En esa búsqueda de la máxima levedad, Javier Lostalé, sigue buscando cómo hacer desaparecer al poema. ¿Cómo escribir sin el peso de escribir? ¿Cómo dejar al poema como unas alas sin pájaro? Un poema humilde, para sin turbar penetre en lo intangible, brisa de lo inmaterial.
Un reto complicado; pero sólo los valientes avanzan y siguen creando (como es su caso) después de tantos años, con el mismo entusiasmo e indiferencia de lo sucio que hay alrededor de la poesía. Por eso, Javier Lostalé, brilla, avanza con este nuevo libro titulado «El pulso de las nubes» de la prestigiosa editorial Pre-Textos. Título muy acertado porque define su propia poesía: el pulso de las nubes, o, quizá… un pulso con las nubes. Y avanza porque es obsesivo, sabe lo que quiere y quiere lo que sabe. No hay múltiples voces en él, única voz que se adentra en una voz más única y así sucesivamente. No importa su ritmo clasicista o su a veces tan excesivo uso del participio… El pulso de las nubes, posiblemente, sea, su mejor libro:
Es hondo, te impregna en su silencio, silencio en soledad, te adelgaza, te ahueca y, ves entre sus versos insectos hechos de aire: es gas: evaporización de tu memoria:
¿Son necesarios poetas que te lleven a la laxitud del mar? Sí, hay pocos porque hay pocos que consigan esos efectos. Pocos quienes seguir por el camino de San Juan de la Cruz, alto dejo el camino el gran poeta abulense, mejor dicho, lo borro de tanta intangibilidad, inefabilidad que consiguió. Por eso, Javier Lostalé es especie o es una especie poética en peligro de extinción. Es un talento poco reproductivo, es un talento con problemas de fertilidad. Por eso es tan valioso este poeta que se reafirma más con este libro. Anda solo por lo borrado y se cruza con la filosofía taoísta, y se cruza con la poesía japonesa y se cruza con el no sé que tiembla en un farol… Pero solo se cruza.
Debemos tener este libro por su calidad, pero también por su valor hereditario.
Pre-textos debería haber hecho este libro con espuma o papel de cebolla…
Os dejo con uno de sus poemas donde consigue todo lo dicho (perdón si he dicho, querido poeta, y le doy peso a tus poemas, tan estupendamente, impropio de ti):