«El Tesorero» de José Ignacio Tofé, vuelve a la cartelera para quedarse

«El Tesorero» de José Ignacio Tofé, vuelve a la cartelera para quedarse

«El Tesorero», de José Ignacio Tofé, se reestrena en el off del Teatro Lara, precisamente una de las semanas más movidas en los juzgados con sonoros sonido de sirenas, detenciones, dimisiones,  destituciones e ingresos en prisión de personajes que cuando se estrenó la función de Tofé parecían intocables.

10726307_10204959052316570_363775899_nLa lectura de obra de «El Tesorero», de la que he escrito mucho y bien, de alguna forma ha cambiado, como ha cambiado el país en escasos meses, en el que se ha renovado, por abdicación, hasta la Jefatura del Estado en la persona de Felipe VI, y lo que en las primeras representaciones de «El tesorero» era un rumor a gritos, hoy es una realidad grabada y retrasmitida a diario por todas las cadenas de televisión, lo que pone al sistema contra las cuerdas y sin duda el cambio se está fraguado por más que muchos se resistan a perder sus privilegios y la población continúe siendo conformista y pasiva, el poder judicial parece atascado pero funciona, lo que es soplo de aire fresco y un antes y un después como las dos puestas en escena de la acertada función de José Ignacio Tofé.

«El tesorero» tiene nombre y apellido, y el gobierno al que pertenecen estos ministros unas siglas fácilmente intercambiables e identificables. La función se ha representado siempre con éxito y el público ha respondido muy bien, pero ahora quizá porque fabulación y realidad se corresponde y así ríe y disfruta la obra de una forma más abierta.

Al cambio de marco social, se une un cambio meramente teatral por ser la primera vez que se monta la obra a la italiana y en una sala tan particular como es el off del Teatro Lara, para mí la función ha perdido ironía y ha ganado comicidad y cercanía, en la representación a la que asistí el público no esperó a aplaudir al final, sino que premiaba con su aplauso a diálogos y actores celebrando frases y en cada cambio de escena.

La historia nos cuenta como un político con un largo historial en su autonomía, llega por primera vez al Gobierno de la Nación como  ministro de Cultura. Llega muy suelto, no quiere perder el tiempo y como no sabe pregunta a otros ministros: Agricultura, Hacienda o Economía hasta que tiene un choque frontal  con «El Tesorero»;  con esta ronda de visitas el autor arma con buen pulso una trama por la que nos informará de las maneras, protocolos en usos, abusos del dinero público, filias y fobias entre los miembros del gabinete, y el lugar que ocupa el todo poderoso Tesorero.

Al ministro de Cultura lo interpreta José Luis Alcobendas, en una clave muy acertada de constante advenedizo, sin falsos complejos morales por el que el público llega a sentir casi simpatía,  por esa tradición de pícaros e hidalgos que convive y se debate en nuestro interior por herencia cultural.

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Foto: Moises Fermadez Acosta

A los tres ministros y al Tesorero, pared de frontón con la que se da con una tozudez infantil el recién llegado ministro de Cultura, lo representa Juan Carlos Vellido, que compone un ministro de Agricultura que mira desde arriba al recién llegado y presume con aptitud suficiente de sus cuatro carteras anteriores. Un segundo ministro, este de Hacienda, timorato que se ve viejo y no amado por su cargo, un tercero de Economía orientalista y cabroncete y al Tesorero, en principio avasallador, pero que a poca vuelta de tuerca se vuelve campechano casi paternal. Juan Carlos Vellido no cambia en exceso el registro, parece que actor  y director han querido unificar ese poder mediocre y grisáceo que representan los ministros y el propio Tesorero, que en el fondo no es más que un solo retrato con varias caras de un solo comportamiento corrupto con matices, a los que Vellido saca partido.

Si Vellido representa cuatro papeles que son él mismo con diferente matiz y lo hace con toda soltura, Alcobendas es un actor dúctil y tiene una aptitud diferente con cada uno de sus interlocutores solo unificada por un atrevimiento  desvergonzado. Ante el ministro veterano se comporta como un niño en un colegio nuevo, con el de Hacienda brilla con una gestualidad de asombro y superioridad digna de mención ante el absurdo discurso que le piden que arregle, ante el ministro de Economía, primero es chulo pensando que lleva cartas y después implorante, y con el Tesorero se defiende como un león antes de brindar con güisqui de malta y acabar bailando Mack the knife.

Cómo decía antes e insisto, a la representación a la que asistí, el público entregado y receptivo, no paró de reír y de aplaudir el texto de José Ignacio Tofé, interpretado de una manera cercana y cómplice con el público por los actores José Luis Alcobendas y Juan Carlos Vellido.

Sin necesidad de tener una bola de cristal, le auguro a esta nueva etapa de «El Tesorero» una larga vida en la cartelera y ahora expreso un deseo o una utopía: sería deseable que según se vayan alargando las representaciones, lo que retrata con tanto acierto el dramaturgo José Iganacio Tofé, pase a ser el retrato de una época pasada, y así sí que se convertiría «El Tesorero» en algo desable, una autentica pieza cómica clasica, porque de momento, aunque nos hace reír, duele un poco.

Título: El Tesorero / Autor y director: José Ignacio Tofé / Interpretes: José Luis Alcobendas y Juan Carlos Vellido / Coreografía: Sonia Dorado / Fotografía: Moises Fermadez Acosta / Diseño Gráfico: David Angulo

Teatro Lara Calle Corredera Baja de San Pablo, 15, 28004 Madrid

Fechas: Se estrenó el jueves 30 de octubre  22:15h, y estará en caretel el jueves 5, viernes 6 y lunes 7, 10, 17 y 24 de noviembre 2014

Autor

Desde que me puse delante de una cámara por primera vez a los dieciséis años, he fechado los años por películas. Simultáneamente, empecé a escribir de Cine en una revista entrañable: Cine asesor. He visto kilómetros de celuloide en casi todos los idiomas y he sido muy afortunado porque he podido tratar, trabajar y entrevistar a muchos de los que me han emocionado antes como espectador. He trabajado de actor, he escrito novelas, guiones, retratado a toda cara interesante que se me ha puesto a tiro… Hay gente que nace sabiendo y yo prefiero morir aprendiendo.

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