Es un placer descubrir que en el epicentro del desbarajuste editorial que nos asedia siguen llegando aguas limpias sin contaminar por la marea comercial, claro que si las mareas van con la Luna es este joven y bigardo sello «Lápices de Luna» el que nos muestra su lado oculto, recordándonos la belleza y exquisitez de la literatura más cuidada para los que saben apreciar los placeres de la vida fuera del escaparate.
Acaba de nacer “Lápices de luna” una editorial con sello indie que se mantiene fiel al libro como objeto de culto, encarnando el conocimiento y el arte en fetiche literario. Sus editores, Blimunda Salas y Juan Luis Tapia, parten de su experiencia en el mundo literario, periodístico, artístico y antropológico para crear esta editorial que recupera el antiguo concepto de entender y realizar un libro, concibiéndolo como objeto artístico tanto en forma como en contenido. Lápices de luna apuesta tanto por autores consagrados como noveles, sin amputar posibilidades a esta generación literaria que errante lucha con esperanza por el resurgir de la buena literatura. Las ediciones se presentan numeradas y algunas ilustradas, para lo que cuentan con la diseñadora e ilustradora María Sol, juntos trabajan utilizando materiales especiales buscando un diseño de calidad cuidado al detalle, a veces fuera de formato, con el fin de lograr ejemplares únicos y exclusivos que podremos encontrar el la calle, mercados, bares y espacios que por tan poéticos no es frecuente encontrar poesía.
Dentro de la nueva editorial camina sobre stilletos el sello “El tacón rojo” que apuesta por la poesía y el relato erótico, una nueva forma de desnudar la parte más carnal de la literatura. Aplaudo no sólo a estos emprendedores que se unen para regalarnos un trabajo bien hecho, sino a los primeros y certeros pasos de el sello que presenta su primer título, Haiku-Sex del propio Juan Luis Tapia, el periodista granadino artífice de la editorial que tras un amplio recorrido profesional colaborando en publicaciones culturales como las revistas ‘Ajoblanco’, ‘Mercurio’, ‘Claves’, ‘Garnata’, ‘Calle Elvira’, ‘Territorios’, ‘TintaLibre’, ‘InfoLibre’ o como redactor de cultura en Ideal, diario del grupo Vocento, decidió continuar su labor periodística por libre, tarea que compagina con el mundo editorial, la poesía y la divulgación cultural.
Haiku-Sex contiene un centenar de estos micropoemas al más puro estilo de la fórmula nipona ilustrados por María Sol en los que su autor, Juan Luis Tapia, se concede algunas chispeantes licencias. Los tres versos, en esta métrica de cinco, siete y cinco sílabas, se tornan en impactos visuales que invitan a la ensoñación de los cuerpos, del deseo y de esa imagen sexual recreada en la intimidad de la mente. El autor ha perseguido la reverberación visual de esos gestos, algunos masturbadores y otras imágenes de intensidad, de clímax, de invitación en la soledad al manejo de las caricias. La carne se hace mística, o viceversa. ¿Por qué olvidar que desde la más alta excitación se puede alcanzar una inigualable sensación espiritual? Lejos del discurso literario tradicional y de las teorías académicas, este libro de Haiku-Sex propone adentrarse en el territorio de la palabra y los sentidos, así sin más.
Se trata de un libro que invita a leer con calma sus versos y a dejar que maceren para que adquieran vida propia renaciendo de forma imprevista en el subconsciente de la erótica. Hay imágenes fruto de la ensoñación colectiva, el trío de dos ante el espejo, la desnudez, el fetichismo de unos tacones que caen desde unas medias de rejilla, los tangas en descenso a los cielos del deseo, la mano que recorre esas zonas transformadas en entradas a otros sentidos, más ocultos, más cerebrales. Los haiku-sex persiguen alojarse en la mente sexual, en la íntima iconografía erótica de cada uno de sus lectores. No se olvida la liturgia privada practicada durante el desarrollo y ejecución de la sexualidad y tampoco de la creación de belleza. Se trata de pequeñas píldoras de degustación y lenta combustión. Juan Luis Tapia utiliza el haiku a modo de cámara lomográfica, un formato que utiliza para mostrar imágenes y sensaciones que acompañadas de las sugerentes y elegantes ilustraciones de María Sol se instalan en el hipotálamo con vida propia.
“Considero que la erótica conlleva una espiritualidad específica. Una mujer se convierte en una diosa cuando se calza un estilete rojo, se eleva, y bien merece una oración. El sexo conlleva cierta liturgia, aunque algunas veces se produzca de manera instintiva; pero la erótica, aquella excitación que se va a la mente y no al muslo, tiene un cariz mágico, desconocido y por lo tanto sagrado, de ahí la fe, la oración y la reverencia, como una liturgia placentera.” Juan Luis Tapia
En estos haikus su autor persigue a través de un diálogo ancestral crear una iconografía de la erótica en persecución de la mística, la carne y el espíritu, inundando la mente de fogonazos eróticos, de escenas, de imágenes que permanecen creando emociones no cotidianas al calor del sexo y el placer. Un tesoro que nace para inaugurar este sello y seguir su estela, un libro donde la erótica consciente invita a la reflexión y en la pausa se deja sentir, degustar como un buen vino que sorprende en sus matices; tras leerlo, lo observo en en la mesilla, pequeño, rojo, agradable al tacto, recordándome la belleza de las pequeñas cosas y la intensidad del placer mínimo; puedo decirlo, tengo un libro nuevo que ya parece viejo, es un auténtico placer para los sentidos.
ahí van los míos :)
Vagina viva
riega con sus zumos
crece la vida
Centro de vida
de suave caricia
viva vagina
Se abre la flor
trémula y vibrante
húmeda pasión
Muestra de vida
No escondas secreto
venus renace
Labios carnosos
de roces cariñosos
placer, espasmos
Antes secreto
Ahora un misterio
abre la mente
Abre sonrisa
vertical ella misma
cierra sonrisa
Sabor salado
frescor inimitado
fruto censurado
Libre de gozo
vagina revolution
rabiosa paz