Leonardo Padura, un tipo que a ratos me parece un contrabajista de jazz y a tris intermitente un profesor universitario y conflictivo vestido de pobre , si bien todos sabemos que la universidad no es la panacea de la riqueza. Ni mucho menos tocar un instrumento de cuerda en una banda de jazz. Por eso a partir de esta fisonomía trotskista que es pura apariencia de mis ideas o mi desarreglo neuronal , encuentro yo la parte sustancial del periodismo literario que nos ofrece El Viaje Más Largo. Este tipo no quiere impresionar a nadie. La historia se cuenta oyendo, viviendo. Me bastan sus pupilas y su barba de abuelo.
Dos coyunturas, la carencia de toda literatura simulada en la ostentación petulante y de toda búsqueda experimental para halagar o martirizar al lector , y la sencillez de la prosa que tiene mucho de épica y leyenda , es decir que este libro se lee más rápido que la hostia. Más rápido que Forrest Gump en los Sanfermines, huyendo no de los toros, sino de sus compatriotas de Alabama tocando tetas. Bueno, todo esto para decirles que a Padura los barroquismos le tocan bastante los cojones. Vale, y lo vamos a agradecer. Aquí no hay valles floridos ensangrentados por el ocaso ni rocambolescos acantilados con gaviotas melancólicas. Qué bien.
Aquí están reunidos todos los reportajes y crónicas elaborados por Leonardo Padura en Juventud Rebelde entre 1983 y 1990 , cuando deja el periódico ; y toda la temática es Cuba , emigración , aventura , sueños , leyendas , mujeres , ron , proxenetas , cafetales , barcos, amor y muerte. El éxito y la hostia épica.
Y empieza el tipo con una peli de chinos. A ver. Este libro de novelitas es de chimenea y ron ; de un viejo muy , muy cascado contándote la vida. Borracho y cojo si es posible. » Esta historia comenzó con la duodécima luna, a los 47 años del emperador Tu Kong , es decir el 2 de enero de 1.847 , cuando más de 300 culíes chinos embarcaron en la fragata Oquendo «. No es más que la historia del mundo : la frustración y la muerte. Solo sobreviven 266 chinos a tan titánica travesía , que llegan hechos unos zorros y con los ojos marchitos de salitre. Un objetivo claro: ganar dinero y regresar a la patria. Ni en la zafra azucarera ni en fonda ganaban bien. Ni para el pasaje. Como dijo un catalán emigrante: vinimos a hacer la América y la América nos hizo a nosotros. O bien , robando a Jardiel Poncela: en la vida humana solo unos pocos sueños se cumplen , la mayoría se roncan.
Me ha molado bastante. Y quizá bastante sea ridículo, porque lo he flipado con El Romance de Angerona , La leyenda y la historia de infinito amor de un alemán rosado y una negra haitiana que hicieron fructificar el cafetal más de rico de Cuba: Angerona. Si bien el comienzo tiene esa persuasión literaria de sometimiento que destaca en el realismo mágico. Y lo agradezco .
Leo:
La tarde en que el alemán Cornelio Souchay iba a morir, Úrsula Lambert se bañó más temprano que otras veces, hizo un par de anotaciones en los libros de su negocio y se sentó en el portal de su tienda , dispuesta a esperar la irreversible noticia que había presentido en el hígado moteado del gallo negro sacrificado ese mediodía»
Se muere mucha gente en este libro. La muerte es pura metafísica , es una gran bonita mierda , literariamente hablando. Porque detrás de toda muerte está Padura con la gran vida del emigrante , las lecciones, la sabiduría, la aventura. Algunos incluso se hacen ricos a saldo de la quimera. Sí, se puede. Como decían los putos locos más rayados del fútbol. Pero no siempre.
Paradigma del Sí:
«… el francés le confesó a su amigo catalán que su oficio era vinatero y, en prueba de su agradecimiento eterno , le confesaría la fórmula secreta para fabricar aquel ron suave y fino, fuerte y agradable a la vez , con el que podría adueñarse del mercado de licores de la caliente villa de Santiago de Cuba»
Bacardí con coca-cola. 7 euros. Para la rubia, que nunca paga. Por ahí van los tiros. Facundo Bacardí y Mazó , consignatario de goletas y bodeguero de ron.
También , todo un tributo a la intensidad: YARINI , EL REY : Vida , pasión y muerte del más célebre proxeneta de Cuba.
«… y el prestigio de los apaches franceses había sido mancillado desde que el cubano le levantó la Petite Bertha a Lotot, y aquella ofensa , que Yarini había agravado en los últimos días , solo podía lavarse con sangre «
«En 1910, cuando Alberto Yarini alcanzó la cúspide de su fama, en La Habana existían 529 prostitutas registradas, aunque según un estudioso de la materia , en realidad esa cifra no debía pasar del 10 por ciento de las mujeres dedicadas a vender sus caricias»
» Aquellas damas tristes, sin embargo , debían vivir como mujeres alegres y al caminar por San Isidro era común oírlas entonar canciones y establecer controversias de punto guajiro … «
Y la muerte trae consigo la memoria . Esos recuerdos vistos desde la vejez , si han tenido ustedes una vida agitada , si han experimentado los episodios de ciertas aventuras de la tragicomedia , igual su melancolía se concentra en una copa de coñac y no en un vaso de leche con soja o una tortilla francesa. El mundo de Padura, pues, es para la cantina y el sistema aleatorio de los sueños. Joderse y ganar.
Cuba y la leyenda no merecían otra cosa.
» Un viaje de mil leguas empieza por el primer paso» . Otra vez los chinos.
El viaje más largo: en busca de la cubanía extraviada, Leonardo Padura, Ned ediciones, 2014.