La vida es una fiesta (El vie est une fête), dirigida por Jean-Christophe Meurisse, para Les Chiens de Navarre ©Philippe Lebruman
Por Luis Muñoz Díez
La vida es una fiesta (El vie est une fête), dirigida por Jean-Christophe Meurisse, para Les Chiens de Navarre, la compañía francesa nos presenta una pieza entre el teatro y la performance, tan bizarra, como fiel a la realidad de los tiempos por los que pasamos.
Cuando entramos en la sala encontramos una suerte del Congreso de los Diputados, con la bandera francesa y la europea, en el que comparecen diputados de diversas ideologías, con unos discurso tan peregrinos como disparatado que podrían ser reales, al que un publico aparentemente espontáneo de la cámara, protesta con saña, logrando un ambiente de performance encendido, que engancha.
Un hombre en calzoncillos y manchado de sangre con la apariencia de un loco en estado brotado, viene a interrumpir una sesión de terapia de un paciente con un discurso radical y racista en general, y en particular con el pueblo judío, al que para ahondar más en el disparate, es al que pertenece la terapeuta, que cortando por lo sano romper su infernal discurso, y le dispara un tiro certero.
El hombre salvaje, primero desmonta todo el decorado tirando de moquetas y cortinas dejando sepultado a paciente y terapeuta, para después trepar por el patio de butacas creando un desconcierto que vuelve a subir la atmósfera de inquietud en el público, de pronto un hombre con bata de hospital psiquiátrico se dirige al hombre descontrolado, con una palabras llenas de sensatez «…pero que haces has perdido el juicio… e incluso incrimina a una espectadora acusándola de abusar sexualmente del paciente, mientras este, se frota contra ella sin permiso alguno.
Una vez retiradas cortinas y moquetas, el escenario queda como un paisaje después de la batalla. La fachada de un edificio que será el psiquiátrico, y marco para otras batallas urbanas, con una puerta central y dos amplias ventanas, coronado por una transparencia de la que brotan hierbajos. Sobre este escenario se representaran de una manera directa, como una mujer pasa por una revisión ginecológica hilarante, en que no solo la doctora le hace todo tipo de exploraciones y limpiezas, con un material más propio de un taller mecánico o de limpieza industrial, si no que le unirá en la miseria por no tener pareja con 45 años. animándola a que la cirugía repare su físico tan ajado.
La critica de la función es inclemente con un momento político mundial, y especialmente francés porque es la nacionalidad de la compañía, pero sería un reflejo cierto de cualquier país de la Unión Europea, por cerrar la comparación.
Los enfrentamientos policiales con manifestantes, la jubilación obligada a personas de cincuenta años depreciando y despreciando la experiencia, las campañas políticas en que los candidatos son capaces de todo, para obtener la victoria en las urnas, y el olvido una vez que son elegidos.
…la mujer educada como mero objeto sexual que a partir de los cuarenta se siente obligada a estar atractiva, para un macho que igual así tampoco la desea, en que busca la mujer busca, más allá de la seducción con gozo incluido, por su atractivo lo valora también como baluarte, como garante de afecto y compañía.
Hay una escena en que después de una manifestación en que arrojan a las fuerzas del “orden” hortalizas, lavadoras, y hasta a la misma Chaterine Deneuve, y acaba cuerpo a cuerpo entre un manifestante y un policía.
Y la madre-padre estado les reprime por haberse pegado, cual madre conciliadora. El manifestante como un niño pillado en falta, argumenta que ellos estaban en la plaza cantando y que fueron ellos los que vinieron dando, el policía dice que les han tirado cosas…
La madre estado, insiste en que hagan las paces y se den un beso, ellos se resisten hasta que poco a poco pasan del beso fraternal, al puro y duro comerse la boca, que acaba en un revolcón con sexo en toda regla, que contribuye a la sin razón en que vivimos.
La salud mental planea durante toda la función, dado que la acción está centrada en un hospital psiquiátrico, como línea de fuga de una sociedad que no da respuestas, y genera desazón. En trabajo físico de los actores Delphin Baril, Lula Hugot, Charlotte Laemmel, Anthony Paliotti, Gaëtan Peau, Ivandros Serodio, Fred Tousch es enorme, y cuentan con un grupo de apoyo entre el público, para poder llevar a cabo la Performance.
El espectáculo que nos presenta Les Chiens de Navarre, dirigido con oportunidad y nervio por Jean-Christophe Meurisse, se mantiene en alto durante toda la representación, y el público no deja de sorprenderse. La verdad es que es zarandeado por los actores, y los miembros de apoyo que no cesan de pasearse ensangrentados y fuera de sí, peligrosamente cerca.
El final como ilusión de un mundo feliz, en la que se han unido materialmente los continentes, dando cobijo a las islas que aún andaban a la deriva.
Un final Utópico, porque nada de lo expuesto parece que tenga mucha solución, quizá esa sea la razón del porque se advierte a los espectadores, que «el espectáculo contiene escenas de violencia, desnudos integrales y sexo explícito» y añado yo, «que altas dosis de realidad, que igual el espectador no puede soportar»
La vida es una fiesta (El vie est une fête) estará del 20 al 23 de abril de 2023 en Sala Verde de Teatros del Canal 20, 21 y 22 a las 20.00h y 23 a las 18 más información AQUÍ.
Dirección: Jean-Christophe Meurisse Socia artística: Amélie Philippe Intérpretes: Delphin Baril, Lula Hugot, Charlotte Laemmel, Anthony Paliotti, Gaëtan Peau, Ivandros Serodio, Fred Tousch Producción: Les Chiens de Navarre
AVISO: El espectáculo contiene escenas de violencia, desnudos integrales y sexo explícito. Uso de luces estroboscópicas. Teatro /Creación Canal /Francia / Estreno en España / Duración: 1 h 45 min (sin intermedio) / Idioma: francés (con sobretítulos en español)