Las cartas de Cristián de Antonio C. Guijosa ©Moisés Fernández Acosta
Por Luis Muñoz Díez
Vuelve a la cartelera como autor y director Antonio C. Guijosa, con Las cartas de Cristián, y el listón muy alto, marcado por su obra Sólo un metro de distancia. El autor no vuelve por los pasos andados, si no que arriesga, con una historia amoral, como se supone que es el mundo catódico, en el que el éxito, justifica la venta de la vida y el Alma.
Un trabajo en que la ansiedad se consume en estado puro, en que todo vale si se logra la palabra sagrada «Share». El Share, convierte cualquier producto televisado, sea un espacio dramático a un partido de jockey con elefantes en cifras de espectadores, y esas cifras estadística de beneficio por los ingresos de la publicidad. Todo lo que ocurre de la estadística para abajo son batallas menores, que libran asalariados, en constante lucha en la arena cuerpo a cuerpo.
Antonio C. Guijosa articula la obra alrededor de Cristián García, el presentador de un programa de entrevistas que se llama «La barca de Caronte«, un espacio sazonado con gracias y chistes, que disfruta de un éxito discreto, en una franja de emisión discreta.
El presentador está rodeado de personas que pertenecen al medio y hablan el mismo idioma. Unos personajes imprescindibles para que la pieza funcione. Álfer es el productor de su programa, y Laura su ayudante y mano derecha. Magadalena Mayo -Maggie- es una publicista, con pasado y presente en la pieza, y Máximo Reis ha sido corresponsal de guerra, declarado como maldito, y expulsado de la fama y de todos los diarios y cadenas, donde ha trabajado.

Las cartas de Cristián de Antonio C. Guijosa. Fael García y Rodrigo Poisón, presentador y productor ©Pablo Lorente Pulsar en la imagen para ampliarla
Todos, son diferentes pero les une los sueños de gloria de poder, que se supone otorga el éxito. Olvidando que los que viven con ese afán, obtienen una fuente inagotable de frustraciones. Los que no tienen éxito, porque se sienten invisibles, los que lo tienen, no tienen prestigio, los que tienen ese reconocimiento, se sienten relegados en la franja de emisión, y si tienen éxito y prestigio, tampoco lo disfrutan, y les brotan sudores fríos, cuando ven que alguien les pisa los talones en audiencia.
Cristián García, recibe un galardón con un largo enunciado, que con cada palabra que suma, rebaja la categoría del programa y de quién lo presenta. En la fiesta de entrega, sale a la terraza para tomar el aire, y encuentra a Maggie, una mujer bella, publicista, que atesora todos los conocimientos que ofrecen los libros de autoayuda.
El presentador con el premio bajo el brazo, y con la hormona disparada se vende envuelto en el celofán del éxito, para conquistar a la publicista. Curándose en salud ningunea programa y premio, haciendo notar, que él, ha nacido para más altos empeños.
Un segundo de decisión puede cambiar una vida, y eso le ocurre a Cristián, en el momento que les interrumpe Álfer, su productor. Cristián galardón en mano y en pleno cortejo, con el objeto de su deseo como testigo. Se viene arriba, y le dice que el programa que hacen es basura, incluyendo al productor en ese monto. Marcando distancia con él, que sí está dotado de verdadero talento.

«Las cartas de Cristián» de Antonio C. Guijosa. Fael García -Cristián García- Ana Mayo -Maggi- Cristina Bertol -Laura y Rodrigo Poisón -Álfer- ©Pablo Lorente Pulsar en la imagen para ampliarla
Álfer, sabe que lo que produce es basura y, encantado si da beneficios, pero oír que él mismo es basura, sería para ofenderse. Por un momento quiere fulminarlo, pero como es cínico y largo, y realmente le importa un pito lo que diga nadie, reconduce la situación, retándole a que le presente un proyecto, y se consuma en su propio jugo.
A partir de aquí Guijosa, cual artificiero dispara por momentos a los personajes, que irán aportando su experiencia vital en el caso de Maggie. La capacidad de estar bien en cualquier parte de Laura, la ayudante, y mano derecha del productor, y el personaje más controvertido que es el de Máximo Reis, curtido como corresponsal de guerra, con gran talento como escritor, pero la cabeza le ha jugado la mala pasada de ver gigantes por molinos, con razón, porque ha conocido a «Ogros» verdaderos.
Cristián, ahora que tiene la oportunidad, resulta que no tiene talento. Busca la forma de paliarlo, no por medio de la información y el conocimiento, si no, de la falsificación, sin diferenciar forma y fondo, como los que falsifican sus títulos académicos, olvidando que no tienen el conocimiento. El resultado es parecido, presentando un proyecto llamado Clowntánamo, que tiene como protagonistas a unos payasos que acaban en la prisión de Guantanamo, sin preocuparse de confirmar si lo que pone en el texto ajeno, se corresponde con los datos reales.

