Dice la letra, “cuando llegaron los llantos, ya estabas muy dentro de mi corazón”. Y así fue. Llegaron y se instalaron contigo. Los llantos inundan mi casa. Y tengo que salir buceando por una ventana para no ahogarme sin que nadie lo sepa.
El corazón, que es como una de esas conchas con un cangrejo dentro, me lo voy a sacar del pecho. Voy a ponerlo al sol, para que se seque. Y cuando sea una caracola sin vida, sin ermitaño, ni carcelero dentro, lo devolveré a su sitio. Entonces, se escuchará el mar en lugar de los llantos. Lo juro.

Ilustración de Juan Luis López
El amor y sus demonios… Maravilloso, Miguelángel, como siempre. Un abrazo.
Precioso relato y muy apropiada la ilustración, ese corazón cangrejo que ha de secarse al sol… Fantástico! Enhorabuena chicos!
Preciosa la ilustración, y potente ese corazón que ha de mostrar los sonidos del mar.
Un abrazo.