Los despiertos, escrita y dirigida por José Troncoso

Los despiertos, escrita y dirigida por José Troncoso

En la imagen el actor Alberto Berzal, que cuadra a -El Grande- en «Los despiertos», escrita y dirigida por José Troncoso Foto Paco Ureña

 

Por Luis Muñoz Díez

 

Los despiertos, es una obra escrita y dirigida por José Troncoso. Sus protagonistas son tres barrenderos que viven con el horario cambiado al de una sociedad que los ignora, porque están y cumplen su trabajo, si no lo hicieran y al amanecer estuvieran las calles hasta arriba de basura, sería cuando se les echaría en falta.

La vida de estos tres hombres es dormir mientras otros ensucian y trabajar mientras todos duermen, y cuando el sol los avisa vuelven a sus casas. El Grande y el Fino, cada uno a la suya, y el Mediano, a la de su madre.

José Troncoso es gaditano, buen actor, con una formación muy sólida, en el teatro físico, gestual, bufones y clown, y ese bagaje se nota en cada trabajo que presenta como dramaturgo. Al margen de una sólida academia, cuenta con la capacidad para construir personajes dentro del arco del esperpento, pero tiene la mesura de redimirlos antes de que lo sean realmente.

Ese arco le permite jugar sin límite con la parte cómica que tiene el disparate, totalmente reconocible, porque casi siempre lo real supera a la ficción, pero el autor, redime a sus personajes sin permitirles que pierdan su dignidad in extremis. Lo que despierta una corriente de empatía, con su valor balsámico contra la derrota.

En la imagen el actor Luis Rallo -El Mediano, un hombre que acepta lo que viene en “Los despiertos”, escrita y dirigida por José Troncoso Foto Paco Ureña

En la imagen el actor Luis Rallo -El Mediano, un hombre que acepta lo que viene en “Los despiertos”, escrita y dirigida por José Troncoso Foto Paco Ureña

La singularidad de la pieza está en la delicada mirada del autor, cuando se fija en los personajes rayanos con la marginalidad. José Troncoso sabe tensar el arco, medir los tiempos, y sobre todo, cuenta con una capacidad como dramaturgo muy precisa, que sitúa al espectador donde él quiere, sugiriendo. Sin ahogarle con bifurcaciones, por lo que el mensaje llega integro al público.

Una capacidad muy valiosa, que no es tan común el saber ordenar una historia hasta llegar al final de lo que se quiere transmitir. Hay autores que tienen mucho que decir, pero no saben administrar sus ideas, y las vuelcan literalmente sobre un texto, logrando un “conteiner” de propuestas, que precisan de un editor para ordenarlas, al salir de la sala.

La historia del Fino, el Mediano y el Grande, en principio parece que ya esté contada, a los barrenderos y traperos, les han puesto cara actores muy conocidos casi siempre en contrapunto con a niños bien, o las estrellas musicales que apuran la noche. En Los despiertos se les devuelve a su entidad de trabajo marginal, con su alineación pertinente por nuestra poderosa capacidad de adaptación, en que entretenemos el tiempo discutiendo entre iguales, sin querer mirar más allá.

En la noche más oscura en su vertiente real y simbólica. El autor en un tiempo similar a lo que dura un disparo flas, nos muestra retazos de vida de los tres hombres fuera de su trabajo. Estirando a lo largo y a lo ancho ese breve destello, clava un fiel retrato de su personalidad. Nos dejará pegados a la butaca el conocer la relación de el Grande y su novia, en un acto de machismo que el «quererse» lo justifica todo, nada mas lejos de la madurez afectiva, porque a quién se quiere, no se le hace daño.

En la imagen el actor Israel Frías, con su carita de medalla -El Fino- en “Los despiertos”, escrita y dirigida por José Troncoso Foto Paco Ureña

En la imagen el actor Israel Frías, con su carita de medalla -El Fino- en “Los despiertos”, escrita y dirigida por José Troncoso Foto Paco Ureña

Sabremos, con una sensación de amarga impotencia que al Fino, su adolescencia se le quebró después de volver del colegio, de nuevo con golpes, y su madre decide ocultarle en la noche, como ayudante de su padre en el camión de basura.

El mediano como su nombre indica, es la mesura personificada, y se resignará a su suerte, como se come el bocadillo con tomate, que a él, no le gusta, y su madre se empreña en ponerlo, y le lleva cada noche al trabajo.

La obra tiene una gran belleza lírica, en que los barrenderos barren la decadencia de una sociedad que los ignora. En una noche larga, conformada de rutinas en que nos podemos ver reflejados todos. El trabajo actoral pasa sin sentir del clown, al realismo puro y duro, pero siempre pasado por el tamiz de la lectura mas humana.

El trabajo de los actores Alberto Berzal, Israel Frías y Luis Rallo, es minucioso de la mano de Troncoso. Nos despiertan empatía, tristeza por lo irremediable, y nos hacen reír con ellos, nunca de ellos. Los tres actores son tan complementarios, como diferentes, e imprescindibles para la representación, en la que no te puedes imaginar a El Grande, al Mediano, y al Fino, encarnados por otros intérpretes.

La trayectoria de Troncoso como dramaturgo, está ya, bien trazada, y no hace falta contar con una bola de cristal para intuir que será una carrera de largo recorrido.  Aparte de contar con una escritura propia, conoce el latir de lo cotidiano, y sabe lo que quiere contar, y cómo lo quiere contar. Una facultad que se tiene o no se tiene, y en este caso lo tiene todo a su favor.

Si tienes la oportunidad de ver una función de Los despiertos, no dejes de hacerlo.

 

Cartel de Los despiertos Diseño Gráfico: Jaroriro

Cartel de Los despiertos Diseño Gráfico: Jaroriro

 

Los despiertos se estrena el 9 de marzo de 2020 en el Teatro del Barrio -Madrid-, donde estará en cartel hasta en hasta el 20 de marzo, más información AQUÍ.

Autoría y Dirección: José Troncoso Adjunta a la Dirección: Kike Gómez  Intérpretes: Alberto Berzal, Israel Frías y Luis Rallo

Diseño de Iluminación: Javier Ruiz de Alegría Música original y espacio sonoro: Mariano Marín Producción: Los Despiertos Gestión de producción: Eslinga Comunicación: María Díaz Fotografía: Paco Ureña Diseño Gráfico: Jaroriro
Vestuario: Felisa Kosse.

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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