«Lorca» Homenaje a García Lorca de la Compañía Laboratorio y Jessica Walker

«Lorca» Homenaje a García Lorca de la Compañía Laboratorio y Jessica Walker

«Lorca». Homenaje a García Lorca de la Compañía Laboratorio como dramaturgos y elenco, dirigida por Jessica Walker. En la imagen la actriz Paloma Remolina -La Caraca- y  el actor Carlos Martín-Peñasco -Federico García Lorca- Foto  ©Ulises Fontana

 

Por Luis Muñoz Díez

 

Lorca Un homenaje a García Lorca, con dramaturgia colectiva de la  Compañía Laboratorio Teatro bajo la dirección de escena, iluminación, escenografía y diseño sonoro de Jessica Walker , ha regresado a Madrid con toda la intensidad que caracteriza a esta compañía.

La figura de Lorca es, sin duda, un oscuro objeto de deseo para cualquier creador. En manos de la Compañía Laboratorio Teatro, este homenaje se mueve en su espacio natural como el pez en el agua, dentro del cuño que define a la compañía: Una fusión de palabra y movimiento cómo lenguajes complementarios, donde los actores sin tregua se desplazan de un lado al otro del escenario, suben, bajan, hasta que se funden en un silencioso abrazo final, envueltos por una iluminación que favorece una atmósfera onírica y oscura.

"Lorca" Compañía Laboratorio Teatro. Dirigida por Jessica Walker

«Lorca» Homenaje a García Lorca de Compañía Laboratorio y Jessica Walker ©Ulises Fontana

Sentada en el suelo frente al escenario descalza Jessica Walker, controla la representación que es como un rito, custodiada por Else Lejamtel y Rafael Herrera que alumbran puntualmente, con un foco sustentado en sus manos.

Carlos Martín-Peñasco continúa encarnando a Lorca, un personaje que parece haberlo empapado por completo. En esta obra, se plantea una fantasía ¿y si Lorca hubiera llegado a viejo? ¿Y si hubiera olvidado ser el autor de su propia obra? Este guiño a una vejez que nunca vivió rodeándole con la constancia de las moscas, una figura de la muerte, en forma de Catrina mexicana, provocadora, “bailona” y siempre triunfante, interpretada con entusiasmo por la actriz Paloma Remolina.

El actor Carlos Martín-Peñasco continúa encarnando a Lorca, de manera primorosa en todas en sus luces y sus sombras.

El actor Carlos Martín-Peñasco continúa encarnando a Lorca, de manera primorosa en todas en sus luces y sus sombras. Foto ©Ulises Fontana

La pieza no solo coreografía lo onírico, sino que también se adentra en el poeta como hombre y como homosexual. Lorca se identifica con Yerma o la Novia de Bodas de Sangre, atrapado entre la pasión encendida hacia un hombre, al que no puede satisfacer con lo que «cree» que la naturaleza le niega.

Destaca una escena conmovedora con su padre interpretado por Óscar García Carranza, quien, en una impresionante lección de expresión corporal, se transforma de ser un anciano con batín, a un hombre joven y fuerte mientras escala un andamio. Este padre viaja a Nueva York, buscando algo de Federico que pueda mitigar su dolor.

  El actor -Carlos Martín-Peñasco- como padre de federico da una clase magistral de expresión corporal logrando en unos pasos en el escenario pasar de la desvalida vejez, al vigor de la juventud. Foto ©Ulises Fontana

El actor -Carlos Martín-Peñasco- como padre de federico da una clase magistral de expresión corporal logrando en unos pasos en el escenario pasar de la desvalida vejez, al vigor de la juventud. Foto ©Ulises Fontana

La intensidad de Lorca, hasta lo hiperbólico, contrasta con su suerte en el amor. Nunca fue correspondido en la pasión que él exigía a los hombres que amaba. Su relación con Salvador Dalí es uno de los puntos álgidos del espectáculo, en un tête-à-tête arrebatador (con armario incluido), donde el genio de Cadaqués, interpretado por Manuel Almonacid se enfrenta a la negación de su propia condición sexual.

Dalí fue otra asignatura pendiente para García Lorca ©Ulises Fontana

Dalí fue otra asignatura pendiente para García Lorca, el genio de Cadaqués no pudo asumir su condición sexual. ©Ulises Fontana

El amor mas desazonador  de Federico, quizá sea el que sintió por Rafael Rodríguez Rapún. Este sentimiento provocó algunos de los versos más hermosos del poeta, impregnados de desamor y la quimera imposible de un homosexual enamorado de quién no lo es. Rapún, al que Lorca llamaba “el tres erres” -de Rafael Rodríguez Rapún-, era un ideal romántico, atlético, ingeniero, futbolista y socialista. El marido perfecto para cualquier muchacha. Pero Federico, era homosexual no una mujer, aunque por confesión propia en su alma anidara una muchacha, y la contradicción entre lo deseado y realidad fue devastadora.

