Al entrar en la sala Tú, donde se representa Intimidad, primer montaje teatral del cineasta Iván Ruíz Flores, el público se encuentra con cuatro personas: dos mujeres y dos hombres que ocupan el espacio escénico, dos son más jóvenes y dos de mayor edad, ninguno viejo.
Los actores permanecerán en silencio, inmóviles, hasta que el público esté acomodado, ajenos unos a otros como si estuvieran solos en escena y sin interactuar en ningún momento unos con otros. Expondrán uno a uno su discurso, en este caso: una confesión. Abre la ronda la mujer de más edad, a la que presta voz y gesto la actriz Carmen Mayordomo, su historia es dramática y cerrada a la esperanza, tan cerrada que parece como si Mayordomo echara mano de cierta indiferencia para olvidar aunque sea por un sólo momento que habla de ella. Se trata de una tragedia doméstica en la que es la misma cotidianidad la que te hace naufragar. La actriz consigue darle una fuerza dramática muy bien medida, y cuando habla en segundo personaje el público ya está entregado. Este segundo personaje es un hombre joven, en su discurso denota la impotencia de un presente incierto y un futuro poco claro, pero aún así por su juventud la vida le demanda, y sus palabras trasmiten luz, deseo, sexo, amor por su hijo y su mujer de nuevo embarazada. El discurso de Rika Gil vuelve de algún modo a reconciliarnos con la vida con un «mientras hay tiempo cabe la esperanza», y este discurso da pie al de la mujer joven, la actriz Nahia Láiz, que está realmente brillante, narra una niñez llena de sumisión, miedo y mucho rencor, demanda cuentas a la propia vida pasada y se propone no volver a dar ni un paso por donde ya ha andado, que su motor es el rencor se deduce por lo que pone en su voz Ruíz Flores, de un modo u otro tampoco nos cuenta que será del personaje, pero si nos deja claro que ha desanudado su pasado.
Cuando he dicho que al entrar nos topamos con cuatro personajes, por no distraer la crónica no he apuntado que el hombre de mayor edad, el actor Claudio Sierra, está sentado. Es un dato importante, porque es el personaje que menos posibilidades tiene para mover su vida hacía ningún sitio, es un personaje lastimado por la vida a la que no ha plantado cara, y ha vertido sus miedos e inseguridades a los que le han rodeado, arrastra una pesada carga que es la culpa, y la culpa es mala compañera y amordaza a la hora de decir basta, aunque a veces para variar estén abusando de él.
De Iván Ruíz Flores hasta ahora sólo conocíamos su labor como cineasta, y su debut teatral como dramaturgo y director con Intimidad es muy positivo. Ha elegido un tema eterno del que tanto se ha escrito y representado. Él mismo define Intimidad como: «Intimidad es duda. Es miedo. Es impotencia. Es egoísmo. Es venganza. Es culpa. Es autoengaño. Y es vergüenza». Cada una de estas palabras, grandilocuentes o sencillas, significan y componen la mixtura de la existencia. Iván Ruíz Flores ha echado su cuarto a espadas. Nos ha ofrecido su personal punto de vista y lo ha hecho de una manera directa y sencilla, y ha salido airoso.
Título: Intimidad
Donde: Sala Tú, los miércoles: 9,16,23 y 30 de octubre a las 20.30h
Intérpretes: Carmen Mayordomo, Claudio Sierra, Nahia Láiz y Rika Gil.
Autoría y Dirección: Iván Ruiz Flores
Una producción de AniuR Creativos Audiovisuales
Productores: Iván Ruiz Flores y Jesús David García
Ayudante de Dirección: Noelia Rosa
Diseño Escénico: Iván Ruiz Flores Noelia Rosa
Distribución: Sara Luesma