En la imagen la actriz Elisa Berriozabal, que interpreta a Zoe, a su derecha el actor Carlos Guerrero, el Lucas que fue, y a su izquierda, el actor Carlos Algaba, el Lucas de ahora en un momento de La medida exacta del universo, de Juan Jiménez Estepa
Por Luis Muñoz Díez
La medida exacta del universo, de Juan Jiménez Estepa es un texto que en lo formal cuenta una historia sencilla, sin digresión alguna, y así, nos permite reconocernos en la zozobra que sufre Lucas, el protagonista.
Señalo a Lucas como protagonista, porque es él, el que es expulsado de su paraíso particular, por una separación impuesta por Zoe, su pareja. Un contratiempo asumible en tanto seas capaz de asimilar que la persona a la que amas ya no quiera contar contigo, pero para Lucas, su separación va asociada, a la necesidad de replantear su postura ante la vida.
Lucas trabaja como científico, por un salario muy precario, porque es su vocación, pero su legítimo deseo choca con la realidad que le plantea Zoe sin paliativos.
No solo le pide que salga de su casa, también le recuerda que su precaria economía no le permitirá compartir con igualdad, el tiempo con su hijo, por lo que es mejor que permanezca con ella, y establecer para él, un régimen de visitas.
Las consecuencias de las decisiones de Zoe, zarandean a Lucas incitándole a iniciar un camino de renuncias: al amor, a insistir en su empeño como investigador, pero hay algo a lo que no está dispuesto a renunciar, y ese algo es su hijo.

En la imagen la actriz Elisa Berriozabal con el actor Carlos Algaba en “La medida exacta del universo”, escrita y dirigida por Juan Jiménez Estepa.
Ante la decisión de continuar con sus aspiraciones o renunciar a ellas, integrándose en una vida laboral, que le permita ser suficiente y conservar a su hijo, decide volver a Londres, donde forjó sus sueños Un viaje simbólico, para ver si aún sigue vivo, el Lucas de hace 17 años.
Lucas en la época de Londres, como todos a una edad, sufrió el complejo “adanista”, de que su vida sería diferente, con el único límite el cielo y en su caso en concreto, poder conocer la medida exacta del universo.
Esta creencia tan legítima, como imposible de materializar, es imprescindible para estimular nuestros afanes. Luego poco a poco, gota a gota, con la estrategia del agua, en nuestra ambición se van colando las demandas de un mundo configurado para ser productivo, que desprecia todo lo que no otorgue veneficio, y premia al que logre encontrar a la gallina de los huevos de oro, para ponerlo como ejemplo.
Ante esta realidad cabe poca capacidad de movimiento, y el llegar a conocer La medida exacta del universo, es una metáfora que nos plantea Juan Jiménez Estepa, de las renuncias que tenemos que asumir para solventar nuestras necesidades.
Cuando nuestro futuro es mera teoría, todos los deseos son absolutos: amaremos a quien deseamos y seremos correspondidos, podremos elegir en que, y donde trabajaremos, y la remuneración de ese trabajo vocacional, será un monto suficiente para cubrir nuestras necesidades.
En la imagen la actriz Teresa Mencía con el actor Carlos Guerrero en “La medida exacta del universo”, escrita y dirigida por Juan Jiménez Estepa.
Después la existencia nos va desalojando de ese mundo perfecto, pero en mi optimismo confío en que toda renuncia tiene su razón y su recompensa. Con el tiempo aprenderemos, que el amor no viene dado, y requiere un trabajarlo a diario, que colma más el calor de un cachorro tuyo, que aproximarse a la medida exacta del universo, que somos mortales, que tenemos que replantearnos nuestras prioridades, porque la vida nos requiere aquí y ahora, y no podemos fallar porque no habrá otra oportunidad, dado lo corta que es nuestra existencia, lo raro y prodigioso es vivir.
Lucas en Londres encontró al joven que pensaba lograrlo todo, y a su primer amor que le decía que “Londres” era un “No lugar”, que les permitía ser como querrían ser, pero que a la vuelta a casa, una vez deshecha la maleta y con la ropa lavada, se encontrarían frente al espejo con ellos mismos.
Jiménez Estepa habla de renuncias, pero también nos sugiere, que hay que asumir que vivimos dejando de ser, para ser otros, en una constante hasta el final, y en ese pedalear para no caer, lo que creíamos grande se vuelve pequeño, renunciamos a saber la medida exacta del universo, por saber que es lo imprescindible, que a veces más vale tener un vaso de agua en el desierto, que una caja de diamantes en un banco de Ámsterdam.
Los cuatro personajes se mueven con soltura, por un espacio escénico creado por Javier Ruiz de Alegría, que delimita el antes y el después, entre lo que fueron, son, o creyeron ser.
El trabajo de los actores es eficaz. A la pragmática Zoe, que propicia la duda de Lucas, le pone voz y gesto la actriz Elisa Berriozabal, Carlos Algaba es el Lucas de ahora, que viaja a Londres para encontrar alguna respuesta en el Lucas que fue, interpretado por Carlos Guerrero, la actriz Teresa Mencía, es el primer amor, quizá la primera renuncia de Lucas, al que sus dos amores le dejan.
Para conocer la decisión que Juan Jiménez Estepa, ha dispuesto que tome Lucas, tendréis que asistir a una función, no seré yo quien destripe la función, pero os aviso que, ante el idealismo especulativo de Lucas, está la sabiduría de la calle, que practica su madre, las intervenciones de Pilar Gómez al teléfono, son oro puro.

En la imagen Carlos Guerrero, Carlos Algaba, yTeresa Mencía en “La medida exacta del universo”, escrita y dirigida por Juan Jiménez Estepa.
TÍTULO La Medida Exacta Del Universo DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA Juan Jiménez Estepa AYUDANTE DE DIRECCIÓN Daniel Oliva INTÉRPRETES Carlos Algaba, Elisa Berriozabal, Carlos Guerrero, Teresa Mencía, con la colaboración de Pilar Gómez (voz en off) ESCENOGRAFÍA Y DISEÑO DE LUCES Javier Ruiz de Alegría VESTUARIO La Teatra DISEÑO GRÁFICO Y FOTOGRAFÍA Daniel Oliva , Juan Jiménez Estepa PRODUCCIÓN Eslinga Producciones.
La Medida Exacta Del Universo, está en cartel en Nave73 -Madrid-, más información de fechas horarios y compra de entradas aquí.