L’ALTERNATIVA 2024: Gomes y premios.
Por NACHO CABANA
La película con la que el portugués Miguel Gomes ganó el premio a la mejor dirección en el último festival de Cannes y con la que representa al país con el que compartimos península en la carrera a los Goya fue la encargada de cerrar la 31 edición de L’alternativa, el festival barcelonés dedicado al cine más vanguardista y fuera del mainstream.
Grand tour es una muy interesante propuesta viajera y colonial con la que L’alternativa 2024 cierra el círculo con su película inaugural, Dahomey de Mati Diop. Una propuesta, como es habitual en su director, partida en dos donde se cuenta el viaje que un funcionario británico emprende por Asia huyendo de su novia (no le saca partido cómico Gomes a esta situación, sería mucho pedir) partiendo de Birmania y pasando por Thailandia, Vietnam, China, Japón…
Lo original del planteamiento de Gomes es que solo ficcionaliza (sin demasiada intención realista) algunas escenas del periplo de su protagonista, pasando a una voz en off sobre planos rodados en la actualidad en esos mismos países durante buena parte del metraje.
Esto le permite alternar blanco y negro y color; imágenes documentales con otras que parecen sacadas de un diorama o de una película del principio del sonoro… El resultado es muy gratificante, más estético que narrativo y las numerosas capas que Gomes va superponiendo funcionan muy bien mientras el relato se focaliza en en el personaje masculino. Cuando pasa a hacerlo sobre su novia perseguidora, todo se hace (algo) más narrativo y los hallazgos acaban repitiéndose.
Palmarés.
Premio Largometraje Internacional:
Direct Action, de Guillaume Cailleau y Ben Russell (Alemania, Francia) “por el compromiso radical con el gesto cotidiano que se convierte en parte fundamental de la lucha colectiva, en defensa de una acción concreta que convoca el hecho político. No podría entenderse esta película sin el riesgo que se ha asumido en el dispositivo y el tiempo cinematográficos, plenamente coherentes con el discurso. Las cosas solo son divertidas si se hacen con los demás”. 212 minutos, la peli más larga del festival.
Mención especial del jurado:
Apple Cider Vinegar, de Sofie Benoot (Bélgica) “por por la original apuesta de vincular lo más pequeño e íntimo con acontecimientos cósmicos y sentimientos universales, a través del humor y con un lenguaje poético y audaz”.
Premio Cortometraje Internacional:
Kindergarten, de Yann les Jours (Francia, República Checa) “por su sencillez al evocar los diferentes relatos visuales y sonoros de un recuerdo, creando un espacio de intimidad a través del uso del primer plano y el reflejo”.
Mención especial a
Nunca fuimos un desierto, de Agustina Comedi y Chiachio & Giannone (Argentina): “por su compromiso con relatos y personajes periféricos y la revalorización de las identidades y la creación colectivas”.
Premio Film Nacional al largometraje.
Caja de resistencia, de Concha Barquero Artés y Alejandro Alvarado Jódar (España, Portugal): “por proponer una película que defiende la utopía de hacer un cine a contracorriente, por su ensayo sobre el fracaso individual que es también colectivo, por su riqueza y radicalidad formales y por realizar una obra política cuya relectura crítica del pasado conecta con nuestro presente”.
Mención especial a
Filmei paxaros voando, de Zeltia Outeiriño González (España): “por la libertad con la que utiliza todos los recursos a su alcance y por proponer un honesto ejercicio autobiográfico y, al mismo tiempo, una emotiva reflexión sobre temas tan universales como los cuidados, el desarraigo y el duelo”.
Premio DOCMA Largometraje.
Una sombra oscilante, de Celeste Rojas Múgica (Chile): “por su mirada nueva, capaz de enseñarnos a leer las fotografías mientras genera líneas de fuerza que sostienen una trama no convencional. A través de un delirio compartido por dos voces en complicidad, la película encuentra una forma de narrar no tradicional, poética y profundamente evocadora. Con una fotografía bellísima, nos invita a atravesar un trauma colectivo desde lo íntimo sin obligarnos a revivir el dolor, ofreciendo una obra fresca, conmovedora y con múltiples capas”.
Premio Don Quijote de Largometraje Internacional
Oasis of Now, de Chee Sum Chia (Malasia, Singapur, Francia): por sus valores cinematográficos, como la utilización de la banda sonora, el trabajo de encuadre, el uso expresivo de los primeros planos y la importancia narrativa del fuera de campo. Todo ello para construir una historia sobre la marginación social de los inmigrantes y, al mismo tiempo, poner en relieve una tierna y poética relación entre madre e hija, el único oasis en medio de una situación dramática. Creemos que es una película que puede generar un debate sobre las condiciones de la inmigración y la violencia que a menudo conlleva esta realidad.
Mención especial a
Direct Action, de Guillaume Cailleau y Ben Russell (Alemania, Francia): por ser una película llena de ilusión que sorprende por la forma en que es narrada. A pesar de su larga duración, se hace corta gracias a un uso de la acción dentro del plano muy bien logrado. Combina, de forma muy original y en largos planos secuencia de gran belleza, la vida cotidiana, la lucha del día a día y el esfuerzo colectivo por un mundo mejor. Un mensaje de esperanza en estos tiempos oscuros.