Hot sur, de Laura Restrepo

Hot sur, de Laura Restrepo

El relato comienza con una aterradora secuencia en la que se describe una ceremonia atroz: las pruebas para ingresar en la Orden de los Hermanos de Sangre o Pasionarios, también llamados Penitentes, de dos muchachos, Grey y Sleepy Joe, de 26 y 13 años respectivamente. Esto ocurre en la comunidad de San Luis Valley al sur de Colorado. El narrador nos cuenta que ninguno de los dos muchachos es aceptado por los Penitente Brothers de la Sangre de Cristo y el lector se queda atónito y expectante ¿Qué clase de novela ésta? ¿De qué va? Pues bien, te recomiendo que sigas leyendo.

La historia continúa en nuestros días, 30 años más tarde, cuando en un bosque de arces del Condado de Ulster, en el corazón de las Montañas Catskill, al sur del estado de Nueva York, un hombre llamado John Eagles, repartidor a domicilio de comida para perros, es asesinado y su rostro arrancado y expuesto en lo que parece un crimen ritual. Las quinientas páginas restantes del relato, nos llevarán a encontrar la relación entre estos dos sucesos brutales acaecidos en lugares aparentemente pacíficos de los Estados Unidos.

Para alcanzar este objetivo, la escritora colombiana, Laura Restrepo, se valdrá de distintas voces: una, la entrevista a Ian Rose, ingeniero hidráulico retirado que vive en esas montañas en compañía de sus perros, Otto, Dix y Skunko y que recientemente ha perdido en un accidente de moto a su hijo, Cleve, que fue el que descubrió el cadáver. Nacido de su primer y único matrimonio, Cleve ha vivido desde los 10 años con su madre porque cuando Ian Rose fue destinado a Colombia, ella se negó a permanecer en Bogotá, la ciudad fría y lluviosa a tres mil metros de altura en la cordillera de los Andes que la marcó con pesadillas recurrentes, cosas como que la guerrilla les iba a secuestrar, los volcanes iban a escupir ríos de lava o les iban a robar o a intoxicar. Ahora Cleve pasa temporadas con su padre y sus perros en las montañas, en tranquila convivencia y más bien, en silencio, confiados ambos en que con el tiempo la comunicación irá mejorando. Cleve es autor de la novela gráfica “El poeta suicida y su novia Dorita” y director de un Taller de Escritura Creativa en la cercana cárcel de máxima seguridad para mujeres de Mannintox, donde su piel blanca y sus camisitas Lacoste son el centro de atención de las reclusas, latinas o negras en una apabullante mayoría. La segunda voz es el manuscrito de María Paz, nombre ficticio de una reclusa que participaba en el taller de literatura de Cleve y que Ian Rose recibe por correo dos meses después del fallecimiento de su hijo. La tercera voz es la del cuaderno de Cleve en el que irá descubriendo poco a poco, muchas cosas que ignoraba sobre su propio hijo que se ha ido convirtiendo en un muchacho estupendo. Los tres relatos intercalados dan una visión completa desde distintas perspectivas de los terribles sucesos y la relación entre ellos.

En la larga entrevista con Ian, contemplamos junto a él, como algunos norteamericanos blancos viven la inmigración:

Ya tenemos encima al Sur, al desmadrado y temible Sur, quinientos millones de seres de piel oscura que hablan español y que vienen subiendo desde la Patagonia, se multiplican en Colombia, atraviesan Nicaragua, en México se vuelven marejada y ya son horda cuando se cuelan por los huecos de nuestra frontera vulnerable.

En el manuscrito de María Paz, acusada del asesinato de su marido, un policía blanco y condenada a 15 años de prisión, la colombiana le confiesa:

Ya le digo, mister Rose. América no está en ningún lado. América sólo está en los sueños de los que soñamos con América.

Su madre, Bolivia, las dejó en Colombia a ella y a su hermana pequeña Victoria persiguiendo ese sueño y tardó años en lograr reunir el dinero para enviarles el pasaje, años durante los cuales las dos hermanas vivían felices en su país aunque echaran de menos a su mami. En América, María Paz vivirá también la misma realidad que su madre: años de lucha para obtener la green card, apartamentos cochambrosos, trabajos duros y mal pagados y recordando los “novios” de Bolivia que siempre la abandonaban cuando les hablaba de boda, no duda en dar el sí a la petición de matrimonio de Greg, un policía cincuentón:

Me iba a casar con gringo, qué más podía pedir, me iba a casar con todas las de ley y con blanco norteamericano

Aunque después descubre que es eslovaco, nacido en Estados Unidos pero de Eslovaquia, de padre jornalero de la cebada en Colorado y madre que no se bañaba nunca.

Una persona cuya mayor nostalgia es la Kapustnika, una sopa típica de col fermentada, y su orgullo saber prepararla como lo hacía su madre y como lo había hecho su abuela, y antes su bisabuela… Cómico todo, al fin de cuentas

Ella cuenta que también le cocina un ajiaco bogotano:

con emoción, casi con lágrimas en los ojos, se lo juro, es toda una ceremonia eso de preparar tu propia comida en tierra extraña, es algo patriótico, como cantar el himno o izar la bandera, sientes que eres tu misma, tus antepasados, tu identidad, lo que está hirviendo en esa olla.

