Gabriela Carrizo y Franck Chartie reúnen tres coreografías cortas creadas para Peeping Tom

Gabriela Carrizo y Franck Chartie reúnen tres coreografías cortas creadas para Peeping Tom “The missing door”  “The lost room” “The hidden floor” Foto Virginia Rota

La compañía belga de danza y teatro Peeping Tom, presenta dentro de la programación del 39 Festival de Otoño, tres piezas cortas creadas entre 2013 y 2017 por los directores y coreógrafosGabriela Carrizo y FranckChartier,para el Nederlands Dans Theatre (NDT). 

La tres coreografías llevan por título “The missing door” -La puerta perdida-, “The lost room” -La habitación perdida- y “The hidden floor”, que ahora sus autores recrean, y nos muestran reunidas en forma tríptico en la madrileña muestra de Otoño, en colaboración con los Teatros del Canal -Madrid-.

Las tres coreografías tienen como escenario tres Platós de cine, donde seremos testigos de la configuración del propio decorado, la ejecución de las coreografías, la representación, y una performance entre pieza y pieza.

Sería gratuito loar la depurada dirección y coreografía de Carrizo y Chartier, o la pericia de los bailarines Konan Dayot, Fons Dhossche, Lauren Langlois, Panos Malactos, Alejandro Moya, Fanny Sage, Eliana Stragapede y Wan-Lun Yu, porque es excelente y la ejecutan con una plasticidad pasmosa.

Las tres dramaturgias son grandes tragedias que ocurren en un barco, en que los pasajeros viven realidades paralelas que, estimulan el recuerdo del cine mudo y la visión surrealismo. Del primero tiene esa sutil manera de hacer reír por el detalle, y del segundo la imaginación desbordante de asociaciones de ideas que puede llegar a realizar el subconsciente, y que Gabriela Carrizo y Franck Chartier cuentan con el talento de materializarlas.

Las piezas juega incansablemente con el público, sorprendiéndole con propuestas en que nada es lo que parece, para lo que es necesario contar con el caudal inagotable de creatividad de sus creadores.

Así podremos ver armarios en los que se esconden sueños, pesadillas, vivos y muertos que, estableciendo una corriente entre una puerta y una ventana, se marcharán volando como llegaron. Se abrirán puertas que se ciegan para ser armarios, y todo dentro de un orden impecable, en que se va limpiando de agua o de sangre todo lo que se ensucia. O después de salir de una cama, y de la nada, media docena de personas, la camarera la hará primorosamente para que todo esté perfecto y borrar huellas, en un juego simbólico en el que, el fondo importa poco o nada, en tanto la hipócrita “forma” permanezca.

En las dos primeras creaciones la forma puede siempre con el fondo, en la tercera las estancias se abren para la catástrofe del agua y el fuego, en una suerte de hundimiento del Titanic. En esta pieza del tríptico que titulan “The hidden floor” -El piso oculto-, será una puesta a prueba de la capacidad de supervivencia, ya ensayada en las dos piezas anteriores: “The missing door” -La puerta perdida-, y “The lost room” -La habitación perdida-.

Ante la catástrofe cada uno tiene una forma de estirar el poco tiempo del que ya disponen, unos luchan, otros se resignan a la tragedia, y los hay que entregan al placer compulsivo del sexo, para exorcizar la muerte.

De estas creaciones no es fácil escribir, y si se hace es únicamente como aviso de que sí tienen la oportunidad no dejen de asistir a una función,  porque la emoción y la plasticidad hipnótica la ponen el equipo al completo de Peeping Tom dance, y no, el que esto escribe.

Peeping Tom estará en Teatros del Canal programada del 11 al 14 de noviembre de 2021, dentro del 39 Festival de Otoño.