Expiación, de Patricio Rascón Fernández

Expiación, de Patricio Rascón Fernández

La portada son escenas de la película Ordet

ExpiaciónJohannes ha perdido el juicio. Ese que nos obliga a seguir interpretando un papel a pesar de la nausea que nos provoca la estupidez de la comedia. Podría haberse convertido en un terrorista ácrata o en un cínico, pero ha elegido exactamente el camino contrario, no por ello menos revolucionario. Ha decidido creer, hacerlo de veras, con todas sus consecuencias, y abandonar así la estupidez burguesa de la apariencia. Vivir contra todos esos hombres vacíos, autoengañados y lerdos que hace mucho tiempo que son incapaces de sentir un mínimo temblor en la existencia y revisten su impotencia de convencionalismos.

Johannes ha perdido el juicio como acto imprescindible para encontrar la poesía.

¿Por qué entre los creyentes… no hay ninguno que crea?

La muerte continúa su labor redentora. Es la gran bendición contra la impostura. Se cayeron las máscaras y el poeta camina en el alambre, sube a la cumbre con la única ayuda de su aliento, pedalea y electrifica el mundo.

Cada esfuerzo es afuera de todos los caminos.

 

“El ciclista

subió a la cima de una montaña

 

cayó tres veces

vomitó otras tantas

 

derramó

lágrimas de sangre

 

cuando descendió

al tercer día

 

 

el dolor pesaba menos

pero era más puro”

 

La expiación se produce en la expulsión de los sacerdotes que sólo representan la intermediación con el misterio. Es necesario seguir subiendo, en bicicleta, dejar atrás la imbécil comunión de los cansados, a golpes de riñón, de sangre y músculo, descifrar el amor que puede conquistarse en los espacios en que todavía es posible el extravío.

 

“Cada vez que nos damos la mano

ocurre algo mágico

 

la última

 

en tu lecho de muerte

 

conseguí retenerte junto a mí

para siempre”

 

Y el amor es la victoria, acaso la única posible. Habita entre el silencio y la palabra, justo en ese hueco que no puede concebirse y que es el aire del plano en que Johannes consigue abrir los ojos de Inger, la luz en que Patricio Rascón persiste en el pedaleo por encima del asfalto del lenguaje.

 

“Durante treinta años intentaron doblegarnos

 a base de chantajes y de miedo

para que cumpliésemos sus propósitos

 

tú sabes que yo habría vivido así

cientos de años más

con tal de estar a tu lado

 

 

pero ahora

corto veloz el aire en mi bicicleta

 

y tú por fin has escapado

descalza

de tu cuerpo”

 

Amigo Rascón, es la palabra.

Exactamente.

Autor

Javier Cristóbal es madrileño, psicólogo disidente y profesor de Integración Social. Ha publicado los libros "Genealogía de lo Imposible" (Vitruvio), "Feroces de Pensamiento" (Vitruvio), "La hospitalidad de la intemperie" (Amargord) y "Heterotopías" (Amargord).

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