«Lo nunca visto», de José Troncoso, una función para sentir y gozar

«Lo nunca visto», de José Troncoso, una función para sentir y gozar

En la imagen tres actrices de las que te dejan sin palabras pegado a la butaca: Alicia Rodríguez, Belén Ponce de León y Ana Turpin, protagonistas de Lo nunca visto, de José Troncoso Foto de Susana Martín

 

Por Luis Muñoz Díez

La compañía La Estampida Teatro nos presenta “Lo nunca visto”, con dramaturgia y dirección de José Troncoso. Un hombre de teatro que toca todos sus palos. Su labor como actor es más que brillante, tanto como la de docente o prestando su colaboración a otras compañías con su taller de bufones.

Ha dirigido muchas obras ajenas con éxito, pero desde 2015 ha estrenado tres piezas de cuño propio: “Princesas del Pacífico” las pincesas eran y son, dos actrices que son canela en rama: Alicia Rodríguez, Belén Ponce de León. Las princesa…, desde su estreno hace cinco temporadas no ha dejado de representarse, agotando las entradas en todos los teatros que se ha programado, de hecho la función aún sigue de gira. La segunda pieza fue “Igual que si en la Luna”, un hermoso trabajo con el actor José Bustos sólo en escena, creador y actor enamoraron y emocionaron al espectador a partes iguales. Ahora La Estampida Teatro llega al El Teatro Español con “Lo nunca visto”, una obra rodada y en su punto, con tres actrices tan sólidas como son Belén Ponce de León, Alicia Rodríguez, y Ana Turpin, que como Bustos en su momento con “Igual que en la luna”, emocionan y enamoran.

La obra de José Troncoso se compara con otras que también trabajan el esperpento y lo grotesco con un resultado espléndido. Presentando funciones que son sosa cáustica para la conciencia. La comparación no deja de ser halagadora para el creador, pero para mí, los trabajos de Troncoso tienen un plus de sensibilidad. Aún reconociendo mestizajes e influencias. Normalmente los que trabajan el esperpento, hurgan en la herida hasta hacernos sentir desasosiego, en la obra de Troncoso redime a sus personajes, sin eludir sus oscuras sombras mostrando su parte grotesca, pero rescatando su opaca luz.

El título de “Lo nunca visto” recuerda a los presentadores de circo, anunciando a pie de pista la proeza del artista. En este caso tiene un doble sentido, porque el autor-director sube al escenario a tres mujeres que contaran precisamente lo nunca visto, la peripecia de tres personas que en potencia han fracasado, y de entrada parece que no tienen nada digno de ser escuchado.

La historia en su forma es la de una profesora de baile, que recuerda en el final de sus días el momento en que convocó a todas sus exalumnas, cuando le quedaban pocas horas para que le desahuciaran del aula donde ejercía su docencia. A su llamada únicamente respondieron dos. Una ama de casa colmada de desamor, y algo más, y una yonki.

Si la evocación es mentira o verdad poco importa, en el escenario vemos a la maestra encarnada por Belén Ponce de León, sentada, tiesa, apoyada con seguridad en su bastón se encara con el público afirmando con actitud soberana, algo así: “Cómo estoy sentada ustedes no se hacen a la idea de lo alta que soy, pero yo de pie, soy un diplodocus” la frase es como un aviso para navegantes, que nos anuncia que la función nos hará reír.

Mentira o verdad el caprichoso recuerdo de la maestra evoca cómo estímuló a sus dos exalumnas a que subieran a un escenario la vida de las tres. Al poner el foco sobre sus existencias, podemos comprobar que lo común también es sorprendente, que lo grotesco y lo tierno son las dos caras de una misma moneda.

Belén Ponce encarna la quimera del éxito y el fracaso, ambas condiciones no tiene sexo ni condición en Lo nunca visto de José Troncoso.

Belén Ponce encarna la quimera del éxito y el fracaso, ambas condiciones no tiene sexo ni condición en Lo nunca visto de José Troncoso.

