Más que libros
Los libros han dejado de ser, en estos últimos años de crisis económica y social, un mero bien de consumo cultural. Conscientes de este hecho, los editores ponen toda su atención en ofrecer a los lectores una experiencia de lectura en la que haya lugar no sólo para el deleite erudito y la saciedad de la curiosidad, sino también para la contemplación estética de la obra en cuestión. Y quizás esta expresión, algo ampulosa, pueda resultar extraña al análisis de un texto, pero nada más lejos de la realidad en el caso que nos ocupa.
La editorial Laetoli acaba de inaugurar una ambiciosa colección de clásicos ilustrados. Por diferentes razones, muchos de ellos han sido ignorados -cuando no deliberadamente silenciados-, y ahora llegan plenos de salud y vigor en un momento en el que sus escritos tienen mucho que decir. Hoy os presento una obra, de gran actualidad y claridad en la exposición de sus ideas -útiles para comprender no sólo el pasado sino sobre todo nuestro presente-, de Paul Heinrich Dietrich, más conocido como barón de Holbach (1723-1789).
Una corriente cultural aún por desentrañar
Como se apunta en el completísimo Epílogo que cierra el volumen que en esta ocasión os recomiendo (Etocracia. El gobierno fundado en la moral), a cargo de Josep Lluís Teodoro, doctor en Filología clásica y profesor de la Universidad de Valencia, “El barón Paul Henri Thiry d’Holbach es uno de los abanderados de la ilustración radical […]; sus libros fueron repetidamente motivo de escándalo y censura pública, pero Holbach huyó siempre del protagonismo escondiéndose tras un pseudónimo”.
Aunque Laetoli ya ha publicado diversos títulos del autor (Sistema de la naturaleza, El cristianismo al descubierto o las amenas Cartas a Eugenia), Etocracia alberga una actualidad irrenunciable cuya lectura proporciona todo un ejercicio activo de crítica social y política, no sólo por parte del autor sino también por parte del lector, quien ya desde el principio se ve indiscretamente apelado por la prosa directa, elegante y descarada de Holbach, quien explica en la Introducción, para justificar el título del libro, que “He pensado que podía emplear la palabra así formada [Etocracia] para dar un título a un ensayo, un proyecto de unión entre la moral y la política, la idea de una legislación conforme a la virtud que pueda ser igualmente ventajosa para los soberanos, los súbditos, los pueblos, las familias y cada uno de los ciudadanos”.
Holbach, un irreverente ilustrado
Este ensayo, conformado por un total de catorce capítulos, compendia y desarrolla todos aquellos asuntos que -como el propio autor asegura- implican a cada uno de los componentes de la sociedad, considerada ésta como un todo y que se rige, a su vez, por un único poder. La tesis fuerte de Holbach es que, lejos de apelar a vanas utopías, se hace necesario aunar en esta cabeza ejecutiva, y a partes iguales, la bondad y la capacidad de gobernar:
La política no puede separarse nunca de la moral ni perderla de vista un instante -escribe en el primero de los capítulos-, sin que haya peligros iguales para soberanos y súbditos.
Debate aparte, que el lector habrá de pensar por sí mismo a hombros de Holbach, es quién o qué ha de cimentar esta moral que el autor reclama como compañera inexcusable de la actividad política, aunque éste deja entrever ciertas pistas que nos recuerdan a la fundamentación de la moral en Rousseau. Así, Holbach escribe en el capítulo seis de Etocracia, en el que se refiere a las magistraturas:
La equidad natural, la justicia universal, es la base de la moral, y esta moral debe guiar la jurisprudencia. Por ello será universal, ya que, fundada en la naturaleza común a todos los hombres, desconocerá los límites que las convenciones han fijado a las naciones.
Aunque entre los libros de Holbach Etocracia sea el menos incendiario de los que Laetoli ha publicado hasta el momento, este irreverente ilustrado deja también claros ejemplos de su desdén e inconformidad frente a los convencionalismos sociales más fuertemente instaurados en su tiempo. Una de sus obsesiones, como explica J. L. Teodoro en el mencionado Epílogo, es “la lucha antirreligiosa” que desarrolló entre los años 1760 y 1780, a través de “una intensa y escandalosa actividad de ensayista filosófico, redactando, traduciendo o publicando las obras del pensamiento ateo del momento, hasta convertirse en el más importante divulgador del materialismo filosófico del siglo ilustrado”.
Un libro con un diseño de portada absolutamente espectacular (con ilustración de Carlos Patiño), común a todos los títulos de esta inexcusable colección, que hará las delicias de cualquier lector que quiera pensar nuestro presente de la mano de una de las mentes más brillantes de la ilustración y menos conocidas en el contexto de habla hispana: porque -como asegura Holbach en Etocracia– “la tiranía sobre el pensamiento es la violación más cruel, repugnante e inútil de la libertad del hombre”.