La línea del horizonte, de Carlos Atanes

La línea del horizonte, de Carlos Atanes

En la imagen Joaquín Hinojosa y Beatriz Arjona, en un momento de La línea del Horizonte de Carlos Atanes. Foto Jacobo Medrano

Por Luis Muñoz Díez

La acción de La línea del horizonte, Carlos Atanes, la sitúa en la cubierta de un barco en medio del océano en el verano de 1927. En esos años las travesías duraban semanas, incluso meses, durante el viaje se hacían amistades. Los pasajeros se enamoraban, las parejas rompían su fidelidad con algún devaneo, que llegando a destino era como si no hubiera pasado jamás. Sin duda un momento propicio para hacer balances.

Un hombre de figura elegante fuma en cubierta, se intuye la música de un animado baile en el interior. De pronto una mujer joven y muy bella, rompe la soledad del hombre, y sobre todo su silencio. La mujer habla y habla, el hombre la escucha sin intervenir.

En principio es difícil intuir su relación, aunque queda claro, que sea cual sea son dos desconocidos. Ambos juegan a la perfección su papel: Él de hombre que ha vivido y anda de vuelta de casi todo, y ella de joven hermosa, que ejerce de ello.

Carlos Atanes es un hombre de cine, pero como autor teatral tiene cuño propio, ha estrenado comedias que él define como “bizarras”, como son El vello público, El triunfo de la mediocridad o La Quinta Estación del Puto Vivaldi, y que yo aprecio como hiperbólicas. Se mueve como un maestro en la hipérbole, para lo que es preciso dar con la medida exacta de irónia, su lugar al esperpento, anclarlo todo en tierra, y sazonarlo con ternura.

De lo dicho anteriormente, no hay nada en la nueva obra de Carlos. La línea del horizonte, se sustenta en la palabra, una palabra que con la estrategia del agua cala.

Nos presenta a un hombre y una mujer, con sus mejores galas de noche en la cubierta de un barco. Dos insignificantes figuradas comparadas con el océano o el universo. Ambos juegan sus cartas como mejor saben, y son un ejemplo de lo poco que somos, y lo mucho que nos creemos.

La ambición de la joven le ha llevado a embarcarse, el hombre maduro le escucha hablar de sus ambiciones, que en un principio jalea. Pero llegado el momento se quita la máscara, y le hace patente su nimiedad, su falta de ambición artística, y su mero deseo de fama.

La obra habla de la ambición que seduce y ciega, y sólo cunado has conseguido tú propósito, queda claro que el precio pagado ha sido demasiado alto.

La función es elegante porque Joaquín Hinojosa la ha dirigido con un ritmo elegante. El vestuario: Un esmoquin en el caso de él, y un elegante traje de noche en el caso de ella, refuerzan y subrayan el mensaje de la diferencia entre forma y fondo.

La actriz Beatriz Arjona, es una mujer de gran atractivo, que encarna con talento a la joven que como garante pone su físico, y posiblemente sabe más de lo que dice. Joaquín Hinojosa encarna un mercenario, que quizá ha visto más de lo que le hubiera gustado. El actor en su austeridad es el marco perfecto para enmarcar el inocente y cantarín discurso de la joven, con el que vela miedos y ambición.

La línea del horizonte es una bella y decadente estampa. Ningún tema que roza la obra es ajeno al afán del común de los mortales. Atanes e Hinojosa forman un buen tándem, el autor aporta un texto inteligente que invita a la reflexión, y el director lo ha puesto en escena de la forma más sencilla, que es lo difícil, con un resultado excelente.

La atmósfera de la obra está lograda, en la escenografía y el vestuario no hay nada gratuito. Todo está al servicio del discurso de la obra, y no quiero dejar de destacar el muy acertado trabajo musical de Marc Álvarez.

La línea del Horizonte es un buen texto de Carlos Atanes, que Joaquín Hinojosa dirige de una manera impecable. Interpretado por dos actores en su punto como Beatriz Arjona y el propio Joaquín Hinojosa.

Una función tiene buena factura, y una plástica hermosa, como bien reflejan las imágenes de Jacobo Medrano

En la imagen Beatriz Arjona y Joaquín Hinojosa, en un momento de La línea del Horizonte de Carlos Atanes. Foto Jacobo Medrano

En la imagen Beatriz Arjona y Joaquín Hinojosa, en un momento de La línea del Horizonte de Carlos Atanes. Foto Jacobo Medrano

Título La Linea del horizonte Dramaturgia: Carlos Atanes Director: Joaquín Hinojosa Intérpretes: Beatriz Arjona y Joaquín Hinojosa Música: Marc Álvarez Fotografías: Jacobo Medrano Regiduría y dirección técnica: Juan Miguel Alcarria Producción: Marta Timón Herrero

En cartel en los Teatros Luchana de Madrid, más información de fechas horarios aqui

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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