José Piris. Que porqué soy Mimo ?

José Piris. Que porqué soy Mimo ?

Por José Piris

Adoro, en especial modo, el placer que me brindan mis ojos, lo que veo en general. Me siento privilegiado al poder disfrutar de aquello que me permite experimentar los cinco sentidos. Incluso podría hablar de aquellos sentidos vistos como menos tradicionales ¿Conocen el fluido que se crea cuando el público te observa en silencio? sabes que está contigo, acompañándote en tu viaje. Parece que puedas cortar el aire con un cuchillo, no huele a mirra no, pero les puedo asegurar que se siente intensamente su presencia.

La mirada tal vez sea uno de los sentidos más importantes para mí; estamos hablando de un Arte que se expresa construyendo imágenes sobre un escenario, sea una escena en un teatro o en un lugar alternativo. Lo contemplo como cuadros vivos prolongados en el tiempo, imágenes que se sacralizan bajo el mágico matiz de la luz. Acciones que nos cuentan historias en su transitar, actitudes escondidas en el movimiento, impresiones de energía y emoción plasmadas mediante la forma del actor. El silencio sacraliza el momento, se delata con atmósferas sonoras, el cuerpo baila, vibra o simplemente cabalga sobre una partitura de movimientos y paradas, todo siempre nutrido por la situación dramática, y enmarcada en la incondicional estilización del gesto en el cuerpo.

Y miras sobre la escena, y entonces ves cómo el misterio empapa las acciones, el tiempo parece crear otra dimensión, todo encaja como un gran juguete mecánico, como si el cuerpo humano fuera la corriente que da la vida a la escena, una especie de actor total renace en el espacio vacío, como un eco histórico de la existencia del ser humano y su universo, el ingrávido testigo de una poética nacida de lo invisible.

Muchos lo ven como un lenguaje artístico mudo, pero yo no estoy del todo de acuerdo; sí es verdad que contemplo que su mayor fuerza recae sobre el juego de la corporalidad, y en la evidencia del silencio, pero no veo que sea un arte que trueque las palabras por gestos, en realidad va mas allá de las palabras, apela a la acción dramática. Se dicen cosas que no se pueden decir con el verbo, y si hay algo que está mejor dicho mediante el habla, el teatro gestual contemporáneo adopta la palabra como si fuese un gesto más de la acción teatral, haciéndola parte de un todo, como un eco o dinámica interna.

Un cuerpo solo, sin ayuda alguna de artilugio o artificio externo trasciende y llena la escena. El actor desnudo en el espacio vacío es capaz de hacer germinar en la mente del espectador el más bello de sus sueños, la más intensa de las sensaciones, la emoción más sincera.

Enamorado estoy de este Arte, porque permite que el actor se pueda transformar en cualquier cosa, elemento o ser vivo, permite crear un personaje a partir de un color, de una textura, de un animal,… se trata de un actor de metamorfosis, hábil de adoptar cualquier edad o género, transformarse con su cuerpo en escena delante de la mirada del espectador. Ser capaz de adentrarnos en el pensamiento en el imaginario, trayendo al presente los recuerdos y materializando la delirante fantasía.

El actor mimo nos conduce a otros lugares entrando en su mirada, en su tempo, en su densidad tridimensional, cambia el paso del tiempo en un giro o danza entre fantasmas, invocando a la magia y al misterio, siendo él el reflejo del universo al que pertenece, solo visible mediante la sagrada respiración del movimiento e intensa huella de la actitud.

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José Piris, discípulo de Marcel Marceau, dirige en Madrid la Escuela Internacional de Mimo y Teatro Gestual Mouveau Colombier.

Escuela Couveau Colombier, de Mimo y Teatro Gestual -Madrid-

Autor

José Piris, discípulo de Marcel Marceau, dirige en Madrid la Escuela Internacional de Mimo y Teatro Gestual Mouveau Colombier.

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