El teatro Coliseum de Barcelona, inaugurado en 1923, es uno de los recintos dedicados a espectáculos más hermosos y mejor conservados de la Ciudad Condal. Cine hasta 2006, su programación teatral ha sido bastante errante en los últimos años (magos, espectáculos de flamenco…) lo que me ha hecho temer en numerosas ocasiones su cierre.
Afortunadamente, el grupo Balañá (sus propietarios desde 1958) ha ido sorteando los golpes asestados por las diferentes crisis y ahora la presencia del exitoso espectáculo de cabaret The Hole, parece haber dinamizado la actividad del recinto abriéndolo a iniciativas tan sugerentes como el ciclo Round about midnight que propone actuaciones de músicos de jazz y “world music” que comienzan a las 23:30 y se prolongan hasta la madrugada. Una aventura que se ve favorecida con la sustitución de las tradicionales butacas por sillas y mesas propias de un bar de copas.
Dentro de este agradecido espacio asistimos el pasado viernes a la actuación de Simone, cantante estadounidense que ha recorrido un curioso periplo profesional antes de lanzarse en los brazos de las canciones de su madre, Nina Simone. Empezó como asistente de ingeniería en la fuerza aérea de EE.UU para luego recorrer España como (agárrense) corista de Raphael, ganar un “Grammy” con su banda de “acid jazz” Liquid soul y triunfar en Broadway como protagonista del musical Aida (1998) de Elton John y Tim Rice. Sólo ha publicado dos álbumes y es en el segundo de ellos (Simone on Simone) en el que canta las canciones que llevaron al éxito a su mítica madre.
Durante su actuación en Barcelona el pasado viernes, Simone dejó claro que de su etapa con Raphael le había quedado un cierto desparpajo con el castellano amén de un deseo de cantar algún día Escándalo con o sin su creador. Y también que escucharla a ella es lo más cerca que hoy en día podemos estar de asistir a un concierto de su progenitora. Así que no faltaron durante su actuación clásicos como Keeper of the flame (con la que inició su actuación tras una excelente introducción instrumental por parte de su banda), Ain´t no sunshine, (estremecedora), Ain´t no got… (la mejor de la noche: rápida y divertida) Summertime o, por supuesto, My baby just care of me que tuvo un insólito (y me temo que accidental) remate vocal por parte del crítico de cine Jaume Figueras. Durante la interpretación del tema de Walter Donaldson y Gus Kahn, la cantante aprovechó lo accesible de la platea desde el escenario para descender a la primera y, con el consiguiente revuelo del personal de sala que intentaba por todos los medios que el micrófono no se desconectara ni la intérprete se quedara sin cable, cantar el estándar yendo de un espectador a otro.
Simone se presentó con una banda formada por Clifford Starkey (teclados), Bennie Sims (bajo) y Paul Robinson (batería). El primero de ellos marcó con elegancia la melodía deslizándose suavemente hacia el jazz cuando el tema (y la estrella del show) se lo permitía. Bennie Sims por su parte, cosechó los mayores aplausos cuando pasó a tocar su bajo como si de una guitarra acústica se tratase mientras que Paul Robinson demostró porqué estuvo más de tres lustros tocando con Nina Simone.
En semanas sucesivas, el ciclo Round about Midnight se proyectará hacia la herencia africana en Perú de la mano de Susana Baca que el 29 de noviembre presentará su último trabajo Afrodiáspora. El 5 de diciembre será el turno de la española Sandra Carrasco quien, tras dos meses actuando en la India junto a AnoushkaShankar, interpretará temas del álbum de debut que lleva su nombre. La guapa caboverdiana Maya Andrade será la encargada (el 6 de diciembre) de llevar al escenario del Coliseum su música en cuatro idiomas mientras que el inmortal Alberto Cortez construirá sus castillos en el aire el 13 del mismo mes. La belga Zap Mama cerrará el ciclo el día 19 con su mezcla de música africana y hip hop dejando la ciudad lista para los horrores navideños.
Afortunadamente, las letras luminosas de la fachada del Coliseum seguirán brillando en 2014.