Si ves un hada barbado correteando desconcertado por la calle de Santa Ana, en el corazón del rastro madrileño, es Zambombilla un hada becario que vive la contrariedad del amor, porque ni se acaba de enderezar ni romper definitivamente su relación con Harry Potter.
La vida privada de las hadas, parece estar pensado para ser representada en el espacio de «Selectos pura envidia«, por la ubicación del escenario en un escaparate permite ver al inicio de la función a Zambombilla correteando por la calle hasta que entra en el local y echa el cierre de la persiana metálica diferenciando claramente los espacios: afuera el mundo y dentro el hada excitada ante unos desconocidos, lo que da pie para iniciar una justificación del cómo y el porqué está allí, con lo que el primer golpe de efecto está logrado.
A Zambombilla le pone físico Juanan Moreno, un hombre de aspecto grunge, barbado, de pelo en pecho, vestido con su uniforme de hada en prácticas: un conjunto clásico de tul rosa escotado y como complementos una maleta y la varita mágica.
El discurso del hada es el de alguien que se está iniciando a la vida, y a veces le sobrepasa. Su historia es singular solo en la forma, y captura la atención del espectador de una manera instantánea, porque en todos hay algo de Zambombilla cuando hemos tenido que cotejar nuestros infinitos sueños con la taxativa realidad, encarando, como en su caso, la dificultad de ser entendido, desde lo elemental, por sus padres propietarios de una tintorería que ven con reparo su opción profesional de ser hada o lo difícil que es adaptarse a una escuela de hadas siendo varón, o lo complicado que es mantener una relación sentimental con un famoso como Harry Potter, o con un mozallón desconocido de Albacete, porque una simple opimón nos arrasa sin piedad y enciende la pregunta de si somos o no queribles o deseados.
Juanan Moreno, ha escrito, dirige e interpreta a un personaje que compone con una sinceridad y de una manera tan elemental que desarma y seduce. Es delicioso, nos hace reír con su avatar y su desventura de hada becaria, tontorrona y desastrosa, y nos seduce porque desastrosos somos todos cuando nos sentimos desbordados, y tiene mucha miga Zambombilla, porque representa el deseo que nos obliga a pisar terrenos desconocidos y resbaladizos e iniciarnos por la necesidad irreprimible de ser deseados, aceptados y amados, poniéndoos a veces en las manos menos indicadas.
Si el tiempo se puede dividir en lo que ya sabemos, que es el pasado, el momento que vivimos, que es a lo que nos iniciamos, y el futuro que es lo que nos queda por conocer, el momento por el que transita nuestra hada becaria es entre todos el peor, por ser el de iniciación total, por ser un tiempo en que somos un torrente de sueños, porque ni nos perdonamos nada ni nos conocemos y somos auténtica plastilina de cañón para quien tenga a bien usarnos.
Zambombila logra la empatía del público, porque en sus dudas y su entusiasmo nos hace reconocer quienes fuimos, y como el recuerdo es atemporal a veces seguimos siendo a retazos y sin previo aviso.
Enhorabuena señor Moreno, y ahora una confesión: en mí aún vive algo de Zanbombilla y el día que desaparezca del todo es que habré muerto.
Título: La vida privada de las hadas / Autor director e intérprete: Juanan Moreno
Selectos pura envidia C/Santa Ana nº 6 Madrid
Fechas: martes a las 20.30 reservas en el 649397571