Belén Ponce de León con su sola presencia llena el escenario. Su personaje por atuendo y maneras es puro esperpento. Encarna la quimera del éxito y el fracaso, ambos estados no tiene sexo ni condición, en su caso el de una niña que le empujaron a ser bailarina, y llegó a ser maestra de baile en una discreta academia. Tras su imponente fachada guarda su corazón de “jirafa”, cómo le tildaba quién se encargó de nutrir sus complejos, mientras le formaba en la danza. Pero esa experiencia negativa la transforma paliando las inseguridades de sus alumnas en sus momentos de temblor, comparándolas con una piña o un pomelo. Aparte de a la maestra, la actriz se encarna los personajes masculinos:  El marido imposible del ama de casa, que el público recibe riendo a carcajadas, y al padre de la Yonki. Poco se puede decir de Belén Ponce de León, únicamente ponerle el “la” delante, nombrándola por el apellido como se hace con las grandes actrices. Belén ya es, la Ponce de León.

En la imagen Alicia Rodríguez, una actriz con personalidad propia que la hace ser única.

En la imagen Alicia Rodríguez, una actriz con personalidad propia que la hace ser única.

Si grande es la Ponce de León, grande es también la actriz Alicia Rodríguez, que pone voz y gesto a una ama de casa siempre dispuesta a agradar. Una mujer vive un permanente estado de ansiedad, que ejerce la amabilidad como un grito de silencio que demanda ser querida. No recibe más que palos y reproches a su entrega, la actriz con su talento transforma su desdicha en risa, con una ternura que desarma.

La actriz Ana Turpin en Lo nunca visto, de José Troncoso imprime a su personaje una fragilidad de hierro, un arañar fuerza de donde no queda.

La actriz Ana Turpin en Lo nunca visto, de José Troncoso imprime a su personaje una fragilidad de hierro, un arañar fuerza de donde no queda.

Ana Turpin es la yonki, a la que avisaron de que no se subiera en la moto de aquel chico, que a sus ojos se le antojaba un príncipe, y resultó serlo, pero del infierno. El personaje tiene una fragilidad de hierro, se niega a ser lo que es, porque bajo su escasa carne habita la chica que fue. Turpin realiza un trabajo muy fino, compone un personaje de sutiles matices, y logra que lejos de provocar rechazo, despierta empatía e instinto de protección en su desamparo.

En la función se toma la revancha. También tiene su momento monstruoso cuando recreando la vida de su maestra en su etapa de alumna. Ana Turpin interpreta a la castradora maestra de su maestra-niña. Interpelando al ama de casa como “la gorda” y a la maestra-niña le llama directamente “Jirafa”, apostillando con la pregunta ¿Cuándo se ha visto una jirafa bailando?

Parafraseando a Sabina cunado canta en su copla “Las amarguras no son amargas, cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo”, y yo añado, o su tocayo José Troncoso.

La función es un acierto de su creador, y el trabajo de las tres actrices te deja atornillado a la butaca, hipnotizado por sus movimientos, sin parar de reír, con ellas, no de ellas.

Son tres personajes duros, pero se percibe su calor y se siente el latido de su corazón, y aunque la bondad no esté de moda, al salir del teatro después de gozar de “Lo nunca visto” yo creo que somos algo mejores.

Vayan a ver «Lo nunca visto»,gozarán de la función.

 

Título Lo nunca visto Dirección y Dramaturgia José Troncoso Reparto: Belén Ponce de León, Alicia Rodríguez y Ana Turpin  Iluminación Juanan Morales Escenografía Juan Sebastián Domínguez Diseño de vestuario y caracterización Miguel Ángel Milán  Fotografía y Audiovisual Susana Martín Ayte. Dirección Borja Roces Productor Ejecutivo Kike Gómez

* Esta reseña se publicó cunando la pieza estuvo programada en 2019 en la Sala Margarita Xirgu de El Teatro Español -Madrid- Desde esa fecha no se ha dejado de representar con éxito, y vuelve del 7 de mayo al 8 de junio de de 2021, al Teatro Infanta Isabel, de Madrid, con el mismo reparto, y la misma calidad de su estreno, más información de fechas horarios y compra de entrad pinchando aquí.  Atentos a la gira.

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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