Pero la experiencia es un fracaso; Greg opina que es una comida muy primitiva. María paz también descubre que su cuñado, Sleepy Joe, un joven atlético y bien formado de piel blanquísima, está marcado como su marido por un tatuaje: una cruz de doble travesaño sobre monte azul de tres crestas sobre la que está escrito en letras góticas: Relámpago sobre Tantras, y aunque nunca descubre qué significa, más tarde se negará a tatuarse en la cárcel como hacen las reclusas de la banda el Noli me tangere, las Nolis dirigidas por Mandra X cuyo lema es: No me toques, no te acerques, déjame en paz. María Paz ya aprendió en su trabajo como encuestadora sobre higiene que en Estados Unidos siendo emigrante la regla número uno es nunca llamar a la Policía. Pase lo que pase. Visitando casas ha descubierto muchos casos raros pero sobre todo ha visto por todos lados la soledad.

A veces, cuando la gente te invita a entrar, sientes que te estás hundiendo en un pozo. Es una sensación casi física, la soledad es como la humedad, la hueles, se te pega a los huesos. Y no crea que son sólo los pobres, los ricos también están solos.

Huyendo de esa soledad, con su madre ya fallecida y teniendo que cuidar de su hermana, la rara, la autista que necesita un colegio especial, María Paz se casa con Greg y se lía con su cuñado, Sleepy Joe, un chico que se porta realmente mal y que en el fondo, no es bueno, es alguien que disfruta insultando, vejando y pegando a los fracasados, a los impedidos, a los más débiles. Ella lo sabe pero no es capaz de negarse a hacer el amor con él, un cuerpo divino dotado de una fuerza mística.

Hot Sur. 2

En el cuaderno de tapas de cartón mármol, Cleve, anota: Algo inexplicable y brutal sucedió a diez minutos de la casa de mi padre, en este pacífico rincón del mundo donde nunca pasa nada. Un acto de sadismo difícil de explicar. Cleve pasa mucho tiempo en el Café Mis errores, frente a la cárcel de Mannintox, un lugar en el que a sus alumnas se les prohíbe hablar en español, incluso durante las visitas de sus familiares, campesinos de Nicaragua, México o Colombia en su mayoría, motivo por el cual decide dar la mitad de su clase en este idioma lo que le valdrá ser despedido. Cleve, marcado por su infancia en Colombia, se siente atraído por María Paz y aunque trata de disimularlo sin mucho éxito, todas las reclusas perciben la tensión, intenta establecer una relación con ella animándole a escribir su historia de vida, una relación que se convertirá en íntima más adelante, cuando ambos ya han abandonado la prisión.

Pero no quiero desvelar la intriga, ni puedo enumerar la cantidad de conceptos, personajes, actitudes y hechos actuales que Laura Restrepo aborda en su novela. La escritora colombiana nacida en Bogotá en 1950 es una de las grandes voces de la literatura actual en español, su dominio del lenguaje, su imaginación y su valentía para tratar en nuestros días temas tan “delicados” como la inmigración o la existencia del Mal, convierten sus novelas en lectura indispensable para aquellos lectores que piensan que la literatura “trata de testimonios que nos permiten ahondar no solo en las estructuras lingüísticas sino en los más hondos abismos del corazón humano”, (tal como nos dice Terry Eagleton en su libro El acontecimiento de la Literatura reseñado recientemente en estas mismas páginas por Carlos J. González Serrano).

En resumen, si alguna vez te has hecho la eterna pregunta ¿Qué es la literatura? La que críticos, filósofos y escritores han tratado siempre de responder con diversas teorías, insignes o ridículas, simplistas o complejas, pero siempre teorías. Yo, como lector, contestaría sin dudar: HOT SUR es literatura, de la buena, claro.

Hot Sur, de Laura Restrepo, Editorial Planeta

Autor

Nací en Barcelona. Desde niña, leía todo lo que caía en mis manos hasta que crecí y fui volviéndome selectiva. A los 40, entré a trabajar en una productora de cine (Tesauro) y llegué a ser productora ejecutiva de programas para la televisión pública y privada, pero no estaba satisfecha; En 2004 me fui a Guadalajara para encargarme de la Dirección de un Centro de Acogimiento Residencial para menores extranjeros. Durante seis años el trabajo social colmó todas mis expectativas, pero siempre encontré tiempo para seguir leyendo. Ahora, en Madrid, prejubilada y con 64 años, me gusta compartir con vosotros mis lecturas e impresiones a través de mis reseñas.

1 comments

  • Se trata de una extraordinaria novela, que describe la vida y la muerte, el árbol de la vida el mismo de la muerte, la esperanza de Bolivia y la pesadilla de su hija María Paz; la creencia en un ser superior como esperanza pero también como muerte; y, a lo largo de la misteriosa e intrigante historia el amor, la angustia, el sufrimiento, la tristeza, el dolor, la solidaridad, la ética, la moral, los celos, el odio, la venganza, el perdón y la esperanza. Muestra los irreparables daños que deja el abandono y maltrato infantil. Será que Ian Rose, cuando se abstiene de detener los perros que atacan a Sleepy (Jaromil) lo ve como un victimario, pero, cuando no es capaz de dispararle lo ve como una víctima?. Y, en definitiva, nos muestra la basura y la mierda que es la sociedad norteamericana «desarrollada» a donde el anhelado sueño de la prosperidad motiva a mucho(a)s, pero que a la postre, no es más que engaño, tragedia y hasta muerte.

    Contestar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *