Por NACHO CABANA
De las numerosas muestras y festivales de cine que se celebran en Barcelona, probablemente sea el In-edit con el que más contratiempos ha tenido que lidiar. Desde la perdida del espónsor que durante años le dio nombre hasta todo tipo de manifestaciones y convocatorias electorales, pasando por la mudanza a Chile del que fue uno de sus directores.
Por eso tiene doble mérito haber estado dos décadas llenando las pantallas de la sala grande del Aribau (entre otras) de documentales seleccionados antes por su calidad o excepcionalidad cinematográfica que por el peso musical de sus protagonistas.
Esta nueva y tan especial edición de In-Edit que tendrá lugar entre el 27 de octubre y el 6 de noviembre en Barcelona incluye películas que hablan de nostalgia, de cuitas existenciales o de búsquedas espirituales. Otros, en cambio, son todo alegría de vivir y reflejan la sublime experiencia comunal que puede proporcionar la música en directo.
Unos trazan identidades culturales nutridas de cintas de cassette, otros vindican instrumentos tradicionales o apuestan por la inteligencia artificial. Los hay que tratan de “hits” que persiguen por siempre jamás a su autor o de himnos que reconcentran toda una vida. También de productores que hacen magia: ya sea en la grabación definitiva del rey del pop, en una humeante trastienda de Kingston o en una casa de protección oficial de Sheffield.
O de viajes: por la selva amazónica a ritmo de cumbia psicodélica, por los vestigios arquitectónicos de la fiebre disco en Italia o por las calles empapadas de música de Nueva Orleans. De remontadas épicas y de máximos sacrificios en pos de una visión artística. De divas nonagenarias que las han visto de todos los colores y de jóvenes que pisan firme hacia donde haga falta. De maestros inabarcables y de perdedores maravillosamente cabezotas.
De éxitos que aplastan y de éxitos que no llegan nunca. De macrodiscotecas y de salas subterráneas que han dado vida a la Ciudad Condal. De una artista que fue desterrada de la industria por incomodar a los de siempre, de un grupo que lo arriesgó todo desafiando a un régimen fascista que nos quedaba a miles de quilómetros o de raperos condenados a penas de cárcel, aquí y ahora, por sus letras.
In-Edit 2022 incluirá desde superproducciones hasta rodajes de guerrilla hechos con una “tablet”, trabajos de hormiga que se han alargado más de una década y una sección especial presentada por Moritz que incluirá clásicos que retrotraen a pases memorables del festival o que perduran como hitos del género, como Anvil: The Story Of Anvil, Dig!, Jazz on a Summer’s Day, Soul Train: The Hippest Trip in America, Summer of Sou, The Devil and Daniel Johnston y The Punk Singer.
Serán en total más de 50 documentales, además de cortos y el especial del programa de RTVE Efecte Collins, incluyendo historias sobre Sinéad O’Connor, Courtney Barnett, Omara Portuondo, Ronnie James Dio, Chumbawamba, Stockhausen, XXXTentacion, Els Surfing Sirles, Coque Malla, el punk rock en Nueva York, Joaquín Sabina, CAN, Leonard Cohen, King Crimson, Los Mirlos, Thelonious Monk, Creedende Clearwater Revival, Studio 54, Tequila o el Italo Disco, entre otros.
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