de esas características, suelen obrar en su escasa población joven, de dos maneras. Una vez que se asimila que lo de “no hay salida” no es una frase hecha, suele cursar paralizando al que lo asume, e inmediatamente busca una razón para quedarse, o se despierta una necesidad de salir de allí, con urgencia.
Entre lo que no se fueron están los tres hermanos, Jesús el filósofo de la familia, trabaja como DJ puntualmente, pero sin abandonar hermanos, ni la casa familiar. Su hermano Raúl que en un arranque de huida hacia adelante, ha puesto una granja de avestruces, pero ignora cómo dar salida a su apreciada carne
Emilio Tomé es Raúl, con su granja de avestruces, y Luis Bermejo, Santos empeñado en que la tradición de los cabezudos no se pierda Los Mariachis de Pablo Remón @Flora González Villanueva
Los hermanos se reúnen en casa de un primo que se fue del pueblo, como unos adolescentes que se esconden en una cabaña, para escapar de la mirada de los adultos. A este lugar seguro llega Raúl, para contar a sus hermanos que le ha abandonado su mujer, pero su desdichada situación de ruina y desamor cae en saco roto al compartirla con con ellos. Jesús un hombre practico-escéptico de natural, no le ve más que ventajas al hecho, aún cuando Raúl le dice que se ha llevado a su hija, le responde que es lo suyo, donde va a estar mejor una niña que con su madre. Su otro hermano Santos, para no ver nada de lo que no quiere ver, vive entregado en cuerpo y alma, en ensayar como cabezudo para las fiestas de San Pascual, y el único perjuicio que nota con el abandono, es que precisamente la mujer de su hermano era quien hacía de pareja como cabezuda.
Entre un ataque de ansiedad del abandonado, y que su hermano Jesús que, no encuentra oportuno darle un meta bloqueante, cuando habría que administrarle un ansiolítico, ya puestos cortan unas rayas de coca, en el cristal del retrato de una tía difunta.
Los hermanos con esa apatía que se disfruta en los lugares en que las noticias no alteran nada su monótona vida, saben que el primo, y dueño de la casa que ocupan, que después de abandonar el pueblo todo le fue sobre ruedas, pero por las noticias de los telediarios también están al día, de que ahora está pendiente de varios juicios por apropiación indebida, prevaricación y blanqueo de capitales, después de cometer tanta tropelía económica, como le permitió tener despacho en la sede de un partido político, que ahora le hace el vacío.
En la imagen los actores Francisco Reyes Luis Bermejo, Israel Elejalde y Emilio Tomé, los primos que se rencuentran Los Mariachis de Pablo Remón @Flora González Villanueva
Sin previo aviso los hermanos que, aun intentan sacar algo de coca del cristal del retrato de la tía, ven como una aparición al hombre de traje negro muy sucio, con una gorra calada que simula ser la cabeza del perro Pluto, con orejas y todo.
A partir de ahí la historia de los hermanos pasa a segundo plano, y el autor pondrá su atención en el hombre que regresa fracasado –Israel Elejalde-, aparte de que no se ha presentado al juicio, y que hasta allí ha llegado andando, les cuenta que su mujer le ha abandonado.
Ante la noticia del abandono vivida por su hermano, y ahora con la de su primo, Jesús, el hermano estoico -Francisco Reyes-, deja una pregunta en el aire “a que sitio van las mujeres cuando os dejan”
La pregunta tiene mucha enjundia, en una función en que los protagonistas son todos hombres dejados de la mano de la fortuna, y de “las mujeres”, y por ser un hecho contemplado por Jesús, como algo ajeno a él.
Para saber que ha sido del primo, el autor nos da unas pinceladas con tres encuentros. El primero lo tendrá con un compañero de partido que le ha beneficiado, y mucho su desgracia, al que le pide un favor que le negará.
