Por Luis Muñoz Díez
Falaise de Baro d’evel, y decir Baro d’evel, es decir Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias, autores directores e intérpretes del espectáculo con el que se ha inaugurado el 40 Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid. La pieza que nos presentan es hija de un tiempo en que los montajes más fértiles son fruto del mestizaje de disciplinas. En él, se puede disfrutar de unas inquietante coreografías, baile, o la acrobacia del circo hasta el asombro. La participación de un caballo interactuando de manera mágica con Camille Decourtye, de de palomas, pero en Falaise también hay representación teatral, con situaciones realmente cómicas.
En una escenografía que firma Lluc Castells, con la ayuda de Mercè Lucchetti, con un punto apocalíptico, conformada por muros altos y encontrados, que se asemejan a los grabados de Doré para ilustra La divina comedia. Un mendigo juega con las palomas en un paisaje devastado. El hombre protestón como en nomo de un cuento, parece diminuto en comparación con la altura que alcanza los muros del espacio escénico, desde su nimiedad contempla como en lo más alto de uno de uno de ellos surge una grieta, y como si de un parto se tratara, salen primero unos pies, que luego sabremos que pertenecen a la extraordinaria acróbata Noëmie Bouissou, que propicia un brillante numero circense con una escalera, en que no sabes ni en que se sustenta, ni como permite tanto movimiento sin perder la vertical.
«Falaise» Baro d’evel. en la imagen Noëmie Bouissou ©François Passerini. Pulsar en la imagen para ampliarla
Un caballo blanco cruzará el escenario primero solo y después mantendrá aptitud deliciosamente terca con una paciente Camille Decourtye, poco a poco se irán incorporando personajes nacidos de unas grietas, que ellos mismos socaban para poder salir, a veces de uno en uno, y a veces en grupo en una coreografía marcada por la fusión y sincronía de sus cuerpos ensamblados como células en un espacio líquido, que a mi personalmente me fascinó por su valor simbólico y por su impecable ejecución. La coreografía en su movimiento para brotar amontonados de las grietas, su ascensión para introducirse de nuevo en lo oscuro del muro, es un trabajo riguroso, en que el movimiento acaricia los sentidos calando con la estrategia del agua por el delicado trabajo de sus interpretes Claire Lamo, Blaï Mateu Trias, Oriol Pla, Julian Sicard, Marti Soler, y un quejoso Guillermo Weickert, por regresar siempre al mismo lugar.
En el espectáculo hay lucha, picaresca, y surge el amor, al principio de la representación a telón bajado Camille Decourtye, nos dirá que todo va a ir bien, mientras Blaï Mateu Trias y ella misma, no ven la manera de abandonar el escenario con dignidad, pero la pieza no se ocupa de la dignidad, si no, de la pura, y dura supervivencia, y de denunciar el inclemente uso y abuso que hacemos a la madre tierra, y nuestro lamentable legado.
««Falaise» Baro d’evel. Marti Soler y Julian Sicard, en una imagen similar a las ilustraciones de Doré para “La divina comedia” Foto ©François Passerini. Pulsar en la imagen para ampliarla
«Falaise» Baro d’evel. Julian Sicard, escalando desnudo el muro como un retorno Foto ©François Passerini. Pulsar en la imagen para ampliarla
El humor es el mejor vehículo para hablar de cosas que, si no se tratan en ese tono, dan susto. La belleza y lo cómico se funden sin sentir en escenas como en que el propio Mateu Trias, con los brazos en cruz, en los que se posan con naturalidad las palomas, pronuncia un discurso incidiendo en el valor de la paciencia, y de permitir que las cosas fluyan, un mensaje principalmente dirigido a Oriol Pla, un actor muy dotado para lo cómico, vestido con un camisón como los que gastaba el Quijote, que le trata de imitar, pero cada vez que se le acerca una paloma chilla, acabarán posándose las palomas en sus brazos, y cruzará el escenario desnudo y sin control, perseguido por las aves.
