Ah si yo fuera de carne y hueso.
Si no se hubieran escrito ya todos mis versos.
Ah si yo soñara mis propios sueños.
Ah si yo tuviera libertad.
Por Luis Muñoz Díez
La Malcasada de Lope de Vega, pasada por el tamiz de la personal versión que ha realizado de David Fernández “Fabu”, y puesta en escena Ana Vélez, se convierte en una función de reivindicación directa, en la que los personajes de la pieza de XVII, se revelan a un destino marcado, que no permitía salirse de la norma.
Feliciana, una viuda con el único caudal de la belleza de su hija Lucrecia, y otra en el convento por la imposibilidad de dotarla para un posible casamiento, especula y mercadea hasta que logra casar a su hija con un hombre rico, pero con un pie en la tumba. Lucrecia tiene dos pretendientes Lisardo un hombre de letras, y don Juan un mozallón de buen talle.
Feliciana impone la razón del casamiento con el rico Julio, que no solo sacará de la ruina a Lucrecia, con el ventajoso casamiento, también saldrán de la ruina ella misma, y la hija monja. Julio no dura mucho, pero deja en el testamento como requisito para heredar su fortuna, que su viuda debe casarse con su sobrino Fabrizio, que iguala en edad a su tío, y su estado es tan calamitoso que le falta hasta algún miembro, lo que permite el juego cómico, y el regocijo del público.
A la viuda, a su bella hija y a sus pretendientes los acompañan sus criados que en la dramaturgia clásica se los dibuja libres, pícaros, y arraigados a la tierra. No tienen que guardar ni nombre, ni hacienda. En casa de la viuda trabaja Isabel, y los criados de Lisardo y don Juan son Millán y Hernando respectivamente.
En la versión de David Fernández “Fabu”, bajo la dirección de Ana Vélez, se permiten la licencia de parar la función y reflexionar sobre el papel de la mujer, y en esta «malcasada» también se ocupa de la situación de los homosexuales, unos y otros perseguidos por la justicia sin se dudaba de su «honra» en el caso de la mujer, y si manifestaban su condición en el caso de los homosexuales.
A la viuda que mercadea con la belleza de su hija, la interpreta Alicia Rodríguez una actriz que sabe sacar partido a cualquier personaje que se le encargue, a su hija Lucrecia -la malcasada-, la interpreta la actriz María Crespo que, con Rubén Riera -que presta galanura a don Juan-, ponen juventud y un “halo de romanticismo” en la «teoría» a la trama, y sobre todo tenacidad en mantener su amor, que por dos veces parece truncado.
A Lisandro y Millán, señor y criado, y curiosa pareja, los recrean los actores José Carlos Fernández y Carlos Arroyo, con toda eficacia. José Carlos Fernández, se encarga también de interpretar a los dos maridos imposibles de Lucrecia, de los que hace dos creaciones cómico-esperpénticas, rayando el “bufón”. Cuando conocemos a Julio, creemos que no puede haber pretendiente menos afortunado, pero cuando este muere y llega su sobrino Frabizio de Italia, confirmamos que hay quien lo supera.
En los clásicos hubo una costumbre que ligaba el casamiento de los señores al de sus criados. Insisto que los criados en estas piezas eran la sal de la vida, mientras sus jóvenes señores entretenían su tiempo con amores imposibles, ellos, trataban de pasar de la manera más agradables los cuatro días que pasamos en este valle de lágrimas. A Isabel -la ama de Lucrecia-, y a Hernando -el criado de don Juan-, les interpretan una pareja de actores que los sazonan con toda la carnalidad «disfrtona» que los personajes precisan. Nerea Moreno y David Fernández “Fabu”, son dos actores que no dan puntada sin hilo sobre el escenario, como le ocurre a la ya nombrada Alicia Rodríguez, sigo con interés la carrera de los tres artistas, que son oro molido.
Un momento digno de ser nombrado, es cuando Lucrecia -María Crespo-, narra a Lisandro su pretendiente y letrado –José Carlos Fernández– el ardor que siente y que nadie sacia en su lecho, cuando yace con su glacial marido italiano, es tal el apremio de la dama, que el pretendiente se ve coaccionado a confesar su condición.
María Crespo, Rubén Riera y Carlos Arroyo, han sido un grato descubrimiento, y en el caso de José Carlos Fernández, ya conocía su trabajo, pero en este caso la grata sorpresa se multiplica por tres, porque tres son los personajes que interpreta.
La propuesta era arriesgada, porque ellos mismos se cuestionan, qué queda de Lope, pero David Fernández “Fabu” y de Ana Vélez, nos entregan una función ágil, guerrera y bien dicha. El público recibe bien la pieza, disfruta de la representación, y premia a los actores con largos aplausos al final de la función.
La Malcasada, desde su estreno ha pasado por el el Festival de Teatro Clásico de Almagro 2022, y sin dejarse de representa, ha vuelto los días 13 y 14 de enero de 2023 al Corral de Cervantes de Madrid
Título: La Malcasada Autor: Lope de Vega Versión: David Fernández “Fabu” Dirección: Ana Vélez Reparto María Crespo, Rubén Riera, Alicia Rodríguez, David Fernández «Fabu», Nerea Moreno, José Carlos Fernández y Carlos Arroyo.
Música original: David Bueno Vestuario: Alberto Romo Asesor de verso: David Fernández “Fabu” Espacio escénico: César Maroto Iluminación: Beatriz Toledano Ayudante de dirección Julio Prego. Produce Tumba Lobos Teatro