Festival de cine D´AUTOR de Barcelona 2014. 4ª y última crónica

Festival de cine D´AUTOR de Barcelona 2014. 4ª y última crónica

En una secuencia hacia el final de la película francesa Les Apaches (2013) de Thierry de Peretti uno de los protagonistas adolescentes justifica ante otro el asesinato de un tercero que amenazaba con delatarles a la policía por el robo de una escopeta durante un allanamiento de morada con las siguientes palabras (aproximadas, cito de memoria): “Somos jóvenes, tenemos derecho a vivir a tope y pasarlo bien. Él amenazaba todo eso, por eso había que matarlo, no te preocupes”. Toda una filosofía de vida que eleva el hedonismo al grado de religión producto de décadas de mensajes publicitarios repitiendo hasta la náusea consignas provocadoras de ansiedad y frustración (“este caos de vida agota, pero bendito caos”). Los desarraigados jóvenes del, por lo demás mediocre, largometraje de Peretti pertenecen a la segunda o tercera generación de inmigrantes, en teoría con idénticas oportunidades (o falta de ellas) que los franceses de toda la vida y añaden a la tradicional tendencia a desobedecer, desnudarse y destruir la propiedad de los quinceañeros, una desazón por la juerga constante que les conduce finalmente al crimen. Rodada con escasez de primeros planos y en anónimas urbanizaciones de extrarradio, Les apaches adolece de una escasa definición de personajes y una trama estancada que sólo levanta el vuelo cuando se produce el crimen mencionado.

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«Puppylove» (2013) de Delphine Lehericey

Más interesantes son las chicas de Puppylove (2013) de Delphine Lehericey que canalizan su zozobra existencial no a través de la violencia sino del sexo. Diane (Solène Rigot una buena fotocopia de Adèle Exarchopoulos) es una adolescente virgen con todas las inseguridades propias de su edad y alguna más que traba amistad con una vecinita de enfrente que hace con su cuerpo todo lo que ella no se atreve. Relato de iniciación al tiempo que de amistad femenina, la película podría  ser el sueño de un viejo verde si no fuera por que está dirigida por una mujer de 39 años. Lehericey muestra sensibilidad en el retrato de Diane aunque a veces resulta tan obvio el reparto de roles entre los dos personajes principales que uno piensa que quizás al final su directora (y guionista junto a Martin Coiffier) nos va a sorprender con que la vecina no es más que una proyección de los deseos de la prota y no existe realmente (lo que, afortunadamente, no ocurre). Feliz recuperación de Vicent Pérez al que los años han quitado el aspecto de maniquí que tenía en sus tiempos de galán.

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«Metalhead» (2013) de Ragnar Bragason

Tampoco lo tiene fácil para ser feliz Hera, la protagonista de Metalhead (2013) de Ragnar Bragason. Vive en una aislada población de Islandia donde las únicas fiestas son las parroquiales, el único trabajo posible es en el matadero local y su espectro de pretendientes se reducen  a uno. Estamos a finales de los ochenta o principios de los noventa y aquí la ansiedad por pasarlo bien se canaliza a través del  heavy metal. Metalhead acierta en el retrato de inadaptación de la heroína y, sobre todo, en el del entorno en que ésta se ubica al tiempo que apunta una brillante relación sentimental entre la chica y el nuevo pastor que lleva a Eddy, la mascota de Iron Maiden, tatuada en el antebrazo bajo su sotana. El suceso traumático con que se abre la película (que marca y justifica a los personajes principales) lleva en ocasiones la narración por caminos mil veces vistos. Buen trabajo interpretativo de todo el elenco, especialmente de la omnipresente protagonista.

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«Somos Maripepa» (2013) de Samuel Kishi Leopo

También  la música es la principal vía de escape de los jóvenes mexicanos que intentan tener al menos dos canciones listas para poder participar con ellas en una “batalla de bandas”. El problema de Somos Maripepa (2013) de Samuel Kishi Leopo es el de todas las películas (y series) con grupos de música: el abanico de conflictos manejables son siempre los mismos. El ego de los componentes, la falta de compromiso de alguno de ellos o el exceso de celo de otros, la tentación de venderse a lo comercial… Kishi Leopo intenta esquivarlos a través de dos estrategias. Por un lado, se va al escalón más bajo de la escena musical mexicana. Sus protagonistas son amigos que en lugar (o además) de reunirse para jugar a la consola, se toman sus cervezas ensayando canciones. No tienen ni idea de tocar ni de cantar ni (a excepción de uno de ellos) tampoco les importa. No hay sueños de fama, sino una oportunidad para matar el tiempo en un entorno (como el de Metalhead aunque diametralmente opuesto) sin demasiadas oportunidades. La segunda carta jugada por Kishi Leopo es darle a su película un tono documental que, al igual que en la iraní Nadie sabe de gatos persas (2009) de Bahman Ghobadi, acaba convirtiendo el film más en un retrato social que en una peli sobre bandas de rock. Hay episodios algo confusos (el asalto) y unos cuantos elementos narrativos metidos a capón (la muerte de la abuela) pero coincide con Metalhead en la hostilidad que ciertos géneros musicales (el heavy en la islandesa, el punk rock en la mexicana) causa en la sociedad bien pensante lo que precisamente no hace otra cosa que retroalimentar y justificar la rebeldía juvenil. El premio del público ha caído finalmente en el documental Sobre la Xarxa de Jordi Morató. Se clausura así una excelente edición de un festival que ha sabido equilibrar lo que de elitista pueda resultar su etiqueta con películas radicales que podrían haber estado presentes en las Novas Visions del Festival de Sitges y al que Tarántula ha dado una amplia y completa cobertura a pesar de las pocas facilidades que para ello nos ha dado el departamento de prensa y que han provocado la carta abierta a Carlos R. Ríos,  director del evento y que pueden leer en las mismas páginas de esta revista.

Autor

Escritor y guionista profesional desde 1993. Ha trabajado en éxitos televisivos como COLEGIO MAYOR, MÉDICO DE FAMILIA, COMPAÑEROS, POLICÍAS EN EL CORAZÓN DE LA CALLE, SIMULADORES, SMS y así hasta sumar más de 300 guiones. Así mismo ha escrito los largometrajes de ficción NO DEBES ESTAR AQUÍ (2002) de Jacobo Rispa, y PROYECTO DOS (2008) de Guillermo Groizard. Ha dirigido y producido el documental TRES CAÍDAS / LOCO FIGHTERS (2006) presentado en los festivales de Sitges, DocumentaMadrid, Fantasia Montreal, Cancún y exhibido en la Casa de América de Madrid. Ganó el premio Ciudad de Irún de cuento en castellano en 1993 con LOS QUE COMEN SOPA, el mismo premio de novela en castellano en el año 2003 con MOMENTOS ROBADOS y el L´H Confidencial de novela negra en 2014 con LA CHICA QUE LLEVABA UNA PISTOLA EN EL TANGA publicada por Roca Editorial. Acaba de publicar en México su nueva novela VERANO DE KALASHNIKOVS (Harper Collins). Su nueva serie, MATADERO, este año en Antena 3 y Amazon Prime.

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