Franquicias como Scary Movie o Paranormal Movie son las responsables del desprestigio de la comedia de terror. Su apuesta por el chiste fácil y la parodía poco sutil de títulos de éxito han llevado al subgénero a uno de sus niveles más bajos. Por suerte, Lo que hacemos en las sombras logra provocar la carcajada sin causar vergüenza ajena.
Los directores Taika Waititi y Jemaine Clement, dos de los responsables de la serie de televisión Los Conchords (Flight of The Conchords), homenajean y se ríen de todos los tópicos de las cintas de vampiros al mostrarnos las peripecias de un grupo de chupasangres en una casa compartida de la ciudad de Wellington. Tomando la forma de un falso documental, asistimos al particular noche a noche de estos no-muertos que, pese a sus fechorías, acaban por caer simpáticos a los espectadores.

El director Taika Waititi encarna a una peculiar parodia del vampiro romántico en Lo que hacemos en las sombras
El resultado es una particular variante de Friends con homenajes a títulos fundamentales del género, tanto en su vertiente cinematográfica como literaria, del calibre de Nosferatu, la versión de Drácula que dirigió Francis Ford Coppola, el romanticismo algo cursi de las novelas de Anne Rice o, en su versión más popular y adolescente, la saga Crepúsculo. Todo ello salpicado con alguna referencia culta, como las pinturas negras o los grabados del español Francisco de Goya.
No obstante, a pesar de encontrarnos con un filme que intenta hilvanar de una forma más o menos afortunada situaciones cómicas, Waititi y Clement aciertan al crear personajes que logran el cariño del espectador, contar con un elenco de intérpretes más que destacable y no pasarse con la sal gorda en el humor, elementos que distancian a esta cinta neozelandesa de los bodrios de los hermanos Wayans.
Quizá haya que reprocharle a esta divertida comedia algunos baches en el ritmo que rebajan un poco el resultado final, aunque ese defecto no impida que nos encontremos ante una obra clave del mockumentary que podría considerarse como el particular This is The Spinal Tap de los largometrajes de vampiros. No parece casual visto el resultado que el filme haya ganado el premio a la Mejor Película de la sección Midnight Madness del Festival de Toronto y el Premio del Público del Festival de Sitges.