Hijo de Dios es una novela escrita por el norteamericano Cormac McCarthy, publicada en el año 1973. La historia transcurre en el condado de Sevier, Tennessee, siendo Frog Mountain testigo de los trágicos acontecimientos que sucedieron entre sus bosques y valles.
Si nos remontamos a la infancia del protagonista, Lester Ballard, seguramente comprenderíamos bastantes aspectos acerca de su personalidad. Su padre se suicidó cuando él tenía tan sólo diez años siendo a continuación abandonado por su madre. Era hijo único y tras el traumático suceso podemos imaginarnos como éste marcó el devenir del posterior periodo, y es que no sólo grandes traumas si no también pequeños y variados matices pueden influir en la personalidad del individuo hasta alcanzar la edad adulta.
Ballard, desahuciado tanto en lo personal como en lo económico, transita por los bosques y valles donde da rienda suelta a sus primarios instintos zambulléndose en la salvaje naturaleza, para de repente emerger de ella y someterse a los extraños designios del señor. Paulatinamente se introduce en un rocambolesco maremágnum de crueldad que va creciendo a lo largo de la narración. Sus primeros hechos delictivos consisten en pequeños hurtos, cuyo objetivo es obtener algún tipo de sustento, los siguientes demandan satisfacer su reprimido deseo sexual espiando a incautas parejas inmersas en el placer carnal. Un placer que torna en dolor, ya que no solo las despoja de sus prendas sino también de sus vidas para a continuación dar rienda suelta a su perversión: la necrofilia.
Colecciona cadáveres femeninos como si de trofeos de caza se tratasen, los acicala y embadurna con su odio intentando mantener su calor corporal, para posteriormente recrear aquellas escenas imposibles de llevar a cabo en su atormentada existencia.
Lester va siempre acompañado de su inseparable rifle, y es que no hay que olvidar que hablamos de un país donde siempre han estado presentes las armas y que en la actualidad continúa con su culto al frío metal y la caliente pólvora. Una sociedad donde prima la agresividad y que se parapeta tras el inmovilismo a la hora de modificar la enseñanza y su particular visión del mundo, es una sociedad en la cual la violencia tiene más facilidades para establecerse y convertirse en un elemento natural que moldee al individuo. Esta doble moral basada en la hipocresía y en los intereses económicos que al mismo tiempo demoniza y persigue otro tipo de prácticas e ideas, nos hace involucionar en el desarrollo individual y colectivo del ser humano.
Lester forma parte de una sociedad brutal y primitiva, una sociedad incapaz de ayudar e integrar a sus propios monstruos. Únicamente el viejo Reubel, en excéntrica simbiosis, tolera su compañía. El anciano sobrevive en un basurero rodeado de la inmundicia y despojos del condado junto a sus nueve hijas, cuyos nombres provienen de un diccionario médico rescatado del vertedero del que forman parte. Uretra, Cerebelos, Hernia Sue y sus hermanas (incluyendo la menor de doce años), atraen pese al hedor a todos los carroñeros deseosos de saciar su lujuria, preñándolas sin conmiseración. Forma parte de esta legión de atrocidad y barbarie el miserable viejo, corroborando a través del incesto su carencia de ética y moral.
Lester Ballard continúa con su sangrienta cruzada asesinando a cuantos individuos se encuentra en su camino, para luego perderse en la espesura del bosque y ocultarse con su presa como si de un depredador se tratase. El ritual parece llegar a su fin cuando la casa de los horrores donde malvive, se convierte en pasto de las llamas. A partir de este momento, nuestro protagonista se establece en las profundidades de la montaña, donde introduciéndose a través de sus galerías oculta a sus víctimas y sobrevive como un ermitaño.
Mientras tanto, la ira del Señor hace acto de presencia en forma de diluvio, inundando las calles de la ciudad y sepultando de lodo y barro las miserias e inmundicia de sus habitantes.
El descenso a los infiernos de nuestro protagonista va llegando a su fin cuando tras intentar vengarse de Greer, canallesco personaje, pierde un brazo y termina dando con sus huesos en prisión.
Su encuentro con el Todopoderoso está cercano; la unión con el padre que no fue…
Hijo de Dios es una historia que nos habla sobre la importancia de los sucesos que pueden influirnos en nuestra crianza y educación, de la marginación y del racismo. El protagonista Lester, a través de la violencia, aplica sin conmiseración ninguna su visión de la realidad llevándola hasta el extremo del paroxismo.
También hallamos un breve relato, el del héroe Tom Davis, nombrado sheriff por sus conciudadanos y único líder en la lucha contra los gorras blancas (banda sureña de delincuentes racistas), logrando al final su objetivo. La lucha de Ballard es igualmente individual, pero él es un antihéroe y aunque mediante sus atrocidades encuentre una momentánea satisfacción, ésta no es suficiente para aliviar su ira y para cubrir sus necesidades. Su final tampoco es el de un héroe; ni saborea las mieles del triunfo siendo agasajado y obteniendo el reconocimiento merecido por ello, ni queda su legado para la posteridad.
En el año 2013 la novela fue llevada al cine por James Franco, quién además de director, fue productor, coguionista e interpretó un papel.
Carnosa y carnal visión de esta novela de Cormac McCarthy, lindando con la desesperación y la imposible redención. Una magnífica reseña que combina un punto de vista más objetivo con aportes de subjetividad jugosa.