«Falaise» Baro d’evel, en la pieza también hay lugar para el amor en la la imagen Blaï Mateu Trias y Claire Lamothe. Foto ©François Passerini. Pulsar en la imagen para ampliarla
Otro momento en que se incide en la ternura razonada, para acabar solapándose lo cómico, con la lírica belleza, es cuando Guillermo Weickert, el mendigo, increpa a Julian Sicard por estar desnudo delante del público, extrañado de que no le dé «cosa». Una situación involuntaria porque lo han desnudado Camille Decourtye, Claire Lamothe, y el propio Mateu Trias. Pero Julian está encantado, y da volteretas de alegría, antes de iniciar un ascenso a la cima con un dominio del cuerpo, y una expresión corporal extraordinaria.
Han colaborado en la puesta en escena María Muñoz y Pep Ramis: Mal Pelo, y con la dramaturgia Barbara Métais-Chastanier. La pieza dura casi dos horas, con una dramaturgia bien armada por Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias, jugando con todos los palos, en que se alterna el más difícil todavía del circo, con unas coreografías en que los interpretes se mueven como uno solo, con un resultado tan hermoso como magnético, una danza en que pisaran el suelo a modo de mantra. En partes del espectáculo cuenta con una teatralidad de sainete, la ternura sensata del mendigo que ya lo ha visto todo, y los momentos de ascensión, descenso, y encuentros de los intérpretes entre grietas, que dejan la vista colmada de belleza.
El escenario queda arrasado. Camille Decourtye lo lamenta e increpa a su interlocutor para hacer algo. Él, le dice que ya lo pondrán en orden quien venga detrás, ella se siente responsable porque lo han pisado todo, pero tras la clara denuncia, los interpretes después de agradecer los aplausos del público puesto en pie, se enfilarán como una orquestina popular, encabezando un desfile que acompañará al público hasta la calle, un compromiso de los artistas de denunciar, pero ejercer su oficio hasta que se consume el naufragio.

«Falaise» Baro d’evel. Camille Decourtye y su caballo blanco. Foto ©François Passerini. Pulsar en la imagen para ampliarla
El espectáculo de Danza Teatro y circo Falaise de Baro d’evel, inauguró el 40º Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, y estuvo en cartel los días 10, 11 y 12 de noviembre en los Teatros del Canal, Sala Roja.
Con el apoyo del Instituto Francés / País: Francia-España / Año de producción: 2019 / Idioma: francés, inglés y español (sin sobretítulos) / Duración aprox.: 1 h 45 min (sin intermedio) /A partir de 8 años / Danza, teatro, circo /Estreno en la Comunidad de Madrid
Autores, directores Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias En el escenario: Noëmie Bouissou, Camille Decourtye, Claire Lamothe, Blaï Mateu Trias, Oriol Pla, Julian Sicard, Marti Soler, Guillermo Weickert, un caballo y palomas. Colaboración en la puesta en escena: María Muñoz – Pep Ramis / Mal Pelo Colaboración en la dramaturgia: Barbara Métais-Chastanier Escenografía: Lluc Castells con la ayuda de Mercè Lucchetti Colaboración musical y creación sonora: Fred Bühl Creación luces: Adèle Grépinet Creación vestuario: Céline Sathal
Música grabada: Joel Bardolet Regidor general: Sébastien Reyé Luz: Nicolas Zuraw o David Demené Regidores: Mathieu Miorin, Benjamin Porcedda y/o Cédric Bréjoux Sonido: Fred Bühl o Rodolphe Moreira Gestión animales: Francis Tabouret o Perrine Comellas Dirección técnica: Nina Pire Dirección delegada / Difusión: Laurent Ballay Administradora de producción: Caroline Mazeaud Gerente de producción: Pierre Compayré Directora de comunicación: Ariane Zaytzeff Producción: Baro d’evel