El último cartucho con Raquel Arigita y Charlie Levi Leroy

Los actores Raquel Arigita y Charlie Levi Leroy, en un momento de la representación de El último cartucho, un texto de Jean Pierre Martínez dirigido por Charlie Levi Leroy Imagen ©Luis Muñoz Díez

Por Luis Muñoz Díez

El último cartucho, es una comedia de Jean Pierre Martínez dirigido por Charlie Levi Leroy, con una primera intención, que el público que acuda al teatro se divierta.

Hacer reír no es una tarea sencilla, y siempre acabamos riéndonos de alguien, no con alguien. Como se dice “si se me cae el móvil al suelo, me dan palpitaciones y si se cae un amigo, me muero de risa”

El último cartucho, trata del teatro dentro del teatro. Un escritor en un momento personal y profesional deplorable, recibe la visita de una periodista muy excéntrica, que dice escribir en una web que se llama “Vivir el teatro”

La cabecera de la web “Vivir el teatro” da juego para denunciar lo difícil que es vivir del teatro. Cualquier quiebro profesional que apareje la ruina conduce a una situación de miseria «in crecento», pero si hay dos profesiones en que es difícil volver a subir a la noria de la vida -vivir de ella-, son la de actor y la de escritor. En cualquier otro oficio te queda un conocimiento, algo tangible que te ilumine la posibilidad de que te vuelvan a llamar.

Un actor al que en medio de la representación se le pierden las palabras, o a un autor al que de la noche a la mañana se le disipa la inspiración, es una alarma de que su carrera ya es pasado, para que sirve un actor, por muy bien entrenado que estuviera, si ya no puede subir a un escenario, o un autor que no puede enfilar las palabras con sentido.

La comedia es un papel de celofán, para decir cosas que de otra manera dolerían, y el El ultimo cartucho sin duda es el encuentro de dos fracasados, con una diferencia, que el Autor ha llegado al limbo de la resignación, y la excéntrica mujer que lo visita, no está por la labor de darse por vencida.

El último cartucho, de Jean Pierre Martínez, en la imagen los actores Raquel Arigita y Charlie Levi Leroy, la vista de la excéntrica mujer cambiará la vida del Autor. ©Luis Muñoz Díez

La irrupción de la mujer en la calamitosa existencia del autor es un soplo de vida, por muy disparatadas que puedan parecer sus propuestas, porque la vida demanda vida, y se retroalimenta.

Como en toda comedia que se precie nada es lo que parece, atrapando al público con cada nueva vuelta de tuerca, llegando al disparate porque es un género que lo permite, tanto en las situaciones que presenta el autor como en la forma de interpretarlas.

La escenografía en la que se representa es dispar y caótica, como lo es el apartamento de cualquier artista venido a menos, en que los únicos trofeos que se pueden encontrar son algún periódico amarillento que cite la gloria pasada.

Los actores Raquel Arigita y Charlie Levi Leroy son oro puro, un valor en sí mismos para cualquier obra, y cada una de sus representaciones son un recital de interpretación, en esta ocasión vuelcan toda su valía en hacernos reír, y lo logran sin usura, y el público que, con sus mascarillas llenaba el Teatro, los premio con sus risas durante toda la representación, y al final con su aplauso.