Jake Gyllenhaal ha estado en Madrid para presentar Enemy, una película dirigida por Denis Villeneuve, basada en El hombre duplicado, una novela oscura y simbólica del escritor luso José Saramago.
Tuve la oportunidad de hablar con Jake Gyllenhaal, en abril de 2011, en el madrileño hotel Santo Mauro, cuando presentó la película Código fuente, junto al filósofo y director Duncan Jones. Gyllenhaal, entonces era un contrapunto serio y muy formal del juguetón hijo de David Bowie. El actor era un joven con mucho atractivo, que manejaba con precisión una voz muy bien timbrada de encantador de serpientes.
Antes de responder a cada pregunta cerraba los ojos, como tomándose un tiempo para pensar, y mientras los abría con la técnica de desenfocar la mirada conseguía el efecto de que te miraba directamente a los ojos mientras te respondía. Algo, mucho o nada, ha cambiado en este Jake Gyllenhaal que pisa Madrid este jueves 20 de marzo de 2014. Ha ganado prestigio, fuerza y sobre todo, mucha naturalidad, con una look más casual, casi descuidado, el pelo más largo, con barba, y por sus palabras se podría pensar que el cambio es real:
La película Enemy habla de cómo ser adulto de verdad, de cómo pasar del estado en el que se vive la infancia y la adolescencia, donde uno hace más o menos lo que quiere, a una madurez real, en la hay que aceptar compromisos, responsabilidades con uno mismo y con los demás. El proyecto de Enemy me llegó en un momento muy oportuno, en el que yo estaba experimentando cambios. Un momento en el que hay que definir y diferenciar entre qué quieres ser y quién eres de verdad.
Hay mucha diferencia entre la novela El hombre duplicado, de José Saramago, y la película dirigida por Denis Villeneuve.
No había leído la novela de Saramago, el primer contacto que tengo con la historia es la lectura del guión. Quise crear el personaje de una manera libre a partir del guión, aplicando mis experiencias de las cosas que me habían pasado a mí en la vida y del momento que vivía. La historia es muy abstracta, y cualquier novela adaptada al cine sufre muchos cambios porque es un lenguaje diferente.
La película narra la historia de Adam, un profesor universitario que parece estancado en una vida rutinaria. Un día, mientras ve una película descubre la existencia de Anthony, un actor que es físicamente idéntico a que él.
Para Adam este descubrimiento tiene algo de mal presagio, se convierte en una obsesión, como una pesadilla. Se trataba de afrontar el cambio que experimenta Adam cuando descubre la existencia de Anthony. Saramago es un intelectual, Adam no lo es, ni yo trato de no intelectualizar mis personajes, por eso para la película era importante que yo basara mi trabajo únicamente en el guión y no en la novela.
Cuando Adam decide conocer al actor, el encuentro no solo variará la vida de los dos hombres, sino también el sus parejas, pero la historia está contada desde un punto de vista muy masculino.
Sí, la película tiene una visión muy masculina, pero a esos dos hombres les complementan dos mujeres importantes, y si no fuera por ellas serían completamente distintos. Las dos mujeres solo tienen en común que son rubias y están interpretadas por dos grades actrices como son Mélanie Laurent y Sarah Gadon
¿Cómo se interpretan dos personajes clavados físicamente, incluso los dos con barba?
Había que establecer una similitud y una diferencia. Tenían que ser idénticos para que ellos mismos se identificaran y les suscitara inquietud, pero había que darlos puntos de diferencia para que fuera creíble que eran dos, y ese trabajo se hizo diferenciando su expresión corporal, su forma de caminar, de moverse. El actor es más seguro, lleva una ropa más ajustada, y el profesor viste de una forma más clásica, se mueve de una forma más pesada y guarda la manos en los bolsillos como escondiéndose.
Jacke, es Antony y Adam, dos personajes para un mismo actor, y rueda con un mismo director, Denis Villeneuve, dos películas tan diferentes como Prisioneros y Enemy.
La libertad con la que se rodó Enemy, nos permitió conocernos muy bien y pudimos trabajar de una manera más cómoda en Prisioneros, que era otro tipo de película, con una producción más estricta. Denis me avisó de que no contaba con tanta libertad como en Enemy, en la que tuvimos todo tipo de facilidades a nivel creativo. No es usual rodar con un mismo director dos proyectos tan diferentes. Esa es la aspiración de todo actor, poder hacer películas distintas con papeles totalmente diferentes, y así me gustaría que continuara mi carrera.
Desde la nominación al Oscar por Brokeback Mountain, la carrera de Jake Gyllenhaal, ha sido un suma y sigue de títulos importantes, y desde Código Fuente, de Duncan Jones, han pasado tres años en los que el actor ha rodado cuatro películas y estrenado tres: Sin tregua, Prisioneros y Enemy. El aspecto del actor es otro, quizá le hayan dejado huella los dos personajes tan oscuros que interpreta en Enemy, pero estoy seguro que el actor californiano nacido en los Ángeles en 1980 cuando vuelva a pisar Madrid tendrá como buen actor camaleónico, otro aspecto y que mejor para cerrar que las palabras del propio Gyllenhaal:
La experiencia de Brokeback Mountain, me enseñó la trascendencia tan grande que puede tener un trabajo y lo importante que es afrontar los proyectos de una manera seria y sobre todo ponerle mucho corazón.
La foto de Jake Gyllenhaal, es original de Joaquín Fernández