“Las cartas de Cristián” de Antonio C. Guijosa. Fael García -Cristián García- y Chema Ruiz -, Máximo Reis- ©Pablo Lorente Pulsar en la imagen para ampliarla
Maximo, encastillado en su locura, es el único que pide que se le reconozca el trabajo que ha hecho. Maggie valora el éxito, aunque ha fracasado en lo afectivo, le redime el orgullo de ser la mejor publicista. También pondera la academia, cuando Laura confiesa «que no puede cantar, porque hay notas a las que no llega», le pregunta, que «qué, ha hecho para paliarlo», y la respuesta de Laura es «nada».
Con Álfer, el autor dibuja un personaje reconocible, en permanente estado de subida, que todo lo que escucha lo traduce a share, y este, a beneficio. Un personaje impecable en su inquebrantable impostura, que si un día desafortunado le da un infarto a nadie le extraña, ni pasará nada. Su puesto laboral y su «camello» lo heredará otro, el personaje es de una pieza, y el actor Rodrigo Poisón, lo redondea.
El autor es un buen director de actores, y en Las Cartas de Cristián, es preciso que lo sea, porque no se juega únicamente con el tiempo y el espacio, por la escritura del texto cada personaje tiene un espacio de luz, que deja paso al de otro, cada uno es un fogonazo potente, para lo que es imprescindible medir bien los tiempos y la intensidad. Ha contado con dos actrices y tres actores de calidad.

«Las cartas de Cristián» de Antonio C. Guijosa. Ana Mayo -Maggi-, Fael García -Cristián García- Rodrigo Poisón -Álfer- Cristina Bertol-Laura Foto ©Pablo Lorente Pulsar en la imagen para ampliarla
Cristina Bertol, se hace cargo de la satisfecha Laura, quizá el personaje más capacitado para la vida, tan amoral como el resto, pero no se castiga, canta las notas a las que llega, y cuando el éxito llama a su puerta, no le deja pasar directamente. Ana Mayo se hace cargo de un personaje con recámara, ha bajado a los infiernos en el pasado, pero tiene intención de seguir viviendo. Un personaje difícil, que Ana, modula con precisión en su temblor y en su fortaleza.
Chema Ruiz, recrea en todo su colorido el personaje de Máximo Reis, que vive cautivo en si mismo. El actor cuenta con unos ojos azules, que son un espejo en que se refleja, tanto su indignación como su impotencia. A Cristián le compone Fael García. El presentador no es un personaje fácil, porque se ahoga constantemente en un vaso de agua, obra como si no tuviera ética, pero después se atormenta con el complejo de culpa. El autor en la primera escena reta al personaje a que haga algo por lo que merezca la pena haber vivido, y al final lo premia con el éxito y el amor cuando se limita a ser él mismo.
La historia es muy alambicada, porque toca muchos temas, como es la quimera del éxito, lo que realmente somos como queremos que nos vean, y cómo nos ven. La necesidad imperiosa de sobresalir, aunque sea con un titulo falso o la obra de otro. La necesaria reconciliación con uno mismo. Marca la diferencia entre Maggie y Laura. Cristián conoce la culpa y sufre por sus errores, o siente empatía por Reis, porque habita un mundo que ya no existe, mientras tanto, Álfer se fuma un puro.

De Izq, a Decha de arriba a abajo Manuel De, Carlos Cremades, Fael García, una peliroja imprescindible, Ana Mayo, Rodrigo Poisón, Cristina Bertol, Rafael Garrigós, Antonio C. Guijosa y Chema Ruiz
Las Cartas de Cristian se estreno el 26 de enero de 2023 en la Sala Negra de Teatros del Canal, más información de fechas y horarios AQUÍ.
Reparto: Cristina Bertol, Fael García, Ana Mayo, Rodrigo Poisón y Chema Ruiz Texto y dirección: Antonio C. Guijosa Ayudante de dirección: Manuel De Escenografía: Mónica Teijeiro Ayudante de escenografía: Alexandra Moldovan Diseño de iluminación: Carlos Cremades Vestuario: Rafael Garrigós Diseño de sonido: Mar Navarro G.
Canción original: Cinco notas Música: Sara Rosique Arreglos y piano: Ramón Grau Letra: Antonio C. Guijosa
Prensa y comunicación: María Díaz Distribución: GG Producción y distribución Diseño de cartel: Manuel Vicente
Fotografía: Moisés Fernández Acosta Producción: Serena Producciones, en coproducción con Saga Producciones y María Díaz Comunicación
Clowntánamo es un título original ideado por Javier Ortiz