En el programa de mano de la función A medianoche, dice que es «una comedia con canciones» La parte de comedia la pone David Geig, y las canciones Gordon McIntyre, compositor y guitarrista del grupo Indie-folk “Edimburgo Ballboy», por lo que Grey y McIntyre firman a dúo la autoría de la obra.
La historia, es el clásico chico encuentra chica, en este caso la chica se llamada Helena y es una abogada de posición acomodada que atraviesa un mal momento y aborda directamente en un pub de selecta clientela a Bob, un cantante callejero que ronda los 35 años y de vida más dudosa. No tiene porque unirlos más que una botella de vino y la posibilidad de un encuentro sexual puramente terapéutico para rebajar tensión, pero como es normal en las comedias la cosa se complica, el solsticio de verano y un extraño golpe de suerte los hará pasar juntos un fin de semana inolvidable.
Con este argumento, se puede pensar que hay poca novedad en A medianoche, y es cierto, es una fórmula clásica, pero el acierto o fracaso de toda fórmula está en quien la realiza, y el montaje que nos ofrece en la Sala York Roberto Romei tiene su novedad, y es que derriba la cuarta pared e integra al público como parte de la misma función. Los actores al hablar se dirigen al público y narran su historia en más ocasiones que las que interactuan entre ellos mismos.
La concepción de espectáculo es tan fresca como la de un monólogo en el que parece que el actor está improvisando, y tanto Iñaki Font como Lisi Linder pasan batería con mucho desparpajo y logran la complicidad del público, que sienta empatía por sus personajes y los acompañen con una lealtad inquebrantable en su peripecia. La fórmula funciona como es el caso en que el actor cuenta una historia al público, mientras a un lado de la escena la actriz se viste de gala para ir a una boda, el actor mira al publico y después a la atractiva chica ligera de ropa y directamente recrimina al público el que nadie se está enterando de lo que él cuenta.
Las canciones de Gordon McIntyre hacen mas atractiva la función y permite a Font y Linder lucirse como intérpretes, contribuyendo aún más a la espontaneidad y frescura del espectáculo, pero no podemos olvidar que detrás de cualquier trabajo aparentemente espontáneo y fresco que se realiza en un escenario está la labor bien medida de unos buenos profesionales, y en este caso Romei, Font y Linder se han entendido muy bien, se nota y dan la talla.
Iñaki Font encarna perfectamente al hombre de treinta y cinco años que ha sido hasta ese día un busca vidas, con su punto canalla, y que ahora parece que su alma y su miembro viril le reclaman algo menos de ajetreo, esto último lo entenderéis si veis la función, porque el hombre mantiene conversaciones con preciado órgano. Lisi Linder cuadra muy bien por físico, y con sus minifaldas de vértigo interpreta con acierto a esa abogada burguesa aparentemente integrada, pero de alma inquieta.
El final os lo podéis imaginar, pero es mejor que vayáis a ver a Iñaki Font y Lisi Linder, que cantan e interpretan a la pareja de una manera tan vital y optimista que contagia. En los tiempos que corren, que unos actores consigan que te relajes y que pases un rato gozoso es mucho.
A medianoche
Author: David Greig y Gordon McIntyre.
Director: Roberto Romei
Intérpretes: Iñaki Font y Lisi Linder
El Sol de York, C/Arapiles 16, Madrid
Albena Teatre/Tantaranka, Teatre/Tantarantana/Tetare.