El primo de traje sucio y gorra de Pluto resurgirá cual un ave fénix por obra y gracia del actor –Israel Elejalde- que, de pronto lo veremos cómo recién salido de la ducha, manteniendo una conversación con un compañero de partido, que no es otro que el actor –Luis Bermejo-, también renacido en escurridizo hombre de partido, hasta ahora era el primo Santos, enajenado con su misión de que los cabezudos de su pueblo no sean mero recuerdo.
En la imagen los actores Luis Bermejo y Israel Elejalde, renacidos como colegas de partido corrupto Los Mariachis de Pablo Remón @Flora González Villanueva
También asistiremos a una charla que mantiene con su cuñado en el hospital, donde ha sido ingresado por un accidente que pudo ser provocado por él mismo. Su cuñado le visita en calidad de compañero del partido y le promete que no le va a faltar de nada, pero tiene que mantener un perfil bajo. En pocas palabras, que vaya a los juicios, cumpla su condena y calle para siempre.
Nadie mejor que el actor Francisco Reyes, para dar una noticia quizá, oportuna pero excluyente sin adornos afectivos, pero el político caído en desgracia ni le escucha, ni quiere hacerlo, porque ha tenido una revelación, surgida de un deseo imperioso de tomarse una Fanta de naranja, que le devuelva al confort de cuando era monaguillo, y ese era su premio después de la misa, para lograr su empeño se arrastra, y arrastra el gotero por el hospital hasta lograr llegar a una sala de espera con una dispensadora de bebidas, pero la máquina le niega la codiciada Fanta, en su lugar y con el tamaño de la lata, se le aparece San Pascual, patrón de su pueblo, y le pide que vuelva y le saque en procesión.
Antes de volver al pueblo tiene un encuentro con su hijo de nueve años, al que entrega una llave que ha de esconder hasta que llegado el momento pueda abrir una taquilla en la que encontrará un monto de dinero importante. El hombre le dice al niño, que todo lo ha hecho por él, y aunque el razonamiento sea torticero y chantajista, es cierto que no quiere para su hijo la miseria de su propio padre, ni la consecuencia de la suya propia.
La confusión del niño la interpreta con todo acierto el actor Emilio Tomé, que también es el granjero de avestruces, y hombre abandonado.
Los actores Luis Bermejo, Israel Elejalde, Francisco Reyes y Emilio Tomé, los diálogos y la dirección de Pablo Remón, y la escenografía de Mónica Boromello, tan simbólica que refleja el mundo mínimo de los tres hombres, marcado por una escenografía que no ocupa ni todo el escenario, bien iluminada por David Picazo, como el resto de equipo merecen el aplauso, que reciben en cada una de las representaciones.
Al final cada uno corre su destino sin consecuencia alguna, nada cambia ni, aunque la economía ignore al campo, y los recursos para remediarlo los políticos lo sigan desviando para uso propio. Como final le cojo prestado a Agustín Díaz Yanes, el título de su película “Nadie hablará de nosotras cuando estemos muertas”
Los Mariachis, está programada hasta el 11 de julio en el Teatro de La Abadía, de Madrid, más información de fechas horarios y compra de entradas AQUÍ.
Texto y dirección Pablo Remón Reparto Luis Bermejo, Israel Elejalde, Francisco Reyes y Emilio Tomé
Ayudante de dirección Raquel Alarcón Producción Silvia Herreros de Tejada y Francisco Reyes Distribución Buxman Producciones Escenografía Mónica Boromello Ayundante de escenografía Marta Martín-Sanz Construcción escenográfica LEAG Iluminación David Picazo Diseño de sonido Sandra Vicente_Studio 340 Vestuario Ana López Ayundante de vestuario Christiana Ioannidou Ambientación María Calderón Dirección técnica Está Por Ver Producciones Fotografía Flora González Villanueva Diseño gráfico Dani Sanchis
Agradecimientos Centro Dramático Nacional, Humana, Kor’sia, Mattia Russo, Antonio de Rosa, Daniel Remón Una producción de La_Abducción y Teatros del Canal con el apoyo de la Comunidad de Madrid