Por NACHO CABANA
La conversión de la tranquila isla de Ibiza en la meca del tecno y la juerga mundial ha generado un buen número de documentales y reportajes, algunos presentados en anteriores ediciones del In-Edit. Por eso, cuando el gran Julian Temple (responsable de la inolvidable Absolute beginers -1986-) recibe en el encargo de dirigir una película sobre la historia de Ibiza se plantea cómo hacerlo para que sea distinto teniendo que contar lo mismo.
La ocurrencia no puede ser más brillante. Temple se retrotrae hasta el tiempo de los fenicios para explorar la cronología de la isla hasta llegas a su última mutación como meca de dudosas terapias new age. Y lo hace sin bustos parlantes ni voz en off, facturando (como él mismo dijo en la presentación) “la película muda más ruidosa del mundo”.
Porque eso es Ibiza: the silent movie. Un film con una sola línea de diálogo donde los recurrentes carteles tradicionales del cine silente se convierten en objeto de diseño artístico al tiempo que dan al espectador la información que necesita para entender la historia de la isla.
En el lado negativo, las reconstrucciones con actores a las que Temple recurre en varias ocasiones y que hubieran necesitado un mayor presupuesto para convertirse en lo que pretendían. Con todo, un trabajo brillante y divertido como casi toda la obra de su autor.
En el extremo opuesto a Ibiza: the silent movie está Teddy Pendergrass: If You Don’t Know Me de Olivia Lichtenstein; un documental totalmente convencional que cuenta la historia del mito del sonido Filadelfia. Un personaje con un superpoder para atraer a las mujeres al que un accidente de tráfico arroja a una silla de ruedas y a un impulso suicida que finalmente logra superar gracias a su familia y a los conciertos Live Aid de los 80. Un biografía y unas canciones mejores que el documental que las soporta.