Keep The Lights On cuenta la relación de una pareja durante diez años. Ira Sachs conduce la película como un coche de fórmula uno, con precisión y sin mover apenas el volante, para narrar la montaña rusa de lo cotidiano de una pareja. Bertolt Brecht decía en una de sus famosas baladas, A los hombres del futuro,”En la cama que estamos estaremos y nadie a cubrirnos vendrá y si uno golpea soy yo y si uno golpea eres tú”.
Pueden parecer extremas las palabras del dramaturgo y poeta alemán, pero en las relaciones sentimentales de cualquier tipo siempre hay quien impone su tozudez ante la debilidad o el cansancio del otro, y en el mejor de los casos se alterna. Una batalla sin cuartel en la que nadie gana, porque amor y dependencia suelen ser sinónimos.
Aunque parezca una contradicción, en las relaciones amorosas es más fácil unirse que romper, porque en la unión todo es claridad y a la hora de romper cargamos con una mochila repleta de frustración, de miedos, inseguridades y culpas que no se disipan, y no se puede ser medianamente objetivo hasta que el tiempo no pone distancia y nos permite ver con distancia al objeto de nuestro amor, por aquello de que los árboles no te permiten ver el bosque.
Ira Sachsretrata esa batalla sin cuartel con mucho talento y coloca la butaca del espectador entre las cuatro paredes donde se desarrolla el drama. Va directo a lo que quiere contar y presenta al protagonista, Thure Lindhardt, al teléfono tumbado en una cama buscando sexo de ocasión. Al tercer contacto ya ha encontrado a quién será su pareja y de ahí en adelante compartiremos con ellos sus risa, su llanto, su verdad, su mentira, su debilidad y su fortaleza, y para añadir algo de caos, la adición a las drogas de uno de ellos.
El gran acierto de Mauricio Zacharias, sus guionista e Ira Sachs, coguionista y director, es manejar muy bien los tiempos en lo emocional y conseguir que el espectador haga el recorrido con los protagonistas. Pasar de un que todo se arregle a desear que acaben con esa pesadilla. Despertar estos sentimientos es muy meritorio en un momento en que el cine es casi una alternativa a un parque de atracciones.
En esta historia quien encaja los golpes es Thure Lindhardt, casi protagonista absoluto de la película. El actor ha sido galardonado con varios premios por su interpretación, pero la réplica de Zachary Booth está muy bien dada, porque él es el elemento perturbador de la historia y lo hace muy bien.
Al acabar la proyección hay algo de alivio y una duda boba: ¿merece la pena pasar por tanta calamidad por mantener una pareja? Contando que el amor es una forma más de neurosis obsesiva, la respuesta está clara: si lo ves desde fuera no, pero si lo estás sufriendo no hay otra.
Keep The Lights On (2012), de Ira Sachs, se estrena en España el 19 de julio de 2013