En 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas aliadas pasaron a ocupar Japón, suponiendo un momento clave para la historia más reciente del país nipón. El General McArthur sería el encargado de poner fin al gobierno japonés y de establecer el orden. Un aspecto fundamental sería el de marcar cuál había sido el grado de implicación del emperador Hirohito en el enfrentamiento bélico y precisar así su grado de culpabilidad. Esta es la premisa con la juega el tercer largometraje de Peter Webber tras las irregulares La Joven de la Perla (2003) y Hannibal, el origen del mal (2007). Basada en la novela de Shiro Okamoto, His Majesty’s Salvation, la historia gira en torno al General Bonner Fellers (Matthew Fox), encargado de ser quien dictamine el grado de implicación del Emperador de un país que acaba de rendirse.
A camino entre el drama histórico y el melodrama, el film cumple su cometido en lo que a la primera catalogación se refiere. Por lo referente a la segunda, la subtrama que intenta aportar el grado de romanticismo y humanidad al protagonista convierte la película en un absoluto quiero-y-no-puedo que puede llegar a denostar el resultado final. Tal vez sea la absoluta falta de química entre Fox y la actriz japonesa Eriko Hatsune, quien interpreta a Aya Shimada. O tal vez el desacierto en la elección de un actor al que el papel de Fellers le queda bastante grande, regalándonos todo el conjunto de tics de manual que hay que ejecutar para ponerse en la piel de un componente del ejército más devastado por la pérdida del amor que por la crueldad de la propia guerra.
Como si de un spin-off de esa barbarie de ñoñería y melodrama barato que fue Pearl Harbor (Michael Bay, 2001) se tratase, «Emperador» juega muy mal sus cartas como drama romántico pero gana la partida desde el otro tipo de catalogación a la que podemos someterla: la de perfecto drama histórico que nos traslada, como ya se ha mencionado al inicio, a un momento clave para la historia de Japón. Para ello Webber cuenta con su mayor (¿y única?) baza: la de un soberbio Tommy Lee Jones encarnando al General McArthur y quien da rienda suelta a un portento interpretativo innato que eleva la categoría del film con cada una de las secuencias en las que aparece (la escena del encuentro final con el Emperador es impagable).
Peter Webber vuelve a convertir en irregular un producto que bien podría haber sido algo magistral, haciendo decaer el ritmo por culpa de tanto romanticismo mal llevado a cabo. Siendo fiel a la Historia, los amantes de las películas con trasfondo bélico basadas en hechos reales encontrarán en «Emperador» una correcta visión de la Segunda Guerra Mundial desde la óptica japonesa que puede incluso complementar a la excelente Cartas desde Iwo Jima (Clint Eastwood, 2006). Por otro lado, quedarán descontentos aquellos que se dispongan a verla como la enésima historia de amor con trasfondo bélico.
«Emperador» de Peter Webber, se estrenó en España el 7 de marzo de 2014