Federico con tres R

Federico con “el tres erres”

Según el director teatral Modesto Higueras, -al que tuve la oportunidad de tratar y trabajar como actor-, compañero de ambos en La Barraca, decía que la relación entre Federico y Rafael fue la de un amor rendido por parte del poeta y una fascinación por parte de Rapún, quien, pese a estar cautivado por el mundo de Lorca, amaba a las mujeres. La muerte de Lorca marcó a Rapún, quien murió un año después, el 18 de agosto, luchando en el frente del norte. La misma fecha en la que fue asesinaron el poeta. Es como si la Caraca los hubiera unido para la eternidad. En el espectáculo, hay un beso profundamente conmovedor entre ambos, materializado por Carlos Martín-Peñasco y Óscar García Carranza, en un acto de desagravio poético.

 -Carlos Martín-Peñasco- en este caso como “el tres erres” de Federico Foto ©Ulises Fontana

-Carlos Martín-Peñasco- en este caso como “El tres erres” de Federico. Foto ©Ulises Fontana

El montaje no solo explora el mundo interior de Lorca, sino que también revisita su obra. Aparecen Adela y Bernarda recreada por Roser Vallvé o un Federico espiando las conversaciones de su vecina de pared con pared de Francisca Alba y sus hijas. En una escena cargada de humor, Lorca justifica ante su madre que, ya fue bastante la concesión cambiar el nombre de Francisca por el de Bernarda, y no va a cambiar también el nombre del pueblo.

Esa Bernarda Alba que quedó en borrador de la que tanto se ha especulado en vano, amparados en el silencio obligado del autor asesinado, la historia de un pueblo sin rio en que se bebe con recelo el agua de el pozo esté envenenada, donde una Isabel García Lorca lamenta que cayo una niña, en un pozo del que no hay salida.

La actriz Roser Vallvé, compone igual a una Bernarda fuera de si, que a una Isabel García Lorca niña.

La actriz Roser Vallvé, compone igual a una Bernarda fuera de si, que a una Isabel García Lorca niña. ©Ulises Fontana

Momentos memorables incluyen una coreografía interpretada por David Soler Close, quien, dentro y fuera de un armario, taconea con fuerza que traspasa mientras juega a torear con una chaqueta colgada de una percha a modo de muleta, y Camilo Zaffora, quien parodia a Franco con un chal que sustituye el clásico cuello de piel del dictador, el estupendo actor tiene su mérito, porque se trata de una figura sin parodia posible, era estático y helador como la muerte, hasta su voz aflautada le restaba un rasgo humano.

También hay una divertida caricatura de Ian Gibson, interpretado por Martín-Peñasco, quien, con cada movimiento de cabeza, levanta nubes de polvo, y que culmina en una desgarradora historia sobre el trato que recibió su hermano por ser homosexual, hasta su muerte en un manicomio en la conservadora Irlanda católica.

Paloma Remolina -La Caraca- y  Martín-Peñasco -Federico García Lorca-  ©Ulises Fontana

Paloma Remolina -La Caraca- y  Martín-Peñasco -Federico García Lorca-  ©Ulises Fontana

El espectáculo culmina en una alegoría que sintetiza el deseo insatisfecho de Lorca: todos los hombres del elenco aparecen con espuma de afeitar brotando de sus pezones, mientras el poeta lamenta ser como sus personajes femeninos: yerma, sin hijo que acunar dentro de su cintura; con unos pechos que puedan alimentar una vida nueva.

En este homenaje a Garcia Lorca, de Compañía Laboratorio Teatro, como dramaturgos y elenco, con dirección de escena de Jessica Walker nos entregan un valioso retrato del Lorca humano, genial, trágico y eterno.

Paloma Remolina la juguetona Caraca y David Soler Close, el hombre que miestras taconea de manera vigorosa, torea a la vida, con una chaqueta colgada en una percha a modo de muleta ©Ulises Fontana

 

Lorca, está programada 27, 28, 29 y 30 de noviembre de 2024 en la Sala Nave73, más información AQUÍ

DRAMATURGIA COLECTIVA Compañía Laboratorio Teatro sobre textos de Federico García Lorca

DIRECCIÓN DE ESCENA Jessica Walker

ELENCO Carlos Martín-Peñasco, Paloma Remolina, Roser Vallvé, David Soler Close, Óscar García Carranza, Camilo Zaffora, Manuel Almonacid

ILUMINACIÓN Jessica Walker

AYUDANTES DE ILUMINACIÓN Else Lejamtel y Rafael Herrera

ESCENOGRAFÍA Y DISEÑO DE SONIDO Jessica Walker

VESTUARIO Compañía Laboratorio Teatro

FOTOGRAFÍA Y DISEÑO GRÁFICO Ulises Fontana

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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