En la imagen, Clemente García, David Luque, Julia Piera, Valérie Crouzet, Nico Romero y Violeta Linde «Los gatos mueren como las personas», con dramaturgia y dirección de Dan Jemmett Foto @LuzSoria
«El teatro sólo es interesante cuando uno hace lo que no sabe»
Por Luis Muñoz Díez
Los gatos mueren como las personas, escrita y dirigida porDan Jemmett, para el Centro Dramático Nacional, es un juego meta-teatral que toma como referente la pieza de Heiner Müller, «Quartett«. Jemmett nos permite observar el comportamiento de los componentes de un elenco, y el equipo, mientras esperan para ensayar un montaje de Las amistades peligrosas, incluyendo como personaje al propio dramaturgo alemán Heiner Müller.
Los actores están reunidos, a punto de ser llamados para continuar su ensayo, el director poseído por una creatividad cegadora se consiente gritar y humillar a todo el que se le ponga a tiro, dando vida a un creador tan reconocible como hiperbólico.
El elenco y el ayudante viven ese momento en el que aún no ha pasado nada, en donde se desdibujan como interpretes o como personajes, diciendo una suerte de diálogos inconexos, que después confirmaremos que son los diálogos de Las amistades peligrosas, en el momento que toma color y entidad el segundo director inspirado en Müller.
José Luis Alcobendas, Valérie Crouzet, Julia Piera y Nico Romero, cuatro actores esperando a su personaje. “Los gatos mueren como las personas,” escrita y dirigida por Dan Jemmett, Foto @LuzSoria. Pulsar sobre la imagen para ampliarlas.
En la pieza se juega con la lectura del arcano, con vocación de infinito, en ir más allá en el placer de la carne. Un trabajo a jornada completa que realizan los personajes de la novela de Pierre Choderlos de Laclos, y por otra parte se pone luz en la burbuja en la que se aísla el artista cuando cree estar brotado para crear.
Así Jemmett nos presenta al conjunto de los actores como un lienzo sin acabar de pintar, que se ve abstracto, por la falta del personaje.
Cuando el director se descubra como tal, esos actores serán la marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont, o la fiel Madame de Tourvel, objeto del deseo Valmont. Un deseo que ofende e irrita a la marquesa en su irrenunciable protagonismo, le ofrece a su sobrina Cecil, a la que describe por su inocencia, «como una verdura fresca, recién salida del huerto de un convento».
Violeta Linde como directora sobrepasad “Los gatos mueren como las personas,” escrita y dirigida por Dan Jemmett, Foto @LuzSoria. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.
La mística de la carne y el permisivo estado del artista, en que se normaliza posturas inadmisibles en cualquier otro oficio, Redimidos de la norma por vivir constantemente al borde del abismo de algo que sienten como sublime. Por lo que los placeres de la carne y la creación son eje, norte y sur, de una pieza que se nueve entre la realidad sucia, y el surrealismo del esperpento, pero quien conozca el mundo del arte intramuros no le sonará ajeno.
El ritmo de la pieza, lo marca la música que emite un reproductor de los que había en los bares, de música por monedad. Que significa en es espectador un cambio de animo, acorde con el tiempo. Al ser una obra meta-teatral, conoceremos al primer director que irrumpirá en escena constantemente de manera violenta con una queja. Siempre fuera de sí, ante la incomprensión del elenco, encarna su violenta denuncia la actriz Violeta Linde, después tomará el relevo como director, uno menos histriónico, macerado en whisky e interpretado en su punto justo, por Clemente García que presta voz y gesto para la ficción, al dramaturgo alemán, creado como personaje por Jemmett.
Nico Romero ya personaje y Clemente García, director “Los gatos mueren como las personas,” escrita y dirigida por Dan Jemmett, Foto @LuzSoria. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.
El que siga fascinando desde 1782 este enredo de la carne. A pesar de que esa sociedad decadente y endogámica ya no existe. Debe su atractivo y vigencia en el poder de la manipulación, en este caso tomando como como un tesoro irreparable la virginidad, que ha pasado a ser una condición que cuanto antes se supere mejor, pero el poder de la manipulación, y sentir la sumisión del otro con el cumplimiento de nuestro deseo, es un sentimiento que se sigue codiciando sin usura.
La rivalidad ente la marquesa de Merteuil, y el vizconde de Valmont, madame de Tourvel, la virtuosa casada, o la virginidad de Cecil, y su enamorado. Son material suficiente para incidir en la contradicción del propio mensaje planteamiento que, el sexo es un mero placer glandular, pero el mensaje de los hechos avala también que el goce pleno llega con la victoria, por haber logrado la presa. Incluso en el caso de la marquesa y el vizconde, con confirmar que Cecil, ya no guarda su tesoro virginal, les es suficiente.
