Esta semana la tertulia ha recibido la visita del poeta David Abad y la pintora Carmen Miriam Ferreira. David nos ha dado un recital de su obra, en el que también ha intervenido Carmen. Nos lo pasamos de maravilla, y reímos y reímos de lo lindo. Y hasta surgió la necesidad de que la poesía y el arte se fundieran, como puede observarse en este trabajo conjunto de ambos artistas.
Habla David Abad:
Carmen Miriam y yo nos conocemos hace tiempo, cuando aterricé en Aranjuez por amor o por una hipoteca. Ahora, con el paso de los años, ya no sé como definir nuestra relación. Desde ese momento fuimos cultivando una amistad que se sostiene sobre el humor y el arte. La risa es algo sin lo que no podemos vivir. Sacamos carcajadas hasta de los entierros, como harían los Monty Python. A los dos nos gusta mirar y ver cómo habla la gente y en muchas ocasiones «robamos» trozos de diálogos o de imágenes, y así comenzamos poemas o cuadros.. El lugar de la inspiración es lo de menos; puede ser el metro, un bar, la calle…, aunque a veces recurrimos a mitos del cine o de la literatura.
A Carmen Miriam la llamo pintora por greguerías, y ella cree que a mí, como perro, me iría mejor. Los dos creemos que la felicidad es inevitable si huimos de los falsos mitos, que nos hacen creer en los dioses de la publicidad y el consumo, en la eternidad del botox y las posesiones efímeras. Por eso creemos en una vejez infantil, en una vida plena mientras nos salen canas y michelines. La muerte será una bromista que nos hará desaparecer del escenario. Pero nosotros nos volveremos a colar en vuestro mundo con nuestras pinturas y poemas.
Somos como esa mujer que lee embelesada, ensimismada, en su mundo lleno de colores, lejos de las llamadas perdidas y del maniquí transparente, efímero, condenado a desaparecer en el olvido.
Se vive mejor sin llamadas perdidas
a la sombra de árboles desconocidos digitales
que alimentan sueños
y filtran la luz de la infancia
Aprendí que el camino estaba lleno de tachuelas
y mochilas vacías
y de barras infinitas que no llevaban a ninguna parte
Aprendí que Marilyn era mi novia
y Audrey Hepburn mi paseo por Manhattan
y seguí alimentando mi melancolía creyéndome Humphrey Bogart
despidiendo a Ingrid Bergman en ese aeropuerto.
Mi destino lo conocí pronto, estaba en la cabeza del Principito
y en una biblioteca perdida de Santa Ana.
Y me dirán que estoy cebando mundos paralelos
y cuevas de poetas adolescentes, donde las reglas son una excepción
Y me digo que las esperanzas de este cuaderno son llegar a ti
y que ocupes este espacio hueco que habita en la realidad
Se vive mejor sin llamadas perdidas
saliendo del paso con unos cuantos versos
con palabras de amor desconocidas
corrigiendo a la rutina
dándote el último aliento
En esos casos siempre me acuerdo de Horacio, que además de sus Beatus Ille y Carpe Diem, habló de la famosísima máxima de «Ut pictura poesis», que David y Carmen han conseguido admirablemente.
~ Contiene magia de complicidad… El arte los une de una forma maravillosa para deleitar… «Se vive mejor…» con el deletreado de tus palabras en cada escrito…~
Saudy ~_~.