Jorge Sánchez, dirige Neva, de Guillermo Calderón

Jorge Sánchez, dirige Neva, de Guillermo Calderón

Neva, de Guillermo Calderón, dirigida por Jorge Sánchez en la imagen  David Hernández Vargas -Aleko- y Julia González Enríquez -Olga- ©Javi Suárez

 

Por Luis Muñoz Díez 

 

NEVA, del autor chileno Guillermo Calderón, nos llega de la mano de La Cantera exploraciones teatrales, bajo la dirección de Jorge Sánchez, diecisiete años después de su estreno. La obra en estos 17 años de vida, ha sido premiada y representada con éxito de público y crítica.

Tiene como escenario un teatro de San Petersburgo, una heladora mañana de domingo de 1905, donde debería llegar el elenco de actores para ensayar “El Jardín de los Cerezos” de Chejov. En principio solo han acudido puntuales Olga, la viuda del autor, y un actor llamado Aleko, con la llegada de Masha, otra actriz, dan el ensayo por perdido, porque les avisa de que en la calle se libra una batalla sangrienta entre obreros, y el ejército.

La pieza en forma y fondo es un homenaje al teatro de Chejov, un autor que mostraba a sus personajes, a veces directamente por medio del monólogo, sin juzgarlos pero sin evitar mostrar sus partes más oscuras. Calderón es sin duda un gran conocedor de la obra, y la vida del autor ruso, se percibe en el color saturado que saca de cada personaje.

NEVA, de Guillermo Calderón, dirigida por Jorge Sánchez, en la imagen Marta Cuenca -Nasha-, David Hernández Vargas -Aleko- y Julia González Enríquez -Olga- ©Javi Suárez Pulsar en la imagen para ampliarla

NEVA, de Guillermo Calderón, dirigida por Jorge Sánchez, en la imagen Marta Cuenca -Nasha-, David Hernández Vargas -Aleko- y Julia González Enríquez -Olga- ©Javi Suárez Pulsar en la imagen para ampliarla

Si el teatro de Chejov, no es ni confortable, ni complaciente, la pieza de Calderón tampoco, Olga era la cara visible del autor ruso, aún antes de ser su esposa en el Teatro del Arte de Moscú, dirigida por Stanislasqui, logró que la Gaviota fuera un gran éxito de público, después estrenó las obras del autor, repitiendo y sumando éxitos teatrales en Moscú, mientras Antón, instalado en un balneario de la selva negra, escupía sangre a consecuencia de la tuberculosis que padecía. El escribía en su exilio obligado y, ella recibía los aplausos, mientras vivía las noches de Moscú, gastando grandes sumas de dinero, y el autor sobrevivía en alejado del frio moscovita.

La supuesta vuelta a los escenarios de Olga, que nos presenta Calderón está preñada de desasosiego, y de impotencia. Sabe que no es querida, y ella se lo trabaja comportándose como una diva trasmochada, con los dos actores jóvenes que han llegado al ensayo. Con el telón de fondo de la revolución, harán lo posible porque el «no ensayo», tenga algún valor teatral. Recrean la muerte del autor una y otra vez, por necesidad de Olga, y  Aleko, consigue que se le ilumine la cara a Olga, cuando finge estar enamorado de ella, con un amor que tiene mucho de obsceno, pero que alimenta su ego, y se decepciona al saber que Aleko, únicamente está representando.

NEVA, de Guillermo Calderón, dirigida por Jorge Sánchez, en la imagen Marta Cuenca -Nasha-, Julia González Enríquez -Olga- y David Hernández Vargas -Aleko- ©Javi Suárez Pulsar en la imagen para ampliarla

NEVA, de Guillermo Calderón, dirigida por Jorge Sánchez, en la imagen Marta Cuenca -Nasha-, Julia González Enríquez -Olga- y David Hernández Vargas -Aleko- ©Javi Suárez Pulsar en la imagen para ampliarla

Durante el “no ensayo”, cada uno se posicionará entre ficción y realidad ante la necesidad de la revolución, a Olga su ego, no le permite que nada esté por encima de ella misma, ni siquiera la revolución. Aleko es un actor con talento, de cuna acomodada, que le gusta la revolución como idea, mientras Masha, la vive como una necesidad imperiosa.

Jorge Sánchez ha respetado planteamiento formal de Calderón, tanto en la manera de crear los espacios escénicos, como de marcar a los personajes. El director realiza un trabajo enorme, en el que ha sabido amalgamar el colorido de los personajes, diferenciados a nivel personal, pero unidos por el fuerte vínculo del amor por el teatro.

El actor David Hernández Vargas, se encarga del escurridizo personaje de Alenko, al que compone con talento, vive el teatro de manera permanente, tanto cuando ensaya, como cuando quiere relacionarse. Julia González Enríquez encarna a la diva con toda la enjundia que precisa, sin perder el paso, aunque viva sus peores momentos, y reconozca que desde la muerte del autor, no puede interpretar. Pero muere matando, y lo paga depreciando el trabajo de Masha, a la que pone empuje vital la actriz Marta Cuenca, con un resultado estupendo. Masha es militante de su vida, y para ella, en ese momento la vida es la revolución.

NEVA, de Guillermo Calderón, dirigida por Jorge Sánchez, en la imagen David Hernández Vargas -Aleko- y Julia González Enríquez -Olga-, y Marta Cuenca -Nasha- ©Javi Suárez Pulsar en la imagen para ampliarla

NEVA, de Guillermo Calderón, dirigida por Jorge Sánchez, en la imagen David Hernández Vargas -Aleko- y Julia González Enríquez -Olga-, y Marta Cuenca -Nasha- ©Javi Suárez Pulsar en la imagen para ampliarla

Neva estará en la sala El Umbral de Primavera los viernes 3, 10 y 17 de febrero a las 19:30h dentro del VIII ciclo de Teatro Argentino y en el mes de marzo, pasará a la programación de la Sala más información AQUI.

Autoría: Guillermo Calderón Dirección: Jorge Sánchez Asistencia a la dirección artística: Remedios Darkin Interpretación: Marta Cuenca, Julia González Enríquez y David Hernández Vargas Creación audiovisual y fotografía: Javi Suárez Diseño gráfico: Pablo Cuervo

 

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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