La pieza que puede fascinar o raspar, en su visión escatología, en su parte en que señala la mística del sexo, y la sedición de lo bello, deja una moraleja casi de cuento ejemplar, afirmando que únicamente puede contrapesar ese poder, la vejez, o la puntilla final de la muerte. Señalando lo efímero de la vida frente a la eternidad de los huesos, como el monje que guarda una calavera en su celda.
Valérie Crouzet y José Luis Alcobendas repasan su papel “Los gatos mueren como las personas,” escrita y dirigida por Dan Jemmett, Foto @LuzSoria. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.
Para representar la obra se requiere unos actores muy bien entrenados, para componer sin apenas tránsito, y dar la talla con la corporalidad de la interpretación, en su doble salto, para pasar de ser meros actores, a sólidos personajes.
El elenco femenino, representa tres momentos de ser actriz parejos con la mujer. Valérie Crouzet, se muestra segura como el éxito colmado, Julia Piera, como potencial de posibilidades, como lo es su virginidad, un libro en blanco por escribir, o la ambigüedad como director en la ficción de la ficción, o como perfecta casada que sabe jugar sus cartas, de la actriz, Violeta Linde
David Luque redondea sin sentir su condición de hombre o mujer, como ayudante o como dama, con una riqueza de matices primorosa. Rotundo sin perder pie en la quimera de la masculinidad, el actor José Luis Alcobendas, pasa de actor a personaje con el aplomo de un mercenario, al que se puede acudir para cualquier guerra.
José Luis Alcobendas y Nico Romero, dos interpretes a la espera de sus personajes “Los gatos mueren como las personas,” escrita y dirigida por Dan Jemmett, Foto @LuzSoria. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.
El actor Nico Romero, se articula como un robot cuando aún es un continente sin personaje o continente vació, con el “tumba´ ó” que tienen los guapos al caminar, que cantaba Ruben Blanes, al mentar a Pedro Navaja, y se esponja cuando lo es, desplegando fuerza y convicción para seducir a la virginal Cecil.
El directo ha contado con un equipo que suma, como la escenografía diseñada por Adán Torres, un espacio de bar con su barra y su máquina de música, con la ampliación de un retrete protagonista y sonoro, firmada por Adán Torres e iluminada por Felipe Ramos En ese cuarto de baño, se presenta el mundo paralelo del segundo director, que conocemos por las descarnadas imágenes de Christopher Knighton, aparte del vídeo, que también se hace cargo del espacio sonoro con las canciones que suenan en el espacio bar. Otra aportación inestimable es el oportuno diseño de vestuario de Vanessa Actif y una caracterización de calidad, materializada por Johny Dean
Violeta Linde, virginal y Nico Romero seductor. ©Foto Luz SoriaPulsar sobre la imagen para ampliarla.
Los gatos mueren como las personas, no es un montaje fácil para el público, tampoco creo que lo haya pretendido Jemmett Es una propuesta alambicada porque se inspira en las sombras, que han proyectado los creadores que han indagado en el texto de la novela escrita Choderlos de Laclos, publicada en la época de la los «luises» de Francia, ha pasado por el tamiz de Fassbinder, o Heiner Müller, editada y reeditada, un suma y sigue de versiones para el
Sabiendo que toda obra es mestiza, y esta cuenta con referentes y precedentes poderosos. El trabajo que nos presenta Dan Jemmett, es personal e inédito.

David Luque y Julia Piera “Los gatos mueren como las personas,” escrita y dirigida por Dan Jemmett, Foto @LuzSoria. Pulsar sobre la imagen para ampliarla.
Los gatos mueren como las personas, está programada del 16 de mayo al 4 de junio de 2024 en el Teatro Valle-Inclán de El Centro Dramático Nacional -Madrid-, más información AQUÍ.
Dramaturgia y dirección Dan Jemmett
Reparto José Luis Alcobendas, Valérie Crouzet, Clemente García, Violeta Linde, David Luque, Julia Piera y Nico Romero
Dramaturgista Brenda Escobedo Escenografía Adán Torres Iluminación Felipe Ramos Vestuario Vanessa Actif Caracterización Johny Dean Espacio sonoro y vídeo Christopher Knighton
Ayudante de dirección María Caudevilla Ayudante de escenografía Esteban Lazo Ayudante de iluminación Edgar Calot Ayudante de vestuario Sandra Espinosa
Producción Centro Dramático Nacional