El guardamuebles

El guardamuebles

-Buenos días, me gustaría que recogieran: El sillón donde hice el amor cuando pintaba las paredes de una casa en común, la taza especial en la que me servía el desayuno el día de mi cumpleaños; la lámpara de segunda mano que paseamos por la ciudad cogidos de la mano.

Quiero que se lleven también el vestido del día que engendramos a nuestro hijo y el reloj con el que me media las contracciones.¡Ah¡ y también el baúl lleno de libros comunes …

Hubo un silencio denso al otro lado del teléfono. Una voz de hombre ruda respondió:

-¡Perfecto! Tenemos un servicio rápido que lo recogerá en menos de 24 horas…

La mujer se miró las uñas ajadas desde la última vez que las miraba. Dudó.

– ¿Sólo 24 horas?-dijo.

-Le puedo sugerir que quizá le interese un servicio de guardamuebles, por si algún día quisiera recuperar sus enseres…

Una lágrima se deslizó por la mejilla de la mujer recorriendo la trayectoria del teléfono. Colgó. Dudó por unos segundos sin saber si los objetos seguirían siendo los mismos en el caso de recuperarlos. Marcó de nuevo el número y con firmeza pidió que se los llevaran para siempre.

Autor

Desde que me recuerdo me han gustado los actos de narración: teatro, literatura, cine... Me apasiona la narración, la psicología y la comunicación y por eso de los caminos no rectos, pero que conducen a lo mismo, acabe estudiando logopedia. He tenido la oportunidad de formarme y trabajar como consultora de comunicación, voz, teatro creatividad y desarrollo personal para diversas entidades y personas. También escribo guiones, obras de teatro, dirijo y actuó. Otra oportunidad que me ha brindado la vida es la de escribir sobre el teatro que se sigue vivo, eternamente vivo, y poder difundirlo.

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