IN-EDIT 2024: Devo, Soundtrack to a Coup d’Etat y más premios.
Por NACHO CABANA
Soundtrack to a Coup d’Etat de Johan Grimonprez ha resultado el mejor largometraje internacional en el In-Edit 2024 que acabó sus proyecciones ayer domingo con un rotundo éxito de público.
Lo primero que cabe comentar de Soundtrack to a Coup d’Etat es que se trata de un documental histórico antes que musical. Cuenta el tortuoso proceso de descolonización del Congo belga en los años 60 centrándose en la figura de su primer ministro, Patrice Lumumba, que acabó finalmente siendo asesinado tras numerosas conspiraciones y movimientos de la CIA y la ONU en el país africano con el fin de asegurarse el uranio que ya había utilizado años atrás para fabricar las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
Aprovechando que el gobierno USA mandó a Louis Armstrong a la actual República Democrática del Congo en pleno golpe de estado y que Abbey Lincoln y Max Roach irrumpieron en el Consejo de seguridad de la ONU en protesta por el asesinato de Lumumba, Grimonprez construye, edita y sonoriza su película a ritmo de jazz. De esta manera, al aluvión de imágenes y audios de archivo se unen fragmentos de actuaciones de los músicos citados lo que provoca que el metraje del film se vaya a las dos horas y media.
Soundtrack to a Coup d’Etat es una película cuidadosamente diseñada para arrasar en festivales y entre la crítica inmaculada… por más que haga depender su narración de la incesante presencia de rótulos con frases entresacadas de libros y ensayos sobre el tema que aparecen referenciadas casi como si de una tesis doctoral se tratara.
Renuncia el film (y es legítimo, aunque trae hipnagógicas consecuencias) a tratar como puntos de giro los acontecimientos más sorprendentes del episodio de la guerra fría narrado erigiéndose, sobre todo, en un documento ideal para proyectar en una universidad cuando se esté enseñando la guerra fría y el fin del colonialismo.
Bastante abruptos, en cualquier caso, los insertos publicitarios que pretenden llevar a los hechos históricos a dialogar con el presente.
El film elegido para proyectar en la clausura del In-edit 2024 fue Devo de Chris Smith; este sí plenamente coherente con la temática de un festival que este año ha mostrado, contraponiendo diferentes títulos, cómo el radical cambio que ha sufrido la mecánica que rige la industria musical influye en la creatividad y carrera de las bandas.
Es la de Devo una trayectoria imposible de replicar hoy en día, un grupo que se adelantó al tecno con una actitud deliberadamente punk y sarcástica que no acaba de tener su reflejo en la película que los retrata… a pesar de contener muchos fragmentos de conciertos y videoclips que ejemplifican lo radical y lúdico de su actitud.
El premio al mejor largometraje nacional fue a parar a La guitarra flamenca de Yerai Cortés, debut de Antón Álvarez (aka Pucho, aka C.Tangana) en la dirección de largometrajes «por conducirnos por un viaje identitario personal a través del cual consigue retratar la cultura de una comunidad que se mueve entre la modernidad y la tradición, con una apuesta formal y narrativa llena de ideas cinematográficas y un tratamiento del sonido inmersivo y excepcional”.
Asimismo, el Jurado de In-edit 2024 ha hecho una mención especial a La Marsellesa de los Borrachos, de Pablo Gil Rituerto, «por su valor antropológico y de denuncia de la represión, y por documentar la extinción de la lucha colectiva y la proyección del folklore como arma política”.
El Mejor Cortometraje Documental Musical de In-edit 2024 fue para Inania, dirigido por Júlia Girós y Vera Herrero Mercader. El jurado lo ha distinguido por «la elección de una historia original que hace descubrir al gran público un estilo musical desconocido y porque la historia principal sirve para contar otra historia: la de la problemática de los pueblos olvidados del interior de España; y por su fuerza visual en una dirección de fotografía que destaca tanto los espacios interiores que exploran los músicos como los paisajes exteriores de esta España vaciada, y que con unos planos detalle muy cerrados nos acerca a los personajes de una forma muy sensorial”.
Acaba así una edición del In-edit 2024 a la que, quizás más que nunca, el público ha ido con actitud de concierto más que de proyección, donde ha habido numerosos sold outs y momentos memorables.
Se sigue echando de menos, eso sí, el programa de mano en papel y La Cantina aquella en la que reunirse sin quedar con los amigos entre película y película.