Manuel De hace una adaptación libre, muy libre, de «La Tebaida», de Jean Racine, y al tiempo es fiel a su esencia porque su «Eterno Creón» no habla de otra cosa que del poder con mayúsculas, no ya del que ostentan políticos que hoy están y mañana son olvido, sino de ese poder que mueve la cruceta y cambia el paso de quien el pueblo llano creemos poderosos.
«Eterno Créon» o «Eterno Poder«, no en vano Creón, hermano de Yocasta, fue por tres veces rey de Tebas. Yocasta, una mujer que fue entregada como trofeo junto al trono de Tebas a quien aceptase el reto de la Esfinge y librase a Tebas de su maleficio, sin saber que el esposo que salió de la delicada empresa no era otro que su hijo Edipo, al que aún si saberlo dio cuatro hijos, entre ellos a Etéocles, Polinice y la infeliz Antígona.
Manuel De reduce los personajes a cuatro y el decorado a uno, el palacio donde vive Yocasta, y los personajes serán ella misma como falso eje, el verdadero eje es su hermano Creón símbolo del poder y sus hijos Etéocles y Polinice.
Viste a los varones de impecable traje negro, y a la heroína con una suerte de túnica griega y pantalón de terciopelo, nada de lo que oiremos durante la representación nos será ajeno, porque el poder y su lucha son un afán tan candentemente eterno con el sexo y la muerte.
Yocasta no quiere que ninguno de sus hijos muera, y lo tiene difícil porque su hijo-esposo Edipo, a su muerte, tomó la errada decisión de legar a sus dos herederos varones la alternancia en el trono, ni para uno ni para el otro, por un tiempo los dos serían Rey o vasallo obediente.
Yocasta es un símbolo de las luchas fratricidas patente en las guerras civiles. En la del 36 en España alguna madre rezó cada noche a la fe de sus mayores para que no acabara nunca la guerra, porque cuando finalizase tendría que enterrar a un hijo u otro, cada uno en un bando.
Los cuatro personajes, como corresponde a una tragedia, cumplen su destino, la madre Yocasta pide una tregua y ninguno de los tres hombres es noble, el poder los empapa y ciega. Créon manipula para que los hermanos no lleguen a ningún acuerdo y si bien es Etéocles, el que se niega a devolver la corona, Polinice quiere coronarse con la sangre de la victoria, con lo que dos hermanos mueren y el poder permanece.
La presentación de la función tiene algo de juego cinematográfico: los impecables trajes negros y el suelo que en blanco y negro forma una espiral, recuerda al poder de James Bond. En la pantalla vemos imágenes de la película «Edipo», de Pier Paolo Pasolini, en las que aparece el propio Pier Paolo y la bellísima Silvana Mangano.
El recurso mestizo de unir teatro y filmaciones no es una práctica nueva en Manuel De, ya lo hemos visto en otras funciones suyas como «La otra voz», pero en este caso roza lo televisivo cuando los intérpretes se ponen frente a un micrófono para dar datos o aclarar situaciones.
La función tiene momentos de gran belleza plástica, como la pelea de los dos hermanos o cuando Creón-Calvo y Etéocles-Ugalde se convierten en un medio perfil mientas Yocasta-Mayordomo habla con su hijo Polinice- Domínguez, en cambio no acabo de entender, porque a mi gusto se queda a medias en el rito, cuando Yocasta se mancha de sangre, sin embargo es mas preciso cuando en un simbólico reconocimiento de poder se panela con pan de oro la cara Creón.
La dirección de Manuel De es muy directa, no anda con ambages para contar el ejercicio de poder. Los diálogos y las escenas son efectivos como un tiro, así será el discurso político de Etéocles, al que Iván Ugalde interpreta de una manera compacta en un trabajo redondo, el personaje de Polinice está tratado por De de otra forma, quiere complacer a su madre pero le pierde la ambición y la sed de sangre. Manuel Domínguez da vida a un personaje ambiguo, transmite su temblor y en su ambición con acierto, como acertado es ese Cerón taimado al que da vida Jesús Calvo de una forma fría, acerada, opaca, juega su juego y espera a que el poder vuelva a él.

El abrazo imposible entre los hermanos, interpretados de una manera impecables por Iván Ugalde y Manuel Domínguez.
Creón es un papel difícil, carente de amigos y odioso, como el mismo poder, que es codiciado y temido, que si lo encaras asusta, y Jesús Calvo es certero -e imagino que guiado por la mano de Manuel De– lo esculpe en hielo.
Carmen Mayordomo tiene la capacidad de sorprenderme con cada papel del que se apodera, en este caso- el asombro han sido sus ojos poderosos en los que se puede leer más que de lo que ellos ya alcanzan a ver, más allá del bien y del mal, por haber violado todas las leyes naturales, ahora augura que pagará un último tributo: el ver morir a sus dos hijos, hijos de su propio hijo Edipo también muerto.
Eterno Creón Eterno Poder, un trabajo con sello propio de Manuel De
Titulo «Eterno Cerón», basado en «La Tebaida» de Jean Racine / Arte, dramaturgia y dirección Manuel De / Ayudante de dirección y documentación Helena Nievas / Elenco: Carmen Mayordomo, Jesús Calvo, Iván Ugalde, Georbis Martínez, Manuel Domínguez / Diseño de luces: Jesús Antón / Espacio sonoro Letal Delirios / Audiovisuales Manuel De / Fotografía Simona Cheli Prensa: Marta Tarín / Productor asociado: Daniel Parra / Podución La Saraghina de Stalker
Fechas: Viernes 06, 13, 27 de marzo// 03 de abril a las 20:00 horas
Ahora en el Teatro Galileo de Madrid, del 2 al 12 de Abril de 2015. jueves, viernes y sábados 20:00 h., domingos 19:00 horas. El día 